Skip to main content
Blogs de autor

Grandeza

Por 2 de marzo de 2016 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Lo de rendir homenaje a los artistas es cosa reciente. Antaño sólo se celebraba la vida (mejor la muerte) de reyes, nobles, guerreros y santos. No verán ustedes estatuas de pintores o músicos antes del siglo XIX. Creo que el primer lugar que celebró haber tenido de ciudadano a un artista fue Núremberg. En 1828 la población se vistió de Durero. No había una sola obra del artista en la ciudad, pero la gente se disfrazó con ropa que pretendía ser del siglo XV. Muy divertido. En 1875 hizo lo mismo Florencia con Miguel Ángel, aunque en esta ocasión mostraron algunos dibujos y siempre tenían al tedioso David de la plaza. En fin, que un artista sea asunto popular es hábito muy nuestro y seguramente causado no sólo por el delirio burgués de la nacionalidad, sino sobre todo por la atracción turística. A Núremberg acudió un montón de forasteros a comer salchichas y pasearse en braguero y medias.

Más difícil es encontrar homenajes públicos a escritores. Son menos simpáticos. Seguro que el primero fue Dante y más tarde quizás Goethe. En España lo del Quijote tardó en llegar hasta el 98, pero ¿ha llegado? Es verdad que hay bastantes rotondas con un patético Quijote de hierro oxidado en medio de plantas muertas, pero mi director, Darío Villanueva, se lamentaba el otro día de la desidia de nuestro abúlico Gobierno ante el actual centenario. Comparado con lo que los ingleses han montado para su Shakespeare, da risa. Bien es verdad que nuestros Gobiernos financian el analfabetismo como cosa personal y poco se puede esperar de ellos, pero ¿nada? ¿Absolutamente nada? Pues no. Dan una cargante impresión de impotencia: ya no pueden ni pasar las hojas del Marca.

profile avatar

Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Obras asociadas
Close Menu