
Ficha técnica
Título: El último que apague la luz. Sobre la extinción del periodismo | Autor: Lluís Bassets | Editorial: Taurus | Colección: Taurus Pensamiento | Género: Ensayo | ISBN: 9788430602094 | Páginas: 224 | Formato: 13 x 215 cm.| Encuadernación: Rústica | PVP: 19,00 € | Publicación: 6 de febrero de 2013
El último que apague la luz. Sobre la extinción del periodismo
Lluís Bassets
El periódico impreso va a desaparecer. Y lo hará pronto, antes de lo que creíamos. Con él van a desvanecerse o transformarse muchas otras cosas. El periódico ha sido durante una larga época la imagen del mundo y su conciencia, la escenificación diaria de la idea de una realidad ordenada y jerarquizada, y un formidable instrumento frente a cualquier poder.
Pero los medios cambian porque los ciudadanos que los consumen y usan quieren que cambien. Son los lectores los que están protagonizando el salto a esta nueva era. Este no es, por tanto, únicamente un libro para periodistas, ni un ensayo sobre la crisis de un gremio. La desaparición del periódico impreso dejará un vacío real, no solo en la vida cotidiana sino también en el funcionamiento de nuestras sociedades.
Ha llegado el momento de imaginar el nuevo tiempo, de pensar cómo serán la realidad y la historia sin periódicos, cómo se organizarán la libertad y la democracia sin ese pliego de papel que cada mañana llega simultáneamente a las manos de centenares de miles de personas.
Con realismo y precisión, respaldado por el bagaje de cuarenta años de experiencia en la primera línea del periodismo y una mirada lúcida y valiente, Lluís Bassets escribe la crónica de los últimos días de la prensa escrita. ¿El estallido de la «burbuja periodística» será también la definitiva señal del fin de la cultura y la democracia tal y como las conocemos? ¿Hacia dónde nos lleva la «efervescencia digital»?
INTRODUCCIÓN
Esta es una escena contemporánea, el diorama de un conflicto de nuestro tiempo, el símbolo de un ‚n de época. La rotativa se parará después de tirar el último ejemplar del periódico. Las camionetas saldrán por última vez a emprender sus rutas de reparto. Solo faltará que alguien apague las luces y deje las instalaciones enteras oscuras y vacías, con la sala de redacción desierta y silenciosa en el centro del escenario.
Esa cabecera centenaria que se identi‚ca con el nombre y con la historia de una ciudad, que ha presidido los desayunos de todas las familias en épocas de paz y en épocas de guerra, durante los largos periodos de prosperidad y durante las crisis, y en cuyas páginas han aprendido a leer todos los niños de esta poblada metrópolis, dejará de publicarse y ya no estará nunca más en los quioscos ni seguirá deslizándose cada mañana por debajo de la puerta o cayendo en el buzón de la escalera de vecinos.
Esto ya ha sucedido en los últimos años en muchas ocasiones, sobre todo en el país donde más desarrollada estaba la industria de la prensa impresa, que es Estados Unidos. Pero no es un guion lejano y ajeno, sino una pieza dramática, incluso una tragedia, que ya ha empezado a representarse en toda Europa y que pronto va a tomar un ritmo endiablado entre nosotros.