Skip to main content
Escrito por

Rafael Argullol

Rafael Argullol Murgadas (Barcelona, 1949), narrador, poeta y ensayista, es catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Es autor de treinta libros en distintos ámbitos literarios. Entre ellos: poesía (Disturbios del conocimiento, Duelo en el Valle de la Muerte, El afilador de cuchillos), novela (Lampedusa, El asalto del cielo, Desciende, río invisible, La razón del mal, Transeuropa, Davalú o el dolor) y ensayo (La atracción del abismo, El Héroe y el Único, El fin del mundo como obra de arte, Aventura: Una filosofía nómada, Manifiesto contra la servidumbre). Como escritura transversal más allá de los géneros literarios ha publicado: Cazador de instantes, El puente del fuego, Enciclopedia del crepúsculo, Breviario de la aurora, Visión desde el fondo del mar. Recientemente, ha publicado Moisès Broggi, cirurgià, l'any 104 de la seva vida (2013) y Maldita perfección. Escritos sobre el sacrificio y la celebración de la belleza (2013). Ha estudiado Filosofía, Economía y Ciencias de la Información en la Universidad de Barcelona. Estudió también en la Universidad de Roma, en el Warburg Institute de Londres y en la Universidad Libre de Berlín, doctorándose en Filosofía (1979) en su ciudad natal. Fue profesor visitante en la Universidad de Berkeley. Ha impartido docencia en universidades europeas y americanas y ha dado conferencias en ciudades de Europa, América y Asia. Colaborador habitual de diarios y revistas, ha vinculado con frecuencia su faceta de viajero y su estética literaria. Ha intervenido en diversos proyectos teatrales y cinematográficos. Ha ganado el Premio Nadal con su novela La razón del mal (1993), el Premio Ensayo de Fondo de Cultura Económica con Una educación sensorial (2002), y los premios Cálamo (2010), Ciudad de Barcelona (2010) con Visión desde el fondo del mar y el Observatorio Achtall de Ensayo en 2015. Acantilado ha emprendido la publicación de toda su obra.

 

Blogs de autor

Galería de espectros: la chica en el hotel

Edward Hopper, "Hotel Room", 1931Rafael Argullol: Hoy, en mi galería de espectros, he visto la delicada silueta de la chica en el hotel.

Delfín Agudelo: Seguramente pasó al frente tuyo el espectro de un cuadro de Hopper.

R.A.: Me refiero al cuadro de Hooper que tiene un extraño equilibrio entre la sensualidad y la desolación, como la mayoría de los cuadros de Hopper. Pero en este caso la participación de sus elementos, el de una sensualidad muy contemporánea y muy sutil, y al mismo tiempo la desolación de hombre -sobre todo de la mujer- en el mundo moderno se complementa muy bien y quedan herméticamente encerrados en el interior de la habitación de un hotel. Esos factores hopperianos a través de esta chica resumen muy bien nuestra condición de paso, nuestra condición nómada, nuestra provisionalidad, el carácter transitorio de todos nuestros estados. Vivimos en un mundo en que lo fijo y lo sólido se ha vuelto cada vez menos frecuente, es un mundo delicuescente, líquido, en movimiento, y el protagonista de nuestro mundo sea alguien que está en la habitación de un hotel, solo, pensando en su propia soledad. Ya no es en ese interior sino en el pueblo, en la ciudad, en el mundo que lo envuelve, y esto me parece que es algo que expresa a la perfección uno de las tendencias dominantes de nuestra época. Me fascina, además, esa especie de abandono a la propia sensualidad y a la propia desolación como si libremente la chica hubiera buscado llegar a esa escenografía, pero una vez ha llegado en lugar de resistirse a su propia situación se abandona de una manera muy melancólica, nostálgica e incluso como si éste fuera su propio destino. El destino de alguien que continuamente está de paso, viajando, de alguien que se ha prometido en un momento determinado la felicidad pero ve que todo es necesariamente imperfecto que finalmente no se resiste a esta imperfección sino que incluso llega a encontrar el placer recóndito que esta imperfección oculta.

