Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

Stoned again

No sé si sea porque desde siempre me temo carne de diván, pero hasta hoy nunca me había enfrentado a un psicólogo. Siempre me han parecido interesantes, y no bien habla uno suelo guardar silencio y atender, no sea que me quede en la penumbra en torno a cierta parte básica del manual. Pero de ahí a pedirle que me arregle hay gran distancia, pues temo ingenuamente que no quiero arreglarme, y hasta le tengo horror a la salud mental, tomando en cuenta la posibilidad de que instalarme en la plena cordura redunde en una plena esterilidad. ¿Qué haría en ese caso? ¿Meterme a estudiar contaduría?

“Superstición”, sentenció mi psicólogo, el doctor Juan Carlos Muñoz Bojalil, entre las risotadas de los presentes. Estábamos en el auditorio de la Facultad de Psicología, entre estudiantes de ésa y otras ciencias, conversando sobre literatura desde el punto de vista de mi interlocutor. O sea que cuando menos no me iba a cobrar, aunque tal vez con gusto le hubiese pagado, considerando cuánto me estaba divirtiendo. Tal vez me habría gustado salir a la defensa de mis supersticiones, a las que considero parte de mi más entrañable patrimonio sentimental, pero esas cosas no se hacen con el analista, que a diferencia de los críticos literarios me concedía todo el derecho a equivocarme. Y esas cosas relajan a cualquiera, pues pocas situaciones existen tan incómodas como entablar público diálogo con el cuello estirado y el culo fruncido. Andreu Martín me enseñó una expresión idónea para aquellos gravísimos coloquios: misas de tres padres.

Tal vez la próxima etapa de la era Big Brother consista en someterse a pública terapia, como en una sesión de doble A donde todos podrían opinar, y eventualmente echarse a perder mimando los caprichos de Narciso. Y ahora, queridos amigos, una nueva pareja de anales-retentivos nos mostrará sus respectivos esfínteres. Por eso digo que el chiste es comenzar por relajarse, y eso es lo que me gusta de los terapeutas. Su papel es llevar la vida suavecito y su virtud jamás espantarse de nada. Propongo, pues, que en adelante las presentaciones literarias no se lleven ya a cabo con la complicidad de colegas amigos prestos a la exégesis, sino bajo el relajador escrutinio de un psicólogo amante de la literatura. ¿Quién no querría asistir a un strip-tease así?

Por experiencia sé que las presentaciones literarias ayudan poco a reforzar el ego del autor, pues incluso las más concurridas —y sobre todo ésas— no evitan una honda sensación de soledad cuando uno está de vuelta en el hotel y conversa sesudamente con el techo, de paso preguntándose qué hacer con los resabios de tanta intensidad. Lo cual no pasaría si en lugar de salir a emborracharse con otros neuróticos se tomara un café con el psicólogo, ahorrándose los tragos, los honorarios y la resaca a medio aeropuerto. Con el ego en su sitio, además. Dado de alta.

No sé si sea por la terapia de esta tarde, pero me ha mejorado el humor. O será por la luna inmensa allá afuera. O porque en una ventana del monitor tengo, desde el principio de estas líneas, a Joss Stone perturbando dulcemente mi trabajo, arriba a la derecha del procesador de palabras. No dudo que padezca una fijación con Joss Stone. Debí contárselo hoy al psicólogo. Aunque si en realidad quisiera progresar, tendría que ir y decírselo a Joss Stone. ¿O no es verdad, doctor? Are you there, Jossie Darling?

Ñáñaras, llamamos en México a una forma de súbita carne de gallina. Siente uno ñáñaras si a estas horas suena el teléfono y quien llama es la señorita Stone. O si habla de psicólogos y recuerda de pronto que ahora mismo trabaja con un personaje que es, entre otras cosas, terapeuta impostor. Me encantaría armar a un personaje psicólogo, pero me temo que en ese caso el impostor acabaría por ser yo, y eso le jode el ego a cualquiera. En fin, que se me está pasando la mano. Escribo con nostalgia por el diván. Mierda, ahí vienen las ñáñaras.

