Félix de Azúa
Unos días antes había visto por televisión los fastos del Orgullo Gay beneficiados por la alcaldesa Carmena. El contraste era interesante. Los del orgullo iban casi en cueros y se retorcían mostrando musculatura de manual. La música se parecía mucho a la de Oviedo, pero con instrumentos de discoteca. El zumbido monótono era armónicamente similar, pero mucho más sereno e inspirado el de los asturianos.
Cuenta Ramón Andrés en su fundamental diccionario de música, mitos y magia, que el nombre de "gaita" viene del gótico "gaits", que es la cabra, porque la piel del odre suele ser de cabra. Pero, no sólo por eso. De hecho, la gaita ha sido desde la más lejana antigüedad un instrumento diabólico y cabruno. Es el usado en las orgías dionisíacas y, tras larga y continuada herencia, es la gaita que acompaña el baile campesino en las estaciones lúbricas que acaban en la madeja promiscua de carnavales y mayos.