Leer más
profile avatar
20 de junio de 2008
Blogs de autor

El rey-bufón

Vuelvo de Italia, país en el que viví varios años y al que regreso siempre que puedo. La mayoría de mis amigos están desolados porque no entienden cómo un personaje de la catadura de Berlusconi, siendo un fenómeno político, muy tangible por tanto, se ha convertido casi en un problema metafísico sobre el que se hacen todo tipo de cábalas. Por lo general estos amigos tienden a creer que se trata de una anomalía "muy italiana" y, paralelamente, expresan una curiosa envidia por la situación española: Zapatero está en boca de muchos como antídoto benéfico de su Berlusconi.

A mí me parece que el personaje Berlusconi -no sé a quién se le pudo ocurrir llamarle Il Cavaliere-, aunque posee características genuinamente italianas, trasciende el escenario político de Italia y en este sentido se ha transformado en un arquetipo que nos afecta a todos. Lo más preocupante es que en muchos aspectos Berlusconi se perfila, no tanto como una rémora del pasado inmediato, cuanto como un anticipador de tiempos futuros.

En el juego de hipótesis acerca del personaje yo he apostado ante mis amigos italianos por una que explicaría el éxito inédito de alguien como él: Berlusconi habría tenido la habilidad de apoderarse de dos papeles contrapuestos del escenario para erigirse en rey-bufón. Esta síntesis le daría una ventaja de grandes proporciones pues asumiría las funciones de las dos figuras, el poder del rey y el contrapoder del bufón. Basta recordar las obras de Shakespeare o las pinturas de Velázquez para rememorar en qué consistía dicho contrapoder y cómo la bufonada canalizaba y redondeaba el absolutismo real. El bufón necesitaba del rey para difundir su visión grotesca -y popular- del mundo; el rey requería del bufón una ironía brutal que hiciera soportable su arbitrariedad.

La jugada maestra de Berlusconi ha sido usurpar muchos papeles y presentarlos superpuestos ante sus adversarios. De un lado, el rey absoluto que se apodera de la mayoría de los resortes del poder; de otro lado, el bufón que distorsiona grotescamente el paisaje, aunque no para proclamar la verdad -como harían los bufones medievales o barrocos-, sino para reforzar la mentira.

En cuanto rey, Berlusconi es el hombre más rico de Italia y el propietario casi monopolístico de los medios de comunicación. En cuanto bufón, es el encargado de ironizar sobre su propio poderío mediante la continua manipulación del lenguaje.

Creo que lo catastrófico para la sociedad italiana ha sido dejar que se cerrara el círculo permitiendo que Berlusconi dispusiera del poder y del contrapoder. Eso hace que muchos perciban la situación política como una enfermedad espiritual y moral. Yo puedo estar de acuerdo con este diagnóstico siempre que al sopesar los síntomas de la epidemia Berlusconi se advierta que junto con ciertos factores locales, genuinamente italianos, hay factores de peso y gravedad universales.

El rey-bufón ha sabido explotar con enorme astucia los demonios familiares de Italia, desde la endémica ruptura entre el Norte y el Mezzogiorno hasta la interferencia constante del Vaticano. También ha aprovechado sin contemplaciones el hundimiento de la clase política italiana de posguerra, la más culta y gastada de Europa, y especialmente del Partido Comunista, que después de ser un microcosmos casi perfecto se sumió en un proceso suicida con sucesivas autoaniquilaciones hasta llegar a la patética confusión actual.

Mientras el viejo sistema se deterioraba, Berlusconi aprendía a ser rey-bufón: se hacía rico por medios opacos, esquivaba juicios, compraba televisiones y, por encima de todo, distorsionaba el lenguaje público. Sus oponentes, enredados en disimular la quiebra de sus ideologías con denominaciones vegetales -que si Olivo, que si Margarita-, hubieran debido de advertir a quién tenían delante cuando Berlusconi le puso a su partido el grito de guerra de los tifosi: Forza Italia.

Toda una declaración de guerra, en efecto, simultáneamente belicosa y bufonesca, con la que Berlusconi dejaba bien claro cuál era su ambiciosa perspectiva tras la disolución de las ideologías de procedencia ilustrada y romántica ¿Y en qué consistía esta perspectiva? Fundamentalmente en un moralismo sin moral que supuestamente liberaba a la sociedad de la mala conciencia que durante tantos años había inculcado la ideología utopista: nuevos ricos, podéis practicar tranquilamente el novorriquismo;

especuladores, con argucias y suerte os libraréis de los tribunales; ignorantes, ni tenéis cultura ni os hace falta tenerla; vulgares, haced ostentación de vuestra vulgaridad; triviales, benditos seáis por vuestra trivialidad. Todo aderezado con la astracanada y la pirueta circense aunque férreamente sustentado en el poder del dinero.

