Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

Cargados de razón

Las manifestaciones y las cuentas sobre el número asistentes sirven fundamentalmente para cargarse de razón. Una buena manifestación es como el enamoramiento de los adolescentes: no es posible que el mundo asista impertérrito a lo que acaba de suceder; nada será igual después de esto. Hay una especie de catarsis colectiva en la que la señora Historia se nos aparece por unos instantes en carne mortal. El único y pequeño problema es que las manifestaciones cargan de razón a todos: también a quienes son objeto de imprecación por parte de los manifestantes. Lo prueba sobradamente la lectura comparativa de cierta prensa madrileña y de toda la barcelonesa de ayer: unos y otros quedaron contentos y satisfechos del resultado; en Barcelona, de la amplia adhesión a la repulsa contra el tribunal; en Madrid, de la clara demostración de que Montilla se ha vendido al independentismo por un puñado de votos que, además, ni siquiera conseguirá retener. Con un añadido: a 625 kilómetros de distancia, esta manifestación, como la sentencia o incluso el Estatuto descalabrado, son munición de un día, ahogada en la marea de La Roja. Siento decirles que están equivocados quienes pensaron que cuantos más fueran el sábado a la manifestación, más conseguirían que se les hiciera caso en Madrid. Las manifestaciones nos cargan de razones a todos, y hay que analizarlas y tomar buena nota de ellas, pero nada cambian. Hoy lunes, el mundo sigue.

Tampoco aportan ni restan a los argumentos sobre las reivindicaciones que se enarbolan. Todo lo que sucedió el sábado entre las seis y las nueve de la tarde en las avenidas del centro de Barcelona no modificó ni un ápice la fuerza de los argumentos a favor y en contra de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto. Tampoco nada modifica el hecho de que asistieran 1,5 millones de personas como dice el ojo de enorme cubero de Òmnium Cultural, la entidad organizadora, o las 56.000 de las cuentas puntillosas de la agencia Efe. Pero el hecho consignado por el redoble de tambores de los medios de comunicación, el número y la calidad de las entidades adheridas a la convocatoria y, sobre todo, la participación oficial de las fuerzas políticas y sindicales del consenso catalanista nos conduce a tres conclusiones: fue una de las mayores manifestaciones jamás vistas en Barcelona; expresa un profundo malestar catalán con el trato que ha merecido, sobre todo por parte del Partido Popular y posteriormente del Tribunal Constitucional, una reforma estatutaria que ha seguido todos los pasos legales exigidos, y refleja un cambio de hegemonía dentro del catalanismo, hasta ahora en manos de las ideologías autonomistas y a partir de este momento de las soberanistas e independentistas. La manifestación no fue una derrota del socialismo catalán ni del presidente Montilla. La derrota fue la sentencia, que deja sin oxígeno político ni márgenes de acción a quienes habían apostado desde el catalanismo, con más o menos acierto, por las fórmulas que unían a Cataluña con España. Es innegable que ahora la mano en este juego la tienen los soberanistas, totalmente desentendidos de la buena gobernación de España y exclusivamente dedicados a la emancipación catalana. Que tengan la mano no quiere decir que tengan el éxito asegurado: sus ideas son muy precisas, pero el camino para conseguirlas no. Necesitarán contar con nuevas mayorías electorales y también sociales. Necesitarán contar con alianzas. También en Madrid. Y En Bruselas, naturalmente. No será nada fácil. España es mucha España. No basta con tener o creer que se tiene la razón sentimental o moral. Hay que tener la razón práctica y efectiva, es decir, la capacidad para convertir las propias ideas en realidades tangibles. Y ahora mismo, la nebulosa de sentimientos expresados el sábado contrasta vivamente con los problemas prácticos de la gente, incluidos muchos de los manifestantes. La primera respuesta que deberán proporcionar quienes tienen la mano, al menos en el terreno de la hegemonía simbólica que dan las manifestaciones, es contar a los catalanes qué hay que hacer en medio de esta crisis económica pavorosa que se ha llevado por delante una cuarta parte de los puestos de trabajo industriales de Cataluña. De la independencia no se come. La prueba más inmediata que debe pasar este cambio de hegemonía registrado visualmente el sábado es la de las urnas. Urge conocer cómo se traduce todo esto en votos y escaños. Y luego habrá que actuar en consecuencia.