Leer más
profile avatar
26 de octubre de 2007
Blogs de autor

Vísperas

En cuestión de horas se dirimirá (o comenzará a dirimirse, en caso de ser necesaria una segunda vuelta) la identidad del próximo Presidente de los argentinos. Para todos aquellos que padecimos la dictadura en carne propia, el hecho de votar será siempre un gozo. Tengo demasiado presente el recuerdo de la opresión, de la violencia, de la persecución, como para ejercer mi derecho de elegir a la ligera. Ayer vi un anuncio del canal Rock & Pop TV que me causó mucha gracia. Un hombre sale del lugar del comicio y se cruza con otro que le pregunta a quién votó. El tipo dice que todos los candidatos le deban igual, que metió dentro del sobre la primera boleta que encontró. Entonces aparece un señor vestido a la usanza del siglo XIX y aspecto de prócer, y voltea al sujeto de una patada voladora. No recuerdo el slogan de memoria, pero apuntaba a que mucha gente puso lo mejor de sí para que este país salga adelante: no es justo, pues, que los irresponsables lo rifen al primer postor. Ojalá hubiese muchos más próceres en condiciones de aplicar patadas voladoras. Si hay algo que sobra en este país no son vacas, sino irresponsables.

Estas elecciones tienen peculiaridades que las diferencian de las realizadas en los 80 en adelante. En primer lugar, de todos los candidatos tan solo uno está en condiciones ciertas de gobernar. El resto, representantes de una oposición atomizada e impotente, presenta lo que son en esencia candidaturas testimoniales: ninguno de ellos duraría mucho tiempo en el gobierno, huérfanos de una estructura política que los sustente a lo largo y a lo ancho del país. Después de que el Partido Radical (UCR) se inmolase a lo bonzo durante la presidencia De La Rúa -que dicho sea de paso acaba de ser imputado por los crímenes de la represión que autorizó antes de caer-, la Argentina se convirtió en un país de partido único. Aquí no existe otra realidad que la del peronismo, que además perdió toda impronta ideológica en los últimos años, convirtiéndose en una estructura hueca, un mecanismo de poder al servicio de quien lo asalte con éxito -lo que va de Menem a Kirchner. La Argentina no saldrá definitivamente del marasmo hasta que reconstruya un sistema político con al menos dos fuerzas operantes y representativas. Sin oposición republicana -y conste que no dije miserable ni corrupta ni salvaje como la que tenemos, sino republicana en el nivel de un Lisandro de la Torre o de un Alfredo Palacios-, no se consolidará nunca una verdadera democracia.

Yo voy a votar a Cristina Fernández de Kirchner porque ninguna de las alternativas es sustentable ni superadora en el nivel de las ideas. Se podrá alegar que la administración Kirchner tuvo fallas, pero yo no pierdo perspectiva de la diferencia entre estas fallas del presente y el desastre producido por sus antecesores, de Alfonsín a Duhalde con obvias -y lamentabilísimas- escalas en Menem y Fernando de la Rúa. Todos estos hombres asumieron con aprobación popular y salieron por la puerta de atrás, dejando un país en llamas. En cambio Kirchner lo agarró postrado y lo entregará de pie. En el interín reformó la Corte Suprema concediéndole independencia verdadera, revivió la política de derechos humanos, estabilizó la economía y la puso en el umbral de la competitividad internacional. Nos quitó de encima la presión del FMI, convirtió en hechos la integración latinoamericana, bajó la desocupación, otorgó aumentos de sueldos y soportó a pie firme presiones internacionales y de poderes internos que querían manejar el mercado a su antojo. (Todavía lo recuerdo dando la cara y pidiéndole a la gente que boicotease a la Shell. Todos los demás se habrían prendido fuego con gasolina antes de contrariar a una multinacional.) Y algo que para mí no es para nada menor: no reprimió nunca las protestas populares.

