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La victoria tiene permiso para llegar tarde

Por 7 de noviembre de 2012 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Lluís Bassets

A las 11 y cuarto de la noche, 05.15 en la hora española, ha caído la victoria, como cae el gordo de la lotería. Se sabe que saldrá, pero no se sabe cuándo. Nada en la larga noche electoral, que fue decantándose lentamente, hizo presagiar en ningún momento que Obama pudiera caer derrotado. La dilación de su llegada le da más sabor y satisfacción para los vencedores.

La victoria se cuece a fuego lento en la larga noche de los martes electorales: más de cuatro horas han sido precisas, desde las siete cuando han caído los primeros sondeos a pie de urna, hasta que la cadena Fox, una autoridad en la materia por su acreditada responsabilidad en las campañas contra los demócratas, ha reconocido la derrota.
Ha sido la victoria de la aritmética sobre la economía. La aritmética tiene que ver con la composición étnica, el voto juvenil, el nivel de la participación y la distribución de los delegados. Entre todas las variables, la que mejor ha activado el voto para Obama, ha sido la pujante población hispana, especialmente sensible a las políticas contra la inmigración del partido republicano y a las promesas en sentido contrario del presidente.

Tan favorables eran las expectativas de las grandes cifras que se llegó a especular con que Obama obtuviera la victoria en delegados y no en cambio en votos populares. Esta hipótesis la ha contado en privado Bill Clinton a algunos de sus interlocutores internacionales, aunque en tal confidencia puede haberle jugado una mala pasada el vanidoso inconsciente del único presidente demócrata de doble mandato desde Roosevelt, ahora igualada por Barack Obama.

La economía, en cambio, pesaba sobre los electores en un país acostumbrado a crecer, crear puestos de trabajo y castigar a los presidentes por las recesiones incluso cuando ya se sale de ellas. El hombre de negocios, los beneficios, la empresa privada son excelentes argumentos populares, más fácilmente creíbles cuando los exhibe un multimillonario. Esta era la principal preocupación del electorado y también para Obama y su estado mayor electoral.

El impacto de este argumentario ha sido insuficiente para decantar a los votantes indecisos en favor de Romney, que finalmente no ha sido capaz de convencer a suficientes electores sobre la bondad de sus fórmulas desreguladoras.

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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