Leer más
profile avatar
12 de julio de 2010
Blogs de autor

El destino en los pies

Una confesión. Siempre me han gustado los buenos partidos de fútbol. Y una proclama antipopular: cada vez detesto más el mundo que rodea el fútbol. Imaginas que el éxito universal de este juego se fundamenta en su belleza y sencillez. De hecho, no recuerdo otro deporte de equipo con reglas más elementales. Así, por ejemplo, en comparación, la reglamentación del baloncesto es mucho mayor. Un jugador ha de pensar continuamente en el paso del tiempo: tiene pocos segundos para atravesar la línea divisoria y algunos más para que su equipo pase el balón, pero no puede permanecer apenas unos instantes bajo la canasta y no está autorizado a retener casi nada la pelota entre sus manos. La ley del tiempo se convierte en una amenaza. Frente a esta legislación exhaustiva, la vida del futbolista en la cancha parece más despreocupada. El árbitro le dirá si comete falta o incurre en fuera de juego, mientras él solo debe preocuparse de que el balón no rebase la línea de cal del rectángulo trazado en el suelo y de que el balón acabe en el fondo de una portería que, por supuesto, no sea la propia.

Esta aparente simplicidad del juego, acompañada de los vínculos cómplices establecidos entre los componentes de un equipo y de la emotividad suscitada, explican el enorme contagio del fútbol en casi todo el planeta a lo largo del último siglo. Cualquier grupo de muchachos delimitan un campo y dos porterías con un puñado de piedras y pueden iniciar un partido. Todo esto es bien sabido y da lo mismo si se encuentran en un descampado de Manchester, en la playa de Copacabana o en los lindes del desierto del Sáhara. Naturalmente, no hace falta recordar que la televisión ha convertido esta facilidad -y esta plasticidad visual- en el mayor espectáculo del presente.

Un buen partido de fútbol es una representación muy atractiva que, como es obvio, incrementa su impacto emocional si el espectador se identifica con uno de los equipos contendientes. Todo esto es bien sabido y no creo que haya nada que objetar a la pasión del aficionado -al fútbol, al baloncesto, a la hípica o a cualquier deporte que a uno le venga en venga- siempre que tal pasión no se convierta en una obsesión. Lo malo de las obsesiones es que acaban siendo auténticos monopolios emocionales que aprisionan a quien incurre en ellos. Aún así no tengo ninguna duda de que uno es libre para abrazarse individualmente con la obsesión que más le guste, por detestable que parezca a los demás. Sin embargo, la verdad, encuentro altamente peligrosas las obsesiones colectivas.

Y esto es lo que a mi modo de ver está sucediendo progresivamente con el fútbol, no con el encantador juego que invita espontáneamente a los niños de cualquier lado, sino con un fenómeno que, además de ser mercantil, ha atravesado las fronteras de lo político e incluso de lo religioso. Claro que me resulta repulsivo que en las actuales circunstancias se desembolsen cantidades obscenas por el fichaje de tal o cual jugador, pero todavía me parece más preocupante que se abata sobre gran parte dela sociedad aquel monopolio psicológico que caracteriza a las obsesiones colectivas. No hace falta ser ningún profeta para aventurar que durante las próximas semanas la Roja -es decir, 11 individuos dándole con el pie al balón- va a protagonizar una epopeya de los sentimientos con connotaciones trascendentales. Y en otros países será la Azul, la Verde, la Amarilla o la Albiceleste. Durante días y días el destino de la humanidad, e incluso del cosmos, estará en los pies de unos muchachos millonarios que correrán arriba y abajo de un rectángulo de césped.