Que haya muchas cosas por mejorar no significa que yo quiera arriesgarme a bajar de este nivel de logros mínimos e irrenunciables. Y eso es lo único que me ofrecen los candidatos de la oposición: el peligro de una nueva debacle.

Viviendo en una ciudad ombliguista como Buenos Aires, no pierdo la noción de que existe mucha gente con problemas de Atención Deficiente y Memoria de Corto Plazo. Gente que no está dispuesta a ceder nada en beneficio de otros y que demanda estándares de vida dignos de París. Gente selecta a la que la mayoría de la gente -lo que en otros tiempos se llamaba 'pueblo'- le produce urticaria y por eso vota a un millonario de ojos claros, de fortuna heredada, para conducir los destinos de la ciudad. (Dicho sea de paso, este Macri designó a un empresario sin experiencia de gestión pública como Secretario de Cultura y terminó echándolo antes de asumir. No es su primer papelón, y a este paso no será el último.)

Lo que quiero decir es que amo a este país y su destino me concierne y preocupa. Y como estamos en democracia y todo el mundo vota libremente, rezo para que no sobreabunden los Merecedores de Patadas Voladoras. Ojalá nos salga una bien -para variar.

Leer más
profile avatar
26 de octubre de 2007
Blogs de autor

I. HELADOS DE FRESA Y CHOCOLATE

Poco tiempo antes de la muerte de Jorge Luis Borges se puso muy de moda un poema supuestamente suyo, tanto que aparecía hasta en las revistas del corazón. En ese poema, el falso Borges decía, entre una lista de cosas que le gustaría hacer si volviera a nacer, que comería más helados —no recuerdo si de fresa o de chocolate— y que andaría descalzo sobre la hierba húmeda, o que metería los pies en la corriente de algún arroyo. A su avanzada edad, Borges parecía despedirse de la vida con un acto de contrición, como si la hubiera desperdiciado en nimiedades.

Se trataba a ojos vista de un Borges sospechoso. Desde las alturas de su espléndido rigor verbal, bajaba en aquel poema al terreno del lugar común y lo prosaico, que se emparentan tantas veces con el favor popular, como le sucede a los políticos cuando deciden irse por el curso de la retórica sensiblera, y suelen entonces ser efectivos en desconcertar las mentes, a imitación de los escritores de poca monta.

El poema nunca fue escrito por Borges, según todavía se empeña en demostrarlo su viuda María Kodama, y era más bien parte de la cosecha de una escritora norteamericana, traducido al español para alguna revista argentina, de donde, por uno de esos encadenamientos de casualidades, pasó a ser atribuido a este autor nuestro, fundamental en las letras universales.

Leer más
profile avatar
26 de octubre de 2007
Blogs de autor

DEPRESIÓN

El peor efecto de la depresión es aquel que impulsa a quedarse en sí, dentro de sí y rehuir el trato con los demás.

Con esa patología el problema se agrava, el círculo vicioso se estrecha y la depresión, ciertamente, es una de-valuación, un de-crecer de las dimensiones. En los demás, sin embargo, nos expandimos doblemente: 1) gracias al movimiento extensivo de comunicar. 2) gracias al soporte que nos prestan para persistir en la reunión con  nosotros.

Los otros actúan como polos espontáneos que por su atracción extraen el yo dolorido o extirpan, de hecho, al yo enfermo. Lo sacan afuera para ventilarlo o simplemente basta que lo asomen al exterior de su mundo para que pueda ver y relativizar los quebrantos que le ahogan.

Los prójimos, en cuanto nos aproximan, nos disuaden de la exagerada importancia que concedemos a nuestra adversidad. Y no hay nada más saludable que ironizar sobre nosotros mismo para deshacer el enredo. El yo irónico supera al yo, lo rodea, lo merodea, lo torea y escala hasta su cima. La ironía corona al yo y, milagrosamente, en su circunvolución lo limpia de adherencias indeseables mientras, además, lo bruñe de nuevo para recobra su perdida estimación.   

