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El oro de América

Por 19 de septiembre de 2023 Sin comentarios

Retrato de Gonzalo Fernández de Oviedo pintado por Coriolano Leudo Obando y expuesto en la Academia Colombiana de Historia.

Félix de Azúa

La cultura de este país está dominada por la “izquierda” y eso quiere decir que los cronistas de Indias no merecen la menor atención sino la hoguera

¡Qué admirable colección de cronistas está editando la Biblioteca Castro! Como es bien sabido, la cultura de este país, necesitada de subvención, está dominada por la así llamada “izquierda” y eso quiere decir que el inmenso tesoro de los cronistas de Indias no merece la menor atención sino, quizás, la hoguera. De modo que la empresa de darlos a conocer o reeditarlos sólo la puede llevar a cabo una entidad privada con verdadero espíritu cultural. Ahora, por ejemplo, la Biblioteca Castro ha editado la Historia general de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo, una de las obras más importantes del renacimiento español.

El volumen, con más de setecientas páginas, recoge la primera parte de una obra gigantesca que Oviedo no vio impresa. Esta primera parte, editada en Sevilla en 1535, es de una riqueza inaudita. Oviedo, erasmista culto y leído hasta el punto de que fue acusado de converso sólo por eso, vivió largo tiempo en La Española, isla que hoy abraza a la República Dominicana y Haití. Su primera virtud, al menos para mí, es la prosa. Oviedo se esforzó por escribir de modo que todo el mundo lo comprendiera porque su máximo interés se acercaba a lo que nosotros llamamos “ciencia”. Por esta razón el orden de la primera parte va recogiendo sistemáticamente todo lo que debían aprender los españoles sobre aquel mundo nuevo y desconocido. Les proporciono un resumen.

Comienza explicando el descubrimiento de Colón y sucesores. Viene luego la descripción de los indígenas, sus costumbres y herramientas, sus viviendas, los bailes y cantos como medios para conservar la memoria oral. Pasa luego a los árboles, las yerbas (sobre todo las medicinales), los animales terrestres, los peces, las aves y los insectos (mi capítulo favorito). Procede entonces a contar la colonización y termina esta primera parte con un notable capítulo sobre naufragios. Como no había modo de dar idea escrita de algunos animales o plantas, incluyó unas xilografías que los editores han tenido el acierto de respetar. ¿Cómo, si no, iba a dar idea de, por ejemplo, la iguana (“ivana serpiente”) que camina tan deprisa sobre las aguas que no le da tiempo de hundirse? (p.409).

Es muy admirable que este hombre diera tanta importancia a la naturaleza y sus fenómenos cuando aún faltaban dos siglos para que comenzara en serio el trabajo de los naturalistas. Además, se empeña en que todo lo que cuenta sea por experiencia personal, lo que añade aún mayor atractivo a sus descripciones. No me resisto a incluir la del pez volador, bien resaltada por las editoras Belinda Palacios y Natacha Crocoll: “La color del lomo es como azul, de la color que está el agua cuando el cielo está muy claro y desocupado de nubes y sereno” (p.411)

Uno se mortifica imaginando lo que los ingleses o los franceses hubieran hecho con semejante personaje”.
Típico del erasmista era, también, su pasión por las lenguas y palabras de los nativos, su empeño en denunciar las barbaridades de Pedrarias Dávila, gobernador de Darién y uno de los más repugnantes carniceros de la colonización, sus disputas con Bartolomé de Las Casas su competidor y el mayor calumniador que hubiera conocido en vida. En fin, una existencia espléndida, una obra admirable y un talento casi ignorado por los españoles. Uno se mortifica imaginando lo que los ingleses o los franceses hubieran hecho con semejante personaje.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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