Dicho así, tan prosaicamente, suena a una broma. Sin embargo, ya se encargarán muchos de que no sea una broma, tal como viene sucediendo en los últimos lustros de una forma cada vez más acentuada. La metamorfosis religiosa del fútbol no cree que sea una exageración. Es cierto que las multitudes devotas existen desde hace mucho tiempo y que el Brasil de Pelé, la Holanda de Cruyff o la Argentina de Maradona (para no hablar de los clubes más importantes) suscitaban grandes adhesiones; con todo, en la receptividad de la muchedumbre, la pasión futbolística convivía con otras pasiones ideológicas, políticas y estéticas. Lo cualitativamente nuevo de los últimos lustros es que, al enaltecimiento de los demás horizontes, le ha sucedido el enaltecimiento de un espectáculo, el del fútbol, que ha invadido todos los territorios. Lo que ha ocurrido no solo es un gran negocio, sino también una curiosa, y a menudo grotesca, usurpación de metáforas. A medida que ha languidecido la conversación política, estética o religiosa se ha encumbrado lo que pomposamente se ha llamado el lenguaje del fútbol, lenguaje con miles de practicantes que ya no se refiere a un juego sino, como leemos con frecuencia, a unas "esencias", a una "identidad", a un "modo de ser", expresiones que en otro contexto siempre son sospechosas.

Los portavoces del lenguaje del fútbol son precisamente los que se arrogan el papel de sacerdotes de esa nueva religión de masas que, si es universal por su difusión, es decididamente tribal por los sectarismos de que se alimenta. Creo que se podría hacer una magnífica antología de la literatura esperpéntica con las decenas de filósofos y teólogos del fútbol que pululan por las tertulias radiofónicas y televisivas y, además, escriben suntuosos análisis en los periódicos. También sería útil para medir el nivel alcanzado por la oratoria recopilar las metáforas futbolísticas de las que se sirven, un día sí y otro también, nuestros dirigentes políticos y parlamentarios. Incluso se podrían añadir ciertos párrafos de desesperados obispos que no tiene más remedio que acudir a los símbolos del balompié para dar un indicio a los feligreses del desaparecido Dios.

Sin embargo, en lo alto de la jerarquía sacerdotal de la nueva religión, los encargados últimos de mostrar que la Roja no es un conjunto de 11 habilidosos pateadores de balón sino el retablo de los apóstoles de una redención en marcha, son los "comunicadores deportivos", los mismos que durante todo el curso futbolístico arengan a los creyentes con los comentarios más elementales y las consignas más sectarias.

Como no podía ser de otro modo, estos predicadores han incorporado a sus gritos el fanatismo de los viejos predicadores y la demagogia de los tribunos de la plebe. Su misión: dejar claro, por si no lo estaba, que el destino del ser humano pasa, no por la cabeza, sino por los pies. Y entre tanto ruido apenas queda nada del cautivador juego sobre la arena de la playa de Copacabana.

Si miro algún partido del próximo Mundial no duden que silenciaré la voz del comentarista.

 

El País, 06/06/2010

Leer más
profile avatar
11 de julio de 2010
Blogs de autor

También caen los leñadores

No sólo las armas tienen retroceso. También lo tienen los afilados instrumentos cortantes con que los leñadores se aplican a la tarea de poda y desmoche de bosques insostenibles. Con harta frecuencia se lesionan ellos mismos, por falta de pericia, exceso de confianza o pura debilidad, porque se atreven con golpes que superan sus propias fuerzas.

Las crisis producen víctimas entre los gobernantes que las presiden. Sobre todo si los ciudadanos damnificados en sus bolsillos y puestos de trabajo se sienten desatendidos y despreciados. Y eso sucede con más frecuencia de lo que los profesionales de la cosa pública suelen darse cuenta: basta con negar la llegada de la tormenta cuando ya está encima, ocultar luego sus previsibles efectos catastróficos o enmascararlos detrás de bellas palabras y buenas intenciones. Al único que se respeta es al gobernante que dice la dura y cruda verdad a la cara y en vez de prometer soles radiantes anuncia sangre, sudor y lágrimas No sólo las crisis producen bajas. También las producen las medicinas, con frecuencia drásticas, que sirven para curarlas. Y en este punto es donde se da el retroceso, el golpe que el hacha devuelve al leñador. Quienes se emplean en la tarea dolorosa del recorte deben ser tipos con buen pulso, suficiente pericia y gran integridad física y probablemente moral. Cuando no es así, también caen desmochados como arbolillos. Tuvimos un ejemplo notable en el gobierno británico recién formado por el conservador David Cameron y el liberal demócrata, Nick Clegg. Destacaba en el equipo el economista David Laws, secretario del Tesoro destinado a practicar el primer gran recorte de la temporada, valorado en 7.300 millones de euros. No pudo ni empezar, pues tuvo que dimitir a los 17 días, en cuanto se supo que se había beneficiado fraudulentamente del reembolso del alquiler de un piso, que en realidad era propiedad de otro hombre, incidentalmente su pareja sentimental. Su sucesor, Danny Alexander, ha anunciado un recorte todavía mayor para los próximos cuatro años que alcanzará al 40 por ciento del presupuesto de algunos departamentos. La próxima víctima del retroceso será un leñador que ni siquiera ha empezado su tarea. Es el ministro de Trabajo francés, Eric Woerth, a quien Sarkozy ha encargado la reforma del sistema de pensiones, es decir, la poda del bosque sagrado del Estado de bienestar. La esposa de Woerth es la asesora financiera de la multimillonaria Lilianne Bettencourt, metida en un lío familiar y político que ha permitido saber de su fortuna en Suiza y de sus regalos en especies al partido de Sarkozy. No valen los alfeñiques ni los leñadores con cadáveres en el armario. Las crisis y los remedios de caballo con que se las trata piden tipos duros e intachables.