Leer más
profile avatar
26 de octubre de 2007
Blogs de autor

Permiso para leer

Uno entiende que un libro es importante cuando contrae con él una deuda impagable. Sólo que a diferencia de otros débitos, éste no mortifica, y hasta abundan los casos en que dignifica. Esto último lo constato de memoria: “El estarse muriendo de ganas de que le llamen a uno por teléfono y darse el gustazo de no contestar es prueba de respeto por sí mismo.” Cuando llegó a mi vida la novela que acabo de citar, merced a un accidente de la fortuna que puso frente a mí un paquete para otro destinatario, apenas si tardé en asumir que no había opción más digna que huir con ella oculta de inmediato.

     Unas cuarenta páginas más tarde, ya embebido, reivindicaba el hurto ante mí mismo aduciendo que en realidad la novela me había robado a mí. Hasta donde recuerdo, más tardé en alcanzar el segundo capítulo que en aprenderme el título completo: Cuaderno de navegación en un sillón Voltaire: I. La vida exagerada de Martín Romaña. Era uno de esos libros que pasan frente a uno como lo haría una mujer intempestivamente indispensable, y nos colgamos de ellos como de la cintura de esa ninfa sin la cual ni la Gloria parece interesante. La narración chisporroteaba, literalmente, y uno brincaba de la carcajada al asombro presa de una empatía similar a la de una amistad que nace a media cárcel. Sólo un tequila doble se habría hecho entrañable en menos tiempo.

     Ahora bien, si a las entrañas he de referirme, no me atrevo a ignorar Un mundo para Julius, una de esas novelas cuya lectura pronto se convierte en un acto consciente de atesoramiento (recuerdo haber besado repetidamente la cubierta de cuatro libros: La inmortalidad, de Kundera, El retrato de Dorian Gray, de Wilde, La guerra del fin del mundo, de Vargas Llosa, y éste). Costaba algún trabajo creer que el autor de Julius fuese el mismo que el de Martín Romaña, pero no bien acabé de cranearlo me vi sumando deudas con interés compuesto y extendiendo el crédito de un narrador agudo y un hombre taciturno que respondían al nombre de Alfredo Bryce Echenique.

     Hace casi un par de años, en esa disneylandia literaria que es el lobby del Hilton de Guadalajara durante la Feria Internacional del Libro, vi salir a Juan Cruz del elevador, acompañado justamente del narrador que tantas veces me había sacado del presidio de la realidad. Bryce Echenique Live. ¿Cómo explicarle que éramos viejos cómplices? Lo sabría, supongo, toda vez que una gran cualidad de sus escritos está en hacer de lectores compinches (no en balde en la dedicatoria de La vida exagerada…, el autor certifica que “uno escribe para que lo quieran más”). En todo caso, la complicidad creció. El tipo era un tipazo, pero igual resistí el legítimo impulso de pedirle que hablara largo y tendido de Octavia de Cádiz; así como el de confesarle solemnemente que en sus cuadernos de navegación —el rojo, el azul— encontré tantas risotadas convulsivas como francas y añejas dolencias del alma.

     Desde entonces, y en realidad mucho antes de entonces, a Bryce le creo virtualmente todo. Soy su lector asiduo y agradecido, de modo que no tengo el motivo ni las ganas de sumarme al pelotón de fiscales que ahora le piden cuentas como si alguna vez lo hubieran leído. Francamente no sé qué sucedió con el reciente entuerto periodístico que tanta saña ha suscitado en su contra, ni me provoca husmear en la basura. Le creo y ya. No tengo que firmarlo, ni que apostar por ello, ni que sacar la cara por una obra entrañable y espléndida que en consecuencia se defiende sola. Bien harían en acercarse a ella sus detractores de ocasión.