Es decir, el berlusconismo, del cual el propio Berlusconi debe opinar que existe no tanto por él como por la voluntad de los ciudadanos: el berlusconismo en cuanto estado espiritual. Y si así opina no le falta razón porque, desde luego, él no ha inventado el despiadado pragmatismo de estos últimos años, sino que, gracias a su condición de rey-bufón, le ha sabido dar forma de una manera particularmente dañina y espectacular.

Sin embargo, en lo que se equivocan, pienso, mis amigos italianos es en creer que la epidemia Berlusconi es únicamente local. Influye en esta apreciación que en Italia los síntomas presenten una singular virulencia en estas primeras semanas posteriores al triunfo electoral de la derecha. De pronto, los ciudadanos ven en televisión escenas que recuerdan otros tiempos: jóvenes vociferando con el saludo romano o ataques populares a los campamentos de inmigrantes ilegales. Todo esto es llamativo pero no sorprendente dado el espectacular aumento de las opiniones xenófobas en el seno de la sociedad. Sin salir de Europa encontramos indicios de la misma enfermedad moral que conmueve Italia en Francia u Holanda.

Hay una fórmula para describir la ceguera ante la propia enfermedad, una ceguera que entraña enormes peligros: los enfermos son los otros. Es decir, como siempre, los extranjeros. Con respecto a España, a la que sorprendentemente muchos citan como tierra de promisión, es verdad que nuestro engranaje político, por fortuna, no ha llegado al grado de deterioro del de Italia, ni ha aparecido todavía -esperemos que no aparezca- un rey-bufón como Il Cavaliere. Pero la tragicómica endogamia de los partidos es ya similar. ¿Y qué decir del novorriquismo, la corrupción, la vulgaridad o la ignorancia? Competimos en ser la Octava Potencia Económica del Mundo. Zapatero dice que es España. El pobre Prodi decía que todavía era Italia. Y también, según todos los estudios, competimos en ser uno de los países con la peor educación de Europa.

El País, 23/05/2008

Leer más
profile avatar
19 de junio de 2008
Blogs de autor

La democratización de la escritura

Rafael Argullol: Se produce esa escenificación inmediata.

Delfín Agudelo: Hay un elemento muy interesante en cuanto a la inmediatez del blog literario que me llama mucho la atención: la carencia de intermediarios. No tiene coste abrir el blog. Lo abres y cualquier persona del mundo puede acceder. Es el autor quien decide qué publicar. Estás publicando sin la intermediación de un editor, de una casa editorial, de alguien que diga que es digno de ser publicado, o que te hace falta cambiarle esto y aquello. Me imagino que los editores están detrás de un blog literario, como un scout de fútbol viendo un partido de barrio. Hay textos que jamás habríamos conocido; de la misma manera que hay muchos otros que jamás debieron haber dejado salir a la luz.

R.A.: Compararía lo que ha ocurrido con Internet en general y con los blogs en particular a los auténticos procesos que han tenido lugar en las grandes revoluciones. Me refiero a revoluciones reales, sociales y políticas Cuando se da la revolución francesa, y no digamos la rusa, se produce una conclusión general en la que en un momento determinado todo parece anunciar una nueva humanidad, una nueva civilización. Y luego, evidentemente dentro de los procesos revolucionarios, se producen elementos caóticos, elementos de servidumbre, que posteriormente son más bien oscuros. En el caso de Internet y de los blog es desde el punto de vista de la escritura una revolución sin precedentes. Es una revolución mucho más profunda y de alcance más estremecedora que la invención de la imprenta que, aunque modificó muchísimo la relación del autor con el público, no dejaba de ser una aplicación mecánica de los manuscritos anteriores que conseguían una mayor celeridad de llegar al público; pero no se producía la inmediatez y simultaneidad actual. Ahora la revolución es de enormes dimensiones. Hay toda una serie de aspectos que son tremendamente positivos, que es la democratización total o casi total de la escritura. Cualquiera puede sentirse escritor. Cualquiera puede sentirse escritor montando su blog, su revista literaria, su libro virtual, incluso sus obras completas virtuales. Cualquiera puede sentirse comentarista- ya no lector, sino comentarista, crítico, juzgador, teórico-literario de aquello que recibe. Evidentemente ese factor que es de una potencia brutal tiene el contrapeso de que se mezclan muchas cosas, como el caos, el oscurantismo, el hecho de que no hay unos filtros que lleguen a ordenar mínimamente la calidad tanto del que emite como del que hace de público activo. Nos encontramos con una especie de totum revolutum en el cual sin duda se están construyendo cosas admirables, y que está liberando energías extraordinarias; pero que al mismo tiempo evidentemente facilita una especie de gato por liebre universal.