Leer más
profile avatar
11 de julio de 2010
Blogs de autor

El primer sorbo de agua

Después de 134 días sin probar alimentos sólidos y sin tomar ni un sorbo de líquido, Guillermo Fariñas llevó a sus labios un vaso plástico de color rojo y bebió un poco de agua. Eran las dos y 15 minutos de la tarde del jueves 8 de julio y del otro lado del cristal de la sala de Terapia Intensiva donde está ingresado, decenas de amigos que lo observaban se pusieron a aplaudir como si hubieran sido testigos de un milagro. Fariñas ha ganado una batalla pero todavía sostiene un duro combate contra la muerte, porque el terreno donde han tenido lugar las acciones de esta singular beligerancia ha sido su propio cuerpo, que es en fin de cuentas el único espacio que encontró disponible para llevar a cabo su campaña. Sus intestinos son ahora como conductos de un papel muy frágil destilando bacterias por los poros, su vena yugular está semi obstruida por un trombo que si llegara a desprenderse pudiera alojarse en el corazón, el cerebro o los pulmones; o más exactamente, en su corazón, en su cerebro, en sus pulmones. Ha tenido que enfrentar en cuatro ocasiones infecciones con estafilococos áureos y en las noches un agudo dolor en la ingle apenas le permite dormir. Su esófago apergaminado no esperaba aquel primer sorbo de agua. Le produjo un dolor tan profundo en el pecho que por un instante sospechó que estaba sufriendo un infarto, pero lo soportó en silencio. Del otro lado de su pieza encristalada estaban observándolo expectantes aquellos que durante días habían sostenido una vigilia en las afueras del hospital orando por su vida y otros que habían llegado desde muy lejos hasta la mitad de la isla para pedirle que terminara su martirio y para ser testigos de su victoria. No quiso aguarles la fiesta a los jubilosos colegas que aplaudían el triunfo de su causa y convirtió en sonrisa el gesto de dolor. La familia de Guillermo Fariñas me permitió cuidarlo en esa, su primera noche después de finalizar la huelga y él me consintió ser testigo de su sufrimiento, de sus menudas malacrianzas, de sus humanas debilidades. Sólo entonces descubrí al verdadero héroe de esta jornada.

Leer más
profile avatar
9 de julio de 2010
Blogs de autor

Que nadie responda en mi nombre al fascismo

Quería pedir a los lectores que con la mejor voluntad han respondido (como Francisco de Escaen) o pensaran en responder en este blog a la carta calumniadora de MGV del pasado día 3 que no deben perder su tiempo en esos menesteres. Tras las iniciales MGV se esconde la figura de un pésimo escritor en su día del Opus y hoy de nada, pues sólo escribe libelos infames a ciclostil que suele mandar o repartir a mano por las casas, y con cuyo nombre completo no quiero manchar ‘El boomeran'. Ataques de tan poco calado intelectual (basados siempre en mentiras, todas, como la de su carta del día 3, fácilmente comprobables en su falsedad) y dirigidos en su libelo contra los mejores nombres de la literatura española sólo merecen la respuesta del silencio. El individuo, sin embargo, es también un agresor faccioso, pues fue él quien me atacó físicamente en su día en el programa de televisión de Sánchez Dragó, siguiendo después con su matonismo del Antiguo Régimen una campaña de amenazas de muerte por las que le tuve que denunciar y llevar al juzgado. En el día de la vista, MGV, con la cobardía que le caracteriza, anduvo rogando miserablemente que retirara yo mi denuncia (que tenía una posible condena de cárcel), cosa que, por consejo de mi abogado, hice con condiciones ante el juez: la denuncia no está retirada sino suspendida, por lo que, al margen de pediros a quienes frecuentáis el blog que no le prestéis atención (que es lo que él desea), le advierto a él que puedo de nuevo llevarle a juicio por calumnias y amenazas.