     Ignoro si algún día vuelva a verlo, mas persisto en citar la deuda que nos une. No sé cuánto le debo, aunque es bastante para vivirle agradecido, más allá de las furias jacobinas de tantos indignados no-lectores. No soy fiscal, ni detective, ni alcaide. Por el contrario, y como ya lo he dicho, en repetidas ocasiones me valí de la escritura de Alfredo Bryce Echenique para escapar del cautiverio de la realidad. Desde ahí y hasta el fin, suyo es todo mi crédito.

Leer más
profile avatar
25 de octubre de 2007
Blogs de autor

Cuando estar vivo era una maldición

El otro día di por casualidad con uno de esos especiales de VH1 llamados Storytellers. Estaba dedicado a Pearl Jam y me quedé viendo un poquito del concierto. No soy lo que se dice un fanático de la banda, pero tienen algunas canciones (las más obvias, imagino: desde Jeremy hasta Man of the Hour) que me gustan mucho. En un momento Eddie Vedder, cantante y frontman, se puso a contar la historia de uno de sus temas más memorables, llamado Alive. En un principio la canción se llamaba The Curse (La Maldición). Admitió que se trataba de una historia real, la de un adolescente al que su madre le revelaba no sólo que aquel a quien había creido su padre no lo era, sino que su padre verdadero había muerto cuando este chico tenía 13 años. "En realidad no era un chico al que conociese demasiado bien", dijo, para después confesar que se trataba de sí mismo: "La verdad es que no me conocía por aquel entonces. ¡Si apenas estaba ahí!"

La letra tal como uno puede leerla todavía hoy le da sentido al título original de la canción. Al enterarse de que nunca podrá conocer a su verdadero padre, el chico siente que su propia vida es una maldición. Aunque la madre intenta consolarlo minimizando el asunto, el crío se pregunta si merece estar vivo.

Vedder prosiguió diciendo que lo sorprendió la reacción de su público cada vez que Pearl Jam interpretaba la canción en vivo. En efecto, tal como sigue ocurriendo, la gente corea el estribillo como si fuese una declaración de victoria: 'I'm still alive'. Todavía estoy vivo. En concierto, ese estribillo no habla de la conciencia de estar maldito sino de la de haber sobrevivido a pesar de tenerlo todo en contra. Ante la relectura del público, Vedder terminó aceptando que su canción podía tener un sentido distinto al que había pretendido darle en el comienzo: "Fue la gente la que rompió la maldición (the curse)".

Me gustó la anécdota porque sintetiza lo que ocurre tantas veces a poetas, escritores, dramaturgos, cineastas, artistas plásticos. El sentido del relato que lanzan al mundo sólo se completa con la intervención de los otros: los lectores, los oyentes -el público. A menudo el artista cree estar expresando algo y no es consciente de la existencia de un 'algo más' que ha preferido no ver durante el proceso creativo, precisamente porque necesita llevarlo a cabo hasta el fin sin autocensurarse. Quizás el Vedder que escribió la letra alentaba el secreto deseo de que su canción convirtiese un padecimiento privado en un triunfo épico, aun cuando no se atreviese a confesárselo a sí mismo. Pero el espaldarazo de la gente que corea 'I'm still alive' le demostró que esa redención era posible.

Sobrevivir es necesario, pero la necesidad no acaba allí. También necesitamos cantar la gloria de esa supervivencia.

Leer más
profile avatar
25 de octubre de 2007
Blogs de autor

EL AZAR

Estamos pensando intensamente en alguien y esa persona, de repente, aparece entre la muchedumbre. Los racionalistas explican este prodigio a través de la ecuación contraria al virtual misterio de la aparición. No surge aquella persona porque nuestro pensamiento la evoca con mucha fuerza sino que la persona se halla previamente allí y sólo es nuestra extremada alerta quien la detecta.