Leer más
profile avatar
18 de junio de 2008
Blogs de autor

La inmediatez de la confesión

Rafael Argullol: Es un mensaje en la botella lanzado al mar pero lanzado a un mar en la cual hay una multitud de destinatarios que pueden acusar recepción de manera casi inmediata.

Delfín Agudelo: Siento que la idea de la botella es muy útil en este caso. Siempre me ha llamado mucho la atención la delgada línea que separa al blog literario del diario. Pienso así en la relación entre botella e interioridad del blog. Pero lo que también tiene es que, a diferencia del diario que se queda cerrado y guardado, es algo que haciendo clic ya tiene una puesta en escena que me parece magnífica de parte de aquél que está escribiendo y exteriorizando. Hay gente que escribe para ser leída; otra para crear un personaje propio; sin embargo, hay un choque entre lo público y esa interioridad de la botella que rompe las barreras del lector.

R.A.: La relación del blog con los diversos géneros autobiográficos es evidente, y fundamentalmente con el diario. A este respecto creo que ha alterado también lo que eran los ritmos tradicionales de la escritura autobiográfica. En los ritmos habituales, desde las Confesiones de San Agustín o antes hasta nuestros días, creo que se podría buscar toda una serie de tipologías. El escritor que escribía el diario como una especie de vómito visceral inmediato y escasamente preocupado con la idea que esto viera la luz. Digamos que crudamente verdadero hasta las propias entrañas; se trataba del que escribía desde esas entrañas pero entendiendo que era posible que en su momento lo escrito viera la luz. Y así distintas gradaciones hasta el escritor que escribía el diario con la clara voluntad de que en el futuro eso viera la luz. En esta gradación incluiría las anotaciones autobiográficas de Antonin Artaud como unas muy vinculadas a una visceralidad en la que te puedes preguntar claramente si Artaud pensaba que eso vería la luz en algún momento. Y en el extremo final de esa gradación nos encontraríamos con lo diarios de Thomas Mann, a los cuales él mismo, en los sellos que acompañaban a los paquetes, indicaba que tendrían que abrirse y publicarse veinte años después de su muerte, teniendo así una clara voluntad de que vieran la luz.

 El blog ha introducido toda una serie de matices en esa gradación, porque el que escribe el blog puede alterar su propio ritmo, su propio estado de ánimo; puede, por ejemplo, llegar a una especie de inmediatez de tipo muy emotivo y sensitivo, o puede hacer algo muy planificado desde el punto de vista literario. En el momento en que tú aplicas el clic, modificas claramente estas gradaciones tradicionales; puedes enviar algo de una emotividad inmediata; por así decirlo, puedes enviar algo estilo Antonin Artaud o algo estilo Thomas Mann. En ambos casos -aunque evidentemente la escenificación íntima es distinta- la significación pública es la misma porque te sometes a ese público que va a ver tu escrito de manera inmediata. Ni hay la prevención de los veinte años de Mann, ni hay esa especie de incertidumbre de los escritos a lo Artaud en que alguien luego recupera lo que no sabes si efectivamente estaba pensado para ser publicado. Se produce esa escenificación inmediata.

Leer más
profile avatar
17 de junio de 2008
Blogs de autor

Galería de espectros: Kris Kelvin

Fotograma de Rafael Argullol: Hoy, en mi galería de espectros, me ha parecido ver el acuoso espectro de Kris Kelvin.

Delfín Agudelo: ¿Te refieres a Kelvin, protagonista de Solaris de Tarkovsky?