Leer más
profile avatar
9 de julio de 2010
Blogs de autor

II. Hombres de un solo libro

Temo al hombre de un solo libro. La frase merece una reflexión, en primer lugar porque nos hallamos en Ginebra nos hallamos en la cuna del calvinismo, y ya sabemos que Calvino guió a su rebaño por la senda de un solo libro, la Biblia, con celo intransigente. Pero no hay que olvidar que los fundadores ilustrados de esta sociedad, herederos de la ambición de un pensamiento libre, crítico de las verdades establecidas, y nutrido de tantas fuentes como fuera posible, pretendían todo lo contrario, y en un lugar de uno solo, promover que se leyera la mayor cantidad posible de libros, mientras más contrastados mejor. Por eso fundaron la Sociedad.

            Pero tampoco hay que olvidar que al abrir sus puertas en 1818, triunfaba en Europa la restauración conservadora, tras el fin de la era napoleónica que pretendía extender las ideas liberales por todos los confines, y los caballeros que promovieron  la Sociedad supieron prevenirse  de despertar sospechas, así que la bautizaron como "sociedad literaria", cuidándose de explicar que no se trataba de una "sociedad política".

            La frase inscrita encima de la puerta, y con la que se da la bienvenida a visitantes y lectores, Temo al hombre de un solo libro, ha sido atribuida a lo largo de los tiempos nada menos que a Santo Tomás de Aquino, algo que la volvía menos sospechosa para los vigilantes de la ortodoxia en la austera Ginebra. Una frase que viniendo de Santo Tomás, despertaría entonces tan poco escozor como si fuera del mismo Calvino, ambos fieles a un solo libro y mismo libro; aunque entre ambos la ventaja la saca con creces Santo Tomás, porque su pensamiento teológico, el tomismo, dominó por siglos la doctrina de la iglesia católica, y fue en ese sentido un pensamiento único, como pocos en la historia de la humanidad, único y monolítico, sólo comparable al de Aristóteles, con el que se enlaza.

Leer más
profile avatar
9 de julio de 2010
Blogs de autor

Yo soy español, español, español

 

 

 

No estoy seguro que el fútbol nos haga mejores. Incluso tengo muchas dudas. Pero sí, algunas veces, nos hace más felices. Ayer durante una hora y media fuimos pasionalmente españoles. No llegamos a esos que cantan por las calles:"¡Yo soy español, español, español". Ser español. Ser de España. Pues sí, eso nos pasa a unos millones vivos y a muchos millones de muertos. Creo que es inevitable si lo eres y si no quieres cambiar la nacionalidad por razones de trabajo, vida, política o hartazgo. Sigo siendo español a pesar de todos los que me atizan con sus cantos, sus banderas y sus himnos. Lo soy porqué me tocó y, además, me gusta. Y me gusta a pesar de tantos españoles.

Soy español de la selección de fútbol. De esos jóvenes ricos que tienen cabeza y piernas. Soy español como David Villa, pero sin decir "¡Arriba España!", como le gustaba decir al "guaje" antes de entender- creo- que quería decir eso. Antes de que fuera una estrella del Barca. Mucho más que un club. Mucho más que el equipo mayoritario de Barcelona. Español y del Barca, además de catalán y español, comp. Carlos Puyol. El héroe de ayer.