De este modo, el mundo se desencanta y en su continuación mostrará una sucesión de secuencias con mediocre entusiasmo para los seres humanos. Como le sucede a los mismos animales, se come y se complace en los campos donde hay pasto, se ayuna y se pena en los territorios estériles o ralos.

El mundo y la vida que discurre en el interior de ese universo se comporta como un simple artilugio mecánico y en absoluto como un sortilegio. La casualidad, la serendipity, constituía en el ámbito de la fe el último y más socorrido reducto para creer en la intervención mágica. Pero si la casualidad, la coincidencia, lo fortuito pierden su naturaleza milagrosa ¿qué nos queda esperar? ¿Tan sólo el resultado de la concatenación entre la actuación y el resultado, el encadenamiento entre la siembra y la cosecha, la hoz y el grano, la esforzada carrera y la anticipada meta? Sin azar la vida pierde gran parte de su mejor interés. Negar, por tanto, las explicaciones lógicas, la concatenación causa-efecto, la ordinaria relación espacio-tiempo, se convierte así en un afán imprescindible para defender el superior valor de la vida y lo que es más decisivo: su irracionalidad y su sinsentido.

Leer más
profile avatar
25 de octubre de 2007
Blogs de autor

POESÍA SIN METÁFORAS

En la letra de un bolero famoso del que tomé el título para mi novela Sombras nada más, el cantor enamorado ofrece a la amada “abrir lentamente sus venas” y su "sangre toda verterla a sus pies". Entregar de manera metafórica la sangre, el corazón, los ojos, viene desde los tiempos del más crudo romanticismo copiado luego en las canciones populares.

Pero en la ciudad de México vino a resultar un poeta más que generoso, no con su propia sangre, sino con la de la amada, y de manera nada metafórica. Y aquello de “voy a comerte a besos”, tan común en el lenguaje coloquial del amor, lo transformó en un verdadero banquete, pues terminó engulléndose a la mujer que había escogido como musa y amante.

La víctima se llama Soledad Garabito, y el poeta aficionado a la carne femenina, se llama José Luis Calvo Zepeda, quien vendía su producción poética en octavillas por las calles del barrio La Condesa, que está muy de moda entre los artistas; ya no tuvo oportunidad de editar su primer libro, a menos que lo haga desde la cárcel.

Según las cuentas de la policía, el poeta caníbal ya había asesinado a otras dos musas, e igualmente se las había comido. “La carne que tienta con sus frescos racimos/y la muerte que aguarda con sus fúnebres ramos” cantaba Rubén Darío. El poeta Calvo Zepeda, diestro más con el cuchillo que con la pluma, no dejó aguardar a la muerte, e hizo de la celeste carne su plato favorito.

Leer más
profile avatar
25 de octubre de 2007
Blogs de autor

Exportaciones venezolanas

Lo más impresionante de lo que ocurre en Caracas es un detalle: los estudiantes que marcharon ayer en contra de la reforma constitucional provienen de la universidad central y de la universidad católica. Dentro de un panorama de suma polarización, la reunión de dos mundos tan distintos, que se veían sobre todo como distintos, es un rasgo tan nuevo que me parece necesario esperar antes de gritar la victoria del presidente Hugo Chávez en su intento de encerrarse en el poder para toda su vida.

A veces, lo que parece obvio puede fracasar y el poder bolivariano acaba de comprobarlo de manera repetida en pocos días al fracasar en un intento de exportaciones ideológicas.

Caso uno: el presidente Chávez hizo una exportación hacia Bolivia de misiones de médicos cubanos. Sólo los tontos o los ciegos pueden negar la buena acogida de estos médicos en los barrios de Venezuela. Tener un médico que presta un servicio gratuito cuando uno tiene casi nada es algo que cambia la vida. Ahora bien, parece que en Santa Cruz de la Sierra no es el caso. Los médicos cubanos viven acorralados en una casa y son el blanco de atentados.

