Lluís Bassets
Me han faltado una lectura y una conversación. La lectura era la de la columna de Pradera con su análisis de los resultados electorales, habitual en casi todas las jornadas como la de ayer. La conversación, telefónica en los últimos años, era con él mismo por la mañana del lunes. Puedo abrir el foco sobre lo que le faltará a este periódico e incluso a este país sin su mirada crítica, sus argumentos rigurosos y honestos. Muchos lo han hecho ya con más autoridad y conocimiento. Pero cabe también que limite el haz de luz a mi estricto quehacer y entonces también pudo percibir cuánto me ha faltado hoy esta lectura y esta conversación, en la resaca de la España azul, la Cataluña convergente y el País Vasco nacionalista y cuánto me faltarán esta lectura y esta conversación, con jornada electoral y sin ella.
Su último comentario, escrito el jueves, publicado el domingo, que ya no pudo ver en letra impresa, gira alrededor de una pregunta: ?¿Qué podría ocurrir el lunes 21 de noviembre de 2011, una vez celebradas las elecciones españolas, si estallase con todo el fragor imaginable una nueva explosión de la crisis de la deuda soberana en la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se viese obligado a una intervención en Italia y en España??. A la vista de lo que ha ocurrido hoy con la popularísima prima de riesgo y con las decaídas bolsas no hay duda de que era la pregunta de la jornada. La política democrática europea y española trabaja a una velocidad de caracol en un mundo donde los movimientos financieros circulan por tubos aceleradores de vértigo.
Al buen analista le basta a veces con saber formular la pregunta adecuada. El resorte periodístico por excelencia es la pregunta, normalmente formulada de forma reflexiva e introspectiva y solo más tarde derivada en cuestionamiento público. Por eso las preguntas de Rubalcaba a Rajoy en el debate único celebrado ante las cámaras de televisión fueron lo que más interesó de aquel espectáculo televisivo tan pautado y reglamentado. Aznar le criticó con su peculiar sarcasmo: por preguntón, por periodista. Son las mismas razones por las que se le pudo elogiar. Hizo de periodista cuando los periodistas no podían hacer preguntas. Aprender a preguntar, saber preguntar, acertar en la pregunta que corresponde a cada problema: Javier era un maestro en estas artes y enseñó, nos enseñó, a quienes tuvimos la oportunidad y quisimos declararnos aprendices. Me quedo con las ganas de discutir con él cuál es la siguiente pregunta.