Hoy desde Santander, al lado del estadio del Sardinero, ese lugar de épicas del pasado y de poco fútbol de ahora, me doy cuenta que el fútbol es lo que nos queda de España. De varias españas. Dentro de pocas horas muchos catalanes cabreados con la roñosería española del Estatut quiere robarles señas de identidad. Manifestarán sus diferencias, sus desacuerdos con España. Hoy, por la selección, sus periódicos referentes, sus medios de comunicación hablan del éxito de la selección española como algo suyo. Con seis jugadores del Barca y un héroe español y catalán llamado Carlos Pujol. Una cabeza que hace patria.

Pujol "el emperador" dice la prensa de Cantabria. Pujol tan español como aquél emperador alemán que murió bebiendo cerveza entre las molestias de la gota en su retiro español de un lugar de Extremadura. Pujol, Carlos I de España y V de Alemania. Otra vez  volviendo al sueño imperial. Y todo por un cabezazo bien dado en un momento oportuno a una cosa redonda de cuero. ¿Así se forjan los imperios? No creo. Más bien es que los imperios, las patrias y los españoles ya no somos lo que fuimos. En la España de la crisis, en la caída del imperio de Zapatero, en nuestro debilitado imperio, otra vez no se pone el sol. Somos mundiales desde Gasol a Nadal, desde Lorenzo a Pujol. El imperio ya no es de los castellanos. Si la bolsa sona, Barcelona es bona. Y sus jugadores son cojonudos aunque sean españoles.

Leer más
profile avatar
8 de julio de 2010
Blogs de autor

Adaptación de la universidad a la sociedad dada y prostitución de su ideario

Hace treinta años tuve ocasión de participar en un singular proyecto indisociablemente político e intelectual. El profesor Ramón Valls, eminente estudioso de Hegel, había sido nombrado Decano Comisario  y encargado de sentar las bases de lo que más tarde devendría Facultad de Filosofía de la Universidad del País Vasco, ubicada en la colina de Zorroaga en San sebastián. Yo entonces residía en Paris y daba clase en la Universidad de Dijon. Acepteé la propuesta siguiendo los pasos de Javier Echeverría, quien se había trasladado a San Sebastian desde Hannover.

En aquellos años el País Vasco era un auténtico hervidero y nuestro centro de Zorroaga se convirtió muy rápidamente  en un polo de atracción para toda clase de personas: estudiantes recién salidos del bachillerato obviamente, pero también trabajadores que se apuntaban a los cursos nocturnos, militantes políticos de las más variadas tendencias y profesores de diversas disciplinas(no sólo filósofos en el sentido convencional del término) que aceptaron la invitación de incorporarse al claustro de Zorroaga en razón de que presentían que la creación de una facultad de Filosofía era algo que va mucho más allá de la erección de un nuevo centro de estudios  con especialización disciplinar.

El ya fallecido filósofo francés Jacques Derrida fue uno de los que aceptó la invitación (junto a Pierre Aubenque, Julio Caro Baroja y tantos otros) de incorporarse al claustro, impartiendo un singular curso de doctorado que hubiera sido muy oportuno evocar durante las polémicas sobre la llamada declaración de Bolonia. Derrida se centraba en un texto de Kant que lleva el título de "El conflicto de las Facultades" y en el cual se defiende la tesis siguiente: el Departamento de Filosofía ha de constituir un departamento administrativo entre otros y sin embargo...toda la Universidad.

El substrato de la tesis de Kant es  la idea de que el concepto mismo de Universidad  exige que se de un lugar en el que las disciplinas particulares sean sometidas a un singular juicio, es decir:  sean  confrontadas  a las exigencias que se hallan en el origen de esas mismas disciplinas y que no son otras que exigencias puras de inteligibilidad. La Filosofía juzga del grado de fidelidad de cada disciplina del espíritu a lo que de hecho constituye su propia matriz.. En este sentido la Filosofía es la condición de posibilidad de que se configure  una universidad digna de tal nombre, es decir un lugar caracterizado por el desinterés y auténtico espejo de todo ideario de libertad y enriquecimiento del  espíritu que pueda darse en la sociedad global.

Útil es recordar  todo esto cuando, con motivo del proyecto de Bolonia, se repite una y otra vez que la Universidad ha de estar al servicio de la sociedad y que este servicio sólo es posible si la formación que depara  responde a las exigencias (económicas en primer lugar) de la misma.

