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El estado del periodismo en 2009

Por 23 de marzo de 2009 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Lluís Bassets

El informe anual sobre el estado del periodismo norteamericano se está convirtiendo, de año en año, en un documento cada vez más crucial para entender lo que está ocurriendo con este oficio. Lo realiza el Pew Project for Exellence in Journalism desde 2005 con el objetivo de mantener la atención despierta sobre la pérdida de calidad del periodismo e incluso sobre los peligros que se ciernen sobre la misma esencia del oficio, como es el proporcionar información comprobada y veraz a los ciudadanos para que puedan ejercer como tales en sociedades libres y abiertas. Cada año aparecen nuevas sombras en este informe anual, del que puede leerse un extenso y sustancioso resumen proporcionado por la institución que realiza anualmente el estudio. Además de recomendar la lectura quiero anotar aquí algunas reflexiones sobre dos capítulos del informe: uno referido a la evolución de la prensa, elemento que destaca especialmente en un estudio donde todos los medios reciben la correspondiente atención; y el otro en relación a la cobertura periodística de la última campaña electoral norteamericana. Ambos capítulos merecen una lectura con lentes más próximas, trasladando sus reflexiones a nuestro entorno.

La industria de la prensa, empieza diciendo el State of the News Media (SNM), "ha entrado en 2009 en algo peligrosamente próximo a la caída libre". Por tercer año consecutivo "el fondo no está a la vista". Los autores del informe no quieren ejercer de agoreros truculentos, pero apenas lo consiguen: "Todavía no suscribimos la teoría de que la muerte de la industria es inminente". Tienen un argumento sólido: durante 2008, todavía obtuvo beneficios en su conjunto. Señalan la dificultad que supone reinventarse como negocio en el mismo momento en que toda la atención está fijada en realizar fuertes y rápidos recortes de gastos para enfrentarse a la recesión. Y expresan sus dudas de que una industria tan madura pueda reconvertirse a estas alturas, cuando está ya muy avanzada la transición, y sea capaz de atraer el talento innovador y empresarial propio de la nueva industria digital. Muchos datos y reflexiones más nos permiten obtener un cuadro muy sombrío del estado de la prensa escrita en el país donde mejor ha funcionado históricamente y se han venido produciendo las innovaciones mayores. Observar lo que allí está sucediendo permite adelantar un poco la visión sobre lo que nos sucederá a nosotros dentro de poco tiempo.

Son muchos los capítulos de interés en SNM, pero sólo dedicaré unas líneas más a glosar otro punto, el que se refiere a la cobertura electoral, escrito por dos maestros del oficio, como son Bill Kovach y Tom Rosenstiel, autores de un manual que es ya un clásico sobre el periodismo de calidad: Los elementos del periodismo (Editorial Aguilar). El periodismo político se está convirtiendo en más pasivo y reactivo que antes, señalan como primera conclusión los dos veteranos periodistas, a partir de su análisis de la campaña presidencial de 2008. En esta elección presidencial ha actuado más "como conducto o facilitador de las campañas que como reporterismo sobre hechos desconocidos y todavía no cubiertos que plantea preguntas con criterio independiente". Esta creciente pasividad tiene que ver con los recortes de gastos en las salas de redacción, la dedicación de los periodistas a alimentar otras plataformas (blogs, sites de Internet, twitter…), el control más estricto y sofisticado de las direcciones de las campañas sobre la prensa o la inundación de material informativo que llega a los periodistas sin posibilidad de discriminar y orientarse. El extremo de esta situación se encuentra en las cadenas de televisión por cable, donde sólo el 23 por ciento del material informativo corresponde a periodistas que controlan el mensaje, mientras que el resto es directo o formato de tertulia y comentario.

La cultura del autobús electoral que sigue a los candidatos ocupa la segunda conclusión de Kovach y Rosenstiel. Periodistas cada vez más inexpertos son los que cubren a los candidatos, y lo hacen como ‘empotrados’ en la campaña, al estilo de los enviados especiales con el ejército americano en Irak. Todo esto produce un tipo de periodismo distinto, en el que cuenta poco la respuesta a la pregunta que se hace el público sobre quién es la persona que quiere ser presidente y todo se centra en transmitir el mensaje de la campaña para que el público haga su propia valoración. Tercera conclusión: el boom de las encuestas, 1’58 de promedio al día, conduce a cubrir la campaña como una carrera de caballos: ¿quién gana?, ¿quién pierde? y ¿por qué?. La cobertura de los medios refuerza y magnifica los resultados de las encuestas y las buenas encuestas a su vez conducen a que mejore la cobertura de los medios. En cuarto lugar, muchos medios, sobre todo los de cobertura continua, subrogan parte de la información de la campaña a los ‘spin doctors’, especialistas e incluso comentaristas de partido, en buena correlación con la creciente pasividad del periodismo. Quinta conclusión, el papel de Internet ha sido grande en esta campaña, pero al contrario de lo que la gente piensa, el papel de los medios tradicionales también. Ha sido una campaña híbrida, con una gran interrelación entre medios tradicionales y nuevos. Y última, la comprobación de hechos, programas y declaraciones de los candidatos (fact checking) ha mejorado enormemente y se ha incrementado el número de instituciones especializadas en este tipo de seguimientos, algo que está escasa o nulamente desarrollado en España.

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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