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Algunas ricuras

Por 16 de octubre de 2014 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

No sólo ha decaído el ballet con tutú, también el arte de ser millonario. Los ricos actuales no están a la altura de su responsabilidad. Ese Miguel Blesa empeñado en hacerse el hombre con una escopeta, esos mafiosos rusos, los tristísimos Agnelli, los sórdidos jeques… No, no, para ricos, los de antes.

    Cuando la reina Victoria visitó Waddesdon Manor se quedó de un aire. Ustedes creen no conocer la mansión de Ferdinand de Rothschild, pero la conocen. La han visto en múltiples películas y series de TV. La última, Downton Abbey. La colosal macedonia de falso renacimiento, falso gótico y falso normando constituye uno de los más colosales horrores de la arquitectura inglesa y un monumento inolvidable. Todo es falso, pero la verdad es que tiene un aspecto imponente. El barón no sólo construyó la cumbre del kitsch sino que fue el primero en electrificarla. La reina Victoria se quedó absorta ante una gran araña de cristal con bombillas y estuvo diez minutos dándole al interruptor, como un crío. Clic clac clic clac.

    Esto es lo que hace simpáticos a los millonarios antiguos, que algo dejaron. Waddesdon recibe cada año cuatrocientos mil visitantes. Y las fabulosas colecciones de pintura, escultura y objetos preciosos están ahora a la vista de todo el mundo en los museos ingleses. Si el señor barón se hubiera dedicado a los restaurantes bulliciosos, los coches para narcos, los hoteles con grifería de oro, como hizo la cuadrilla de Bankia, habría sosegado su vanidad, pero nosotros no visitaríamos esas cosas que tanto ayudan a pasar la muerte, los palacios, las pinturas, las esculturas y así sucesivamente.

    Uno de los invitados a Waddesdon Manor, en la época en que lo habitaban los Rothschild, cuenta que el ritual era imponente. Por la mañana entraba el mayordomo, corría las cortinas y comenzaba el interrogatorio. "¿Desayuno, señor?". "Sí, gracias, Archibald". "¿Té, café, chocolate?". "El té me parece bien, Archibald". "¿Assam, Souchong, Ceylan?". "Assam, gracias". "¿Solo, con leche, con limón?". "Con leche, Archibald".  "¿Jersey, Hereford, Brevicorn?". Estas cosas hacían simpáticos a los ricos.

    Precisamente porque no inspiran simpatía, los ricos actuales generan un rencor, un resentimiento sulfúrico. Si esos tipos de Bankia, tan romos como mi cuñado, son millonarios, entonces se lo merecen tanto como mi cuñado. Así piensa uno que tiene un cuñado romo. Y si no, primo o sobrino. Los ricos actuales convocan toda suerte de hostilidades, hasta el punto de que hay partidos que tienen en su programa la pura y simple supresión de los ricos y las masas acuden ilusionadas al exterminio.

    El otro día, en la presentación del excelente libro de Fernando Savater, ¡No te prives! (Ariel), contó el polígrafo una anécdota notable. Un dirigente comunista (hoy sería chavista) le comentó a Olof Palme que el programa de su partido era acabar con todos los ricos de su país. "¡Qué curioso!, dijo Palme. El nuestro es el contrario: queremos acabar con los pobres".

    Seguramente por eso le asesinaron.

 

Artículo publicado en El País. 

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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