Clara Sánchez
Estamos realmente preocupados, ¿qué hacemos?, ¿sacamos los ahorros del banco y los metemos debajo de un ladrillo? Los vaivenes y desplomes financieros nos traen a todos de cabeza, sobre todo a los que no estamos versados en cuestiones económicas, que parece que somos la mayoría. El otro día oí en el autobús que algunas Cajas de Ahorros sólo pensaban asegurar 25.000 euros si se producía la catástrofe y que a aquellos afortunados que tuvieran más capital les convendría repartirlo en varias cuentas. Las opiniones apocalípticas se han desatado en los medios. Para suavizar la situación, la Reserva Federal Norteamericana va a dedicar 700.000 millones de dólares para comprar a los bancos "activos contaminados por las hipotecas basura" hasta que vuelva la normalidad. La medida parece que no ha sido bien acogida por importantes autoridades monetarias y políticas. El propio presidente del parlamento europeo, Gans-Gert Poettering comentó en una declaración de ayer mismo que "no podemos permitir que tras la crisis monetaria, los americanos pongan 700.000 millones de dólares en bancos que ganan dinero para su uso privado". Dice además, que no comprende que se dispongan de esos millones de dólares de los contribuyentes para salvar el sistema financiero y no para luchar contra el hambre en el mundo.
Cuánta razón tiene. Ya no parece descabellado decir algo sensato. Personalmente estoy harta de que "el gran dinero" juegue con mi pequeño bolsillo. Estoy harta.