Félix de Azúa
Termina una elección y empieza la otra. Los candidatos están de nuevo en escena, repeinados y limpitos como niños salidos del baño. La carrera política es agotadora. Solo los deportistas comparten esa capacidad de sacrificio y la admirable virtud de no darse por enterados cuando hacen el ridículo.
Se habrán fijado en que todas las elecciones del ámbito europeo ya tienen resonancia en los países de la UE. De un modo paulatino, lo que suceda en Bélgica o en Holanda repercute en el resto de los europeos. Hace unos años era impensable que los ingleses vivieran pendientes de las elecciones danesas o los italianos de la política española. La Unión Europea se está realizando sin que nos percatemos. Asistimos desconcertados a una brutal concentración de empresas, pero es que en Europa dentro de poco habrá tres o cuatro firmas allí en donde todavía hay doce.
Lo pensaba a partir de una entrevista con Massimo Cacciari en Libération. El que años atrás fuera uno de los intelectuales más influyentes de la extrema izquierda europea, alcalde de Venecia más tarde, y hoy uno de los fundadores del nuevo Partido Democrático italiano, no solo está muy alerta sobre las elecciones francesas, sino que aconseja a Ségolène Royal que abandone el tradicionalismo, que cambie de estrategia y que imite al Labour británico: "Basta con ver las diferencias entre Blair y Zapatero para entender la cantidad de cosas que deben pensarse de nuevo en ese terreno", dice.
Según Cacciari, los socialistas europeos solo tienen dos caminos. Uno, el ideológico a la manera española o latinoamericana, lleva al fracaso. El otro, pragmático al modo británico, les permitirá derrotar a los conservadores. Cacciari defiende una alianza de Royal con Bayrou, algo inadmisible para los viejos caimanes del socialismo francés, tan ideológicos como retrógrados. Pero una alianza con la extrema izquierda antiliberal conduce a la derrota.
Tarde o temprano sucederá lo mismo en España. Incluso a nosotros, más latinoamericanos que europeos, nos será imposible escapar de Europa.
Artículo publicado en: El Periódico, 28 de abril de 2007