Caso dos: un intento de exportación del culto de Che Guevara a Irán. El diario The Times de Londres  cuenta un episodio hilarante. En presencia de Aleida, hija del Che y de una ideología fanática, se habló del “guerrillero heroico” como de un hombre religioso. Después de comprobar que era una traducción correcta, la honesta Aleida provocó la consternación en la audiencia al decir que su padre nunca habló de Dios y tampoco lo había encontrado a lo largo de su vida.

Tal como lo que ocurre con los estudiantes en Caracas, en ambos casos, vemos que las viejas fronteras no corresponden a la época en que vivimos. Proclamarse de derecha o de izquierda no basta para actuar con aliados seguros. En Bolivia es más importante saber si uno pertenece al centro (La Paz) o a la periferia. En Irán, es más importante ubicarse al lado de Dios que tener una posición política correcta. Buena lección: en un mundo globalizado, se multiplican las opciones de fragmentación.

Leer más
profile avatar
24 de octubre de 2007
Blogs de autor

Al Gore

Creo que si fuese ciudadano de USA votaría a Al Gore. Al menos lo hubiera votado contra ese que le arrebató con artes dudosas la presidencia. Ese de cuyo nombre no quiero acordarme. Ese que no me gusta ni para amigo de Aznar, bueno, aquí exagero. Sí creo que puede ser un buen amigo de Aznar, pero pocos méritos más.

Ahora bien, una vez entregado mi voto para Al Gore, no le daría ni un voto para su documental famoso, “Una verdad incómoda”. Me parece, para empezar, un rollo. Una lata personalista, un cine de agitación y propaganda- lo cual no quiere decir que sea malo, hay ejemplos extraordinarios en ese cine desde Eisenstein a Riefensthal pasando por varias guerras y posguerras- lleno de buenas razones y de pésimos resultados. Naturalmente hablo de resultados, de verdades artísticas. De los otros ya sabemos que es un éxito por más incomprensible que nos parezca. Premiado con dos Oscar. Después premiado el protagonista absoluto con el Príncipe de Asturias, con el Nóbel, con el Premio de honor por ser vecino modelo de su barrio y con la medalla de platino por ser el más guapo de los sesentones perdedores de la Casa Blanca. En fin, un gran tipo. Lo que pasa es que se lo ponen fácil. Por un lado ataca a su favor un tal Rajoy que tiene un primo en Sevilla. Y por otro, regalan su tocho documental los socialistas en los colegios públicos. Negocio con la izquierda impulsado por las torpezas de la derecha. Desde luego Gore es un tipo con suerte. El gran negocio de no haber ganado las elecciones.

Seguro que el mundo, no sólo USA, hubiera sido más razonable con un presidente como él. No hubiera existido la guerra de Irak- digo, es un decir y desear- , Nueva Orleáns quizá no hubiera sufrido lo que sufrió y posiblemente se conversaría más de las cosas importantes que del juicio a Michael Jackson, por ejemplo.

Dice Gore en su libro, “Ataque a la razón”  que:”la buena noticia es que ya sabemos que hacer. Que disponemos de todo para hacer frente al calentamiento global….Que tenemos de todo, menos la voluntad política”. Espero que llegue al poder- a pesar de su mal documental, de su negocio redondo con ese reportaje de culto a su personalidad, a su lado bueno y cargado de razones y sin embargo, romo y pesado desde el lado artístico- antes de que el deterioro de la autoridad moral de los mandatarios, de los dirigentes de USA pueda caer más bajo. Que además de triunfar en Europa, como si fuera un Woody Allen, un Bob Dylan-¡ya quisiera!- lo haga en su país para el bien de todos. Y para librarnos de la pesadez de documentales cómo ése. Y además repartido en los colegios. ¡Cómo aquella leche en polvo de los años de la guerra fría! 

Leer más
profile avatar
24 de octubre de 2007
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.