Se trata de una auténtica- y deplorable- inversión de jerarquía. Cabe decir de la Universidad lo que Marcel Proust dice del arte, a saber, que debe realmente servir a los demás, pero que ello sólo es factible siendo rigurosamente fiel a sus propias exigencias (ya he tenido ocasión de escribir al respecto que sólo el radical valor moral del Guernica es  corolario de su peso artístico y que de tratarse de una obra mediocre, en nada o muy poco hubiera contribuido a subvertir nuestras conciencias). ¿Podría la Universidad responder a su concepto si adaptase su configuración administrativa, sus planes de estudios y la ordenación de las disciplinas a una sociedad que estuviera caracterizada por la negación efectiva de libertades o el abuso del débil? Nadie se atrevería a sostenerlo. Pues bien: en nuestras sociedades hay múltiples colectivos-camareros y taxistas por ejemplo- en los que el horario de trabajo puede alcanzar las doce y hasta las catorce horas. Se trata de sociedades dónde esta forma de condena al embrutecimiento se complementa con un ocio más embrutecedor todavía, de tal manera  que e halla excluida  toda forma de humanismo, es decir, toda confianza en la sentencia de Aristoteles según la  cual está en la naturaleza de todos los humanos el deseo de una vida libre y lúcida.  ¿Es a las exigencias de este tipo de sociedades a lo que debe adaptarse la Universidad?

La Universidad no debe adaptarse a nada más que a las exigencias de  la razón y a los imperativos de la libertad. Y si esto es imposible en una sociedad dada es obvio que lo que que hay que transformar es la sociedad, en lugar de sacrificar el ideario de la Universidad. Seguiré tratando el tema.  

Leer más
profile avatar
8 de julio de 2010
Blogs de autor

Euroninguneo británico

La patria del euroescepticismo ha dado un paso al frente. El nuevo ministro de Exteriores, el conservador William Hague, se ha propuesto definir un nuevo rumbo en cuatro discursos que irá pronunciando en los próximos meses. El primero, el 1 de julio, marcó la tonalidad y el tema de esta sinfonía: el euroescepticismo ya no es necesario; basta con prescindir de Europa y considerar a la Unión Europea como una mera institución regional, de débiles lazos y escasa influencia, con el único interés de que cuenta con recursos y puestos de funcionarios para los británicos. El segundo versará sobre Asia, el continente emergente del siglo XXI, al que Londres quiere acercarse con una nueva política exterior que prescinde de Bruselas y se concibe fundamentalmente desde la bilateralidad.

Esto ocurre en el mismo instante en que la UE organiza su Servicio de Acción Exterior, en cuya cúspide el anterior gobierno de Gordon Brown, anticipando la doctrina Hague, colocó a la británica Catherine Ashton. El diagnóstico del ministro de Exteriores sobre el momento mundial es certero y no difiere del que hacen las otras cancillerías: hay un desplazamiento del poder económico hacia Oriente y el Sur; el grupo de los países decisivos se ha ampliado en un planeta más multilateral; las nuevas amenazas exigen respuestas más complejas; está cambiando la naturaleza de los conflictos; y, finalmente, hay que contar con el nuevo mundo conectado a través de las nuevas tecnologías que exige una aproximación distinta a la política exterior. No hay unilateralismo en la aproximación de Hague. Tampoco ataques al multilateralismo, que considera útil e inevitable. El ministro sabe de la cantidad de interdependencias que vinculan a su país con el resto del mundo, empezando por la que cita como más fuerte y determinante, la relación con Washington. Su originalidad reside en la utilización de la idea de un mundo en red para privilegiar el bilateralismo, con el que Reino Unido aspira a jugar un papel determinante y recuperar la fuerza perdida. Esta diplomacia en red tan moderna se basa y quiere reanudar la vieja y maltrecha red del Imperio, luego Commonwealth, esa comunidad de los pueblos de habla inglesa sobre cuya superioridad tanto han escrito y hablado los dirigentes conservadores británicos. La teoría de la red sirve para consagrar la disolución de la idea europea. ?Lo mejor de la UE es que se trata de una red cambiante en la que sus miembros pueden aprovechar al máximo lo que cada país pone sobre la mesa?. Interesa a Londres, por supuesto, la relación, siempre bilateral, con Alemania y Francia, pero el país europeo más atractivo es precisamente uno al que franceses y alemanes no consideran europeo: Turquía, ?la mayor economía europea emergente y un buen ejemplo de un país que desarrolla un nuevo papel y unas nuevas relaciones por sí mismo, en parte en la cúspide y en parte fuera de las actuales estructuras y alianzas?. Un detalle singular es el compromiso adquirido en el programa electoral y ahora confirmado respecto a la Ayuda al Desarrollo, que se concibe como un brazo financiero imprescindible del despliegue exterior. A diferencia de los que están haciendo muchos gobiernos europeos, empezando por el de Zapatero, William Hague no admite recortes presupuestarios para este capítulo que alcanzará el 0,7% famoso del PIB en 2013, a pesar de que otros departamentos de su gabinete llegarán a recortar hasta el 40%. Hague defiende ferozmente los intereses británicos. Sus ideas, es una evidencia, son nocivas para Europa. Pero las defiende con competencia, buenos argumentos e incluso reflexiones útiles para todos. ?El país que es puramente reactivo en asuntos exteriores se halla en declive?, es una de las más destacadas, perfectamente aplicable a la UE y a muchos países socios. Londres acaba de inventar el euroninguneo. Hacer como si Europa no existiera. Evitar incluso la imprecación contra ella. Es la culminación de una gran maniobra estratégica que, en propiedad, empezó con el ingreso de Reino Unido en 1972, de la mano de un gobierno conservador, culminó con la dilución de la UE en el actual club de 27 miembros y encuentra su remate florido en una política exterior que sencillamente ignora y prescinde de un proyecto de unificación europea que da por liquidado.

Leer más
profile avatar
8 de julio de 2010
Blogs de autor

El avión de Moratinos

Mucho se especula en estos días sobre las posibles excarcelaciones de presos políticos. La prensa oficial ?como siempre- adormilada entre cifras de crecimiento y viejos discursos sacados de los archivos, no confirma ni desmiente esos rumores. Una meticulosa lectura de Granma arroja que el canciller español ha venido para condenar el bloqueo, hablar del cambio climático e intentar quitar la posición común de la Unión Europea hacia el gobierno de Cuba. Si nos dejáramos llevar por lo que dicen los locutores de voz engolada y corbatas a rallas, aquí no está pasando nada? o casi nada. Pero todos sabemos que algo se mueve en la oscura zona de la diplomacia, en ese terreno de la alta política que se teje de espaldas al pueblo. Los murmullos vienen y van. En ellos, a la palabra ?liberación? se le ha ido pegando un término de connotaciones infames: ?deportación?. ?Saldrán directo de las prisiones hacia los aviones? me dijo un señor que se la pasa con la oreja pegada al radio, escuchando la emisora prohibida que llega desde el Norte. La expatriación forzosa, la expulsión, el exilio, han sido prácticas habituales para deshacerse de los inconformes. ?Si no te gusta te vas?, te repiten desde chiquito; ?arranca y lárgate?, vuelven a espetarte si insistes en quejarte; ?¿para qué volviste??, recibes como saludo si osas regresar y seguir señalando lo que no te gusta. Habilidad en librarse de los incómodos, pericia para empujar fuera de la plataforma insular a quienes se le oponen, en eso sí que son diestros nuestros gobernantes. Tendría que ser muy grande el avión de Moratinos para poder llevarse en él a todos los que  les estorban a los autoritarios del patio. Ni un Jumbo alcanzaría para trasladar a aquellos que potencialmente tienen el riesgo de ir a prisión por sus ideas y por su accionar cívico. Una verdadera línea área con vuelos semanales se necesitaría para sacar a quienes no están de acuerdo con la gestión de Raúl Castro. Pero resulta que muchos no queremos irnos. Porque la decisión de vivir aquí o allá es algo tan personal como seleccionar pareja o ponerle nombre a un hijo, no se puede permitir que tantos cubanos se encuentren entre la pared de la prisión y la espada del destierro. Es inmoral forzar a la emigración a quienes sean liberados ?posiblemente- en los próximos días. Una simple y lógica pregunta salta cuando pensamos  en este tema: ¿No sería mejor que se los llevarán en ese avión a ?ellos??

PS. Comunicado del Arzobispado de La Habana aquí

Leer más
profile avatar
7 de julio de 2010
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.