R.A.: Sí, he pensado en Kelvin y en general en todo el planteamiento de la película de Tarkovsky que se desarrolla paralelamente a la novela escrita por Stanislaw Lem. Se me han venido a la cabeza durante estos días al ver determinadas imágenes de la sonda fénix que ha amerizado en Marte a la búsqueda de rastros de placas heladas; es decir, a la búsqueda de agua. Y he pensado que en realidad esa desesperada búsqueda exterior de la vida que ha llevado a cabo siempre el ser humano ha tenido un símbolo fundamental que es el del agua, la condición misma de la vida. En ese sentido, qué maravilla de imaginación ese diálogo que se establece en Solaris de Tarkovsky entre estos cosmonautas que desde la nave están esperando un indicio, una señal que proceda del exterior como signo de que no estamos radicalmente solos en el universo; y ese planeta de agua, ese cuerpo celeste que es enteramente agua con el cual la nave quiere dialogar o estar esperando el acontecimiento de esa señal. Este me parece un planteamiento extremadamente interesante porque junto con la búsqueda del agua como mediadora cósmica simbólica, se establece el hecho de que Solaris sea en realidad el espejo mismo e la humanidad, de la propia condición del hombre. Y que en definitiva lo que aglutina Solaris, la vida que hay en Solaris es la vida de nuestros sentimientos, de nuestros pensamientos, la vida de nuestros recuerdos, estableciendo una especie de juego de espejos cósmicos entre X, la nave, que nos representan a nosotros en nuestra condición de continua espera, y la otredad que nosotros muchas veces buscamos como un mundo desconocido pero que frecuentemente encontramos como un mundo en el que habitan precisamente nuestras propias emociones, pensamientos y recuerdos.

Leer más
profile avatar
16 de junio de 2008
Blogs de autor

Galería de espectros: el rey Lear

"El rey Lear y el cuerpo de Cordelia", Friedrich Pecht, 1876Rafael Argullol: Hoy en mi galería de espectros me he encontrado con el viejo espectro del Rey Lear.

Delfín Agudelo: Desde la primera visita no volvía a caminar a tu lado un espectro shakesperiano. Y es un buen regreso: el rey Lear.

R.A.: El Rey Lear para mí es desde luego el personaje favorito de toda la obra de Shakespeare. Creo que es el personaje más complejo, el que incluye más elementos ricos acerca de la condición humana y además el que incorpora también factores más enigmáticos. Si bien es cierto que en la gran mayoría de las obras de Shakespeare lo enigmático predomina- toda la trama de Hamlet es profundamente enigmática e incluso en una comedia onírica como el Sueño de una noche de verano es lo enigmático lo que prevalece- en todas ellas Shakespeare no es alguien que nunca abra por completo la cortina a los espectadores o la cortina a los lectores, sino que más bien le gusta jugar a velar y revelar. Esto llega a su máxima manifestación en el Rey Lear. Con respecto al cual, al personaje y a la obra, estoy seguro de que ningún lector, espectador o crítico puede llegar a decir exactamente de qué trata, de qué es exactamente prototipo el rey Lear. Si nos fijamos bien, el rey Lear puede ser una reflexión sobre la vejez, sobre la locura, sobre la contraposición entre la luz y la ceguera, sobre el poder, sobre la codicia, sobre la compasión; y yo creo que fundamentalmente es una reflexión sobre todas esas cosas expuestas simultáneamente. Y eso es la extrema dificultad y la enorme grandeza del rey y personaje Lear. Aquello que exigiría prácticamente un solo escenario para cada una de estas reflexiones o manifestaciones tiene que juntarse en una extraña tensión, en un juego de contradicciones que va asumiendo el propio itinerario o destino del rey Lear a medida en que avanza la obra. Es un personaje maravillosamente plural, también proteico pero no en el sentido de que cambie superficialmente de piel, sino en el sentido de que va exteriorizando una herida a través de la cual van urgiendo jirones de la condición humana. No hay ningún otro personaje en la historia del teatro, ni siquiera drama antiguo, y me atrevería a decir que del propio Shakespeare que lo haga de una manera tan rica. En Macbeth encontramos una reflexión sobre el poder; en Hamlet de la duda; en Julio César sobre la revolución y herencia; pero ninguno como el rey Lear que incorpora también la cuestión de los celos humanos y del amor paterno-filial, para incluir al mismo tiempo y en tensión todos estos factores.

Leer más
profile avatar
13 de junio de 2008
Blogs de autor

Mensaje en la botella

Rafael Argullol: Es para mí una experiencia interesante en cuanto a que es una nueva síntesis y en consecuencia ha sido un reto.

