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Por 12 de abril de 2022 Sin comentarios

Rutger Hauer, como el replicante Roy Batty en 'Blade Runner'

Félix de Azúa

 

Permitan que cite un proverbio francés en el original, y luego lo traduzco: Partir c’est mourir un peu, mourir c’est partir un peu trop. O sea que partir es morir un poco, pero morir es partir demasiado. Bueno, pues no muero, pero sí parto. Me han acompañado a lo largo de muchos años en este rincón humilde y cálido. Hemos conocido épocas buenas, malas y peores. No hemos llegado al extremo de haber visto cosas que nadie podría imaginar: “Naves de combate en llamas en el hombro de Orión, relámpagos resplandeciendo en la oscuridad cerca de la entrada de Tannhäuser, todos esos momentos se perderán en el tiempo, igual que lágrimas en la lluvia. Llegó la hora de morir”. Y no las hemos visto porque no somos Rutger Hauer, que es quien modificó el guion de Blade Runner y añadió este admirable colofón. ¡Ojalá fuéramos Rutger Hauer!, pero sólo somos un minúsculo habitante del planeta Tierra y por mucha importancia que nos demos los humanos cada uno en su casa (no tenemos nada más valioso que nuestra pobre persona), no superamos el valor de una lombriz que horada paciente un agujero en la tierra para depositar su huevo. Bien es verdad que William Blake, que los conocía bien, dijo de los gusanos algo imperecedero: “La lombriz bendice el arado que la parte”. Y así es. Cuando uno es un buen gusano, un gusano educado, un gusano del que sus hijos y nietos se sentirán orgullosos, no puede sino aplaudir el verso de Blake, quien, por otra parte, siempre me ha parecido un pelmazo.

Así que no es cosa de morir todavía, pero sí de partir, aunque no tanto como para dejarles a ustedes huérfanos cada martes de qué bobada se le habrá ocurrido al Azúa este. De modo que a partir del día 26, martes, me encontrarán en otro lugar del periódico que me vio nacer y quizás me verá morir. Espero encontrarles de nuevo dentro de unos días, ¡no se vayan demasiado!

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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