
Félix de Azúa
Tener un poeta en tu vida es fuente de alegría. Si los gobiernos no tiraran el dinero podrían dedicar una partida a poner poetas en la vida de las gentes. Con muy poco dinero aumentaría mucho eso que ahora se llama "calidad de vida". Mi poeta biográfico es Francisco Ferrer Lerín, con quien he vivido aventuras extremas y temibles encuentros. Es un poeta del enigma, del desmán, del arcano, del rijo, del sindiós, del crimen y de la casquería. Acaba de publicar su último poemario, "Papur", en un sello de nombre apropiado: Editorial Eclipsados. Yo diría que son unas cincuenta novelas en miniatura seguidas de poemas científicos (es muy bello el llamado: "Ingesta de carne humana a cargo de aves en las provincias de Lérida y Huesca", para enamorados y tal) y dos guiones que podrían dar algo de vidilla al cenizo cine español. Aprovecho la ocasión para aclarar un punto de nuestra biografía que tanto ha dado que hablar a los historiadores y archiveros.
En la presentación de uno de sus libros y al narrar algunas escenas de nuestra vida en común, Ferrer Lerín reveló que yo fui el ganador del primer concurso de masturbación que se celebró en España tras la muerte de Franco. Por el gesto adusto del numeroso público adiviné de inmediato que había sido malinterpretado, pero luego nos olvidamos y ya no volvimos sobre el asunto. Tras mucha vacilación, hoy debo aclararlo. En efecto, en los años sesenta algunos estudiantes radicales ganábamos unos duros masturbando cerdos. Los payeses catalanes no gastaban en piensos y con aquella práctica ancestral sabían que el marrano sacaba carnes más blandas y menos pestilentes. Iba a peseta el gorrino. Hoy eso se ha perdido, por el Erasmus. Sin embargo el concurso no lo gané yo sino alguien que hoy goza de tan temible poder que no puedo dar su nombre y sólo de pensarlo tiemblo. Debo añadir que cada vez que entrábamos en cochiqueras los cerdos iban, enloquecidos, hacia Ferrer Lerín con el morro palpitante y los ojos encendidos. También de eso va su libro. Es muy bueno.
Artículo publicado en: El Periódico, 27 de septiembre de 2008.