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Estados confesionales

Por 22 de septiembre de 2012 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Eduardo Gil Bera

Esta señora hace cien mil años que vive en el desierto de Namibia. Se separó del tronco común del resto de la candidatura a la humanidad, justo en la fase decisiva de la evolución anatómica del humano moderno. Fue la primera en conseguir una bóveda craneal, unas clavículas y un torso humanos, conforme a la preceptiva en uso. Lo han dicho unos sabios de la universidad de Upsala. Nosotros, vascos, catalanes y musulmanes, parece mentira, pero aún éramos homínidos indefinidos y estábamos en el limbo, a milenios de nuestras esencias amantísimas.

Esta señora no tiene Estado propio, sangrante privación que debiera quitarnos el sueño, si nuestra solidaridad de pueblos que aspiran al pueblerinato estuviera a la altura.

Es preciso dotar de un bello Estado confesional a cada señora y cada pueblo tratados sin el debido respeto a sus quintaesencias. Estados confesionales vascos, catalanes y musulmanes, porque ¿de qué sirven las leyes, las carreteras, la educación, la sanidad y el resto de palabrería, si los Estados no son confesionales y no muestran el sagrado celo necesario para hacer respetar las consonantes geminadas o la sharia?

 

Los Estados confesionales, contra lo sostenido por nuestros enemigos fachas, no es que defiendan nuestra genética, lengua y religión venerandas, sino que defienden nuestro deseo de que así haya sido desde hace tropecientos años, porque nuestro amado clero así lo ha fantaseado, y sobre todo nuestro deseo de pureza, nuestro anhelo de que así sea en lo sucesivo, porque somos muchos, somos los más, quienes nos sentimos maltratados sin respeto a lo nuestro. Y nada, los demás a convertirse. Y al que no le guste que se vaya, nótese que ni siquiera lo echaremos.

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Eduardo Gil Bera

Eduardo Gil Bera (Tudela, 1957), es escritor. Ha publicado las novelas Cuando el mundo era mío (Alianza, 2012), Sobre la marcha, Os quiero a todos, Todo pasa, y Torralba. De sus ensayos, destacan El carro de heno, Paisaje con fisuras, Baroja o el miedo, Historia de las malas ideas y La sentencia de las armas. Su ensayo más reciente es Ninguno es mi nombre. Sumario del caso Homero (Pretextos, 2012).

Obras asociadas
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