Delfín Agudelo: ¿Cómo definirías entonces un blog literario? ¿En qué crees que consiste? ¿Cuál es su utilidad, de llegar a tenerla?

R.A.: Yo imagino que actualmente puede haber tantas definiciones de blog como bloggers haya; y esto todavía es más evidente en algo que pretenda ser un blog literario. Por tanto admitiendo todas las otras concepciones, veo el blog literario siguiendo el ejemplo anterior, como la combinación de dos figuras: una es  como el mensaje que pones en la botella y botas al mar, de manera que el destinatario era desconocido, incluso a través de los siglos; acompañado, sin embargo, de lo que antes llamaba el nerviosismo y la inmediatez de la nueva comunicación. Es un mensaje en la botella lanzado al mar pero lanzado a un mar en la cual hay una multitud de destinatarios que pueden acusar recepción de manera casi inmediata. Por tanto, por un lado te encuentras con una cierta exposición al desnudo o desprotección, y por otro lado sin embargo te encuentras con una gran compañía de signos y señales por parte del receptor. En ese sentido diríamos que un blog literario sería en cierto modo la literatura o escritura literaria que tú puedes poner en el interior de una botella, pero enviada a la velocidad del taquígrafo; o si se quiere, a la velocidad de la luz, y con destinatarios que pueden estar a mucha distancia en el espacio pero que en el tiempo pueden ser asombrosamente y provocadoramente inmediatos.

Leer más
profile avatar
12 de junio de 2008
Blogs de autor

XII. Un blog literario sobre un blog literario. La experiencia virtual de un neófito.

Rafael Argullol: Tras unos meses de realizar un blog literario, tal vez valdría la pena plantearse en qué consiste.

Delfín Agudelo: Desde hace ya casi siete meses venimos teniendo esta serie de conversaciones "a tumba abierta" que conforman el blog. Desde entonces hemos atravesado el dédalo del insomnio, hemos visto la dimensión espectral del arte, las ideas y sensaciones del ritmo de la escritura, las escuelas de creación literaria, los testamentos artísticos; hemos visto las cartas de amor, la expulsión adánica, las geografías de la ciudad, la literatura; y sin contar con los espectros que te han visitado una y otra vez. Todo estos temas desde siempre han estado presentes en tu obra. Pero no su sistema de publicación: la idea del blog es nueva para ti. ¿Cómo ha sido la nueva experiencia de publicación virtual, sin paso previo por el papel?

R.A.: Para mí ha sido un cambio muy importante, porque no soy una persona que tuviera una experiencia previa al respecto, ni tampoco alguien que haya utilizado excesivamente las llamadas "nuevas tecnologías". En ese sentido puedo considerar que he sido un escritor vinculado a la forma tradicional de la escritura, y por otro lado alguien que también ha utilizado el lenguaje oral y la palabra como un componente importante en conferencias y cursos. Pero por primera vez me he planteado esta nueva forma de comunicación; y precisamente la primera sensación que he tenido es que  esa nueva forma de comunicación e intercomunicación es una curiosa síntesis entre la tradición anterior a la escritura, al menos tal como ya la había experimentado, y lo que era la oralidad. Es decir, por un lado -al menos por parte del que realiza el blog- se necesita la pausa, lentitud o reflexión propia de la escritura, en el sentido habitual del término; y por otro lado también se necesita el nerviosismo, la rapidez de reflejos, de alguna manera cazar al vuelo los pensamientos y sensaciones propias de la oralidad. Por tanto, es para mí una experiencia interesante en cuanto a que es una nueva síntesis y en consecuencia ha sido un reto.

Leer más
profile avatar
11 de junio de 2008
Blogs de autor

"Hybris"

Puede ser libre una sociedad mientras la codicia, la desmedida ambición y la mentira sean libres? Creo que es el momento oportuno para hacernos una pregunta que desde hace mucho tiempo nos formulamos poco. Sin elecciones a la vista no tenemos por qué atender a la presión de la propaganda. Además, la Crisis -que escribo así, con mayúscula, ya que corremos el peligro de convertirla en una abstracción, como el supuesto Buen Momento de hace poco- debería ser un incentivo para la interrogación.

Por supuesto no nos basta que contesten a la pregunta algunos dirigentes religiosos. Hace poco leí, nada menos que en el Financial Times, el alegato contra la "cruel y arrogante riqueza" realizado por el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, con motivo de la Pascua. El día anterior el obispo de Rochester, Michael Nazi-Ali, había publicado un sermón en el que se aludía a la "dificultad de que los ricos entren en el cielo" a propósito del paso enorme de la especulación en la economía británica. Ambas intervenciones fueron bastante comentadas en la prensa inglesa y no faltó quien aludió a Londres como la nueva Babilonia del mercado global.

Estas tomas de posición recordaban en parte la lista de los "nuevos pecados capitales" hecha pública por el Vaticano semanas atrás. En ellos se remarcaba el carácter pecaminoso de la excesiva riqueza. Simbólicamente tenían su interés. Lástima que, como siempre, la Iglesia católica, la institución europea que históricamente ha demostrado menos propensión a la autocrítica, fuera incapaz de aclarar sus oscuras finanzas mientras se erigía en el celador moral de la humanidad. También como siempre la arrogancia moralista y juzgadora de la jerarquía católica debilitaba argumentos de valor

Con todo se tratan, en uno y otro caso, de opiniones religiosas y, por tanto, en nuestra época secularizada, privadas. En cambio la respuesta a la pregunta inicial debería ser pública, una cuestión fundamental en el funcionamiento de la propia democracia. No obstante, en relación a ella, nuestra democracia permanece muda. Tras el hundimiento en el siglo XX de las utopías ilustradas y románticas parece incluso de mal gusto oponerse a los mecanismos de la cruda realidad -el capitalismo sin límites- con la expresión de deseos éticos alternativos. Se opta así por una democracia de las formas, en la que se trata de persuadir a mayorías elección tras elección, y no de los contenidos.

Tengo para mí, sin embargo, que esta opción nos traslada a una falsa libertad, pues al no ejercer la democracia el suficiente control sobre la desmesura cualquier minoría puede acabar estableciendo un poder oligárquico. A este respecto, la gran educadora de la democracia ateniense, la tragedia, expresaba ideas robustas que se reflejan perfectamente en las obras de Esquilo o Sófocles. La hybris -traducible por desmesura- era la fuerza contraria al equilibrio que debían buscar tanto el individuo como la sociedad. Era, en otras palabras, el enemigo primero de la democracia, como demuestra Bruno Snell en El descubrimiento del espíritu, recientemente dedicado aquí. De hacer caso a la enseñanza profunda de la tragedia griega, y quizá no ha habido otra superior en toda la historia de la cultura, deberíamos desterrar el dilema entre distintos tipos de democracia -política, social o moral- para advertir que únicamente un equilibrio entre ellos conduce a un posible orden armónico. Claro que para eso sería necesario recurrir de nuevo al deseo y no conformarnos servilmente con lo que llaman realidad.

Porque, como ustedes saben, la realidad ahora es la Crisis y hasta hace no demasiado era el Bienestar, el Optimismo o el Gran Momento. ¿Qué ha pasado para que, casi súbitamente se produjera esta transformación? No lo sabemos con exactitud. En parte porque nos engañamos. No entendemos lo que pasa y tenemos la impresión de que quienes deberían explicárnoslo o bien tampoco lo entienden o bien fingen. De repente aludes de cifras caen sobre nosotros, y nos desorientan: burbuja inmobiliaria, morosidad, quiebra, posibilidad de recesión, amenaza de paro. Y la democracia que hemos construido y aceptado no nos ayuda en absoluto a hacer transparente lo que los especuladores quieren que permanezca opaco.

No podemos, tampoco, lamentarnos mucho, pues es la democracia que hemos querido, impotente ahora para tranquilizarnos en relación a los fantasmas que acechan. Desde este punto de vista somos prisioneros del hechizo que nosotros mismos hemos edificado o, cuando menos, tolerado.

Nuestra democracia ha sido pasiva ante la hybris de los codiciosos y los ambiciosos, cuando no la ha alentado ciegamente. Durante años el Bienestar, el Optimismo, el Gran Momento se ha medido, en buena parte, con los beneficios de aquéllos. ¿Cuántos titulares de los periódicos de tantos años no han identificado el Gran Momento con obscenos aumentos en los precios de la vivienda, con ganancias casi increíbles de los bancos, con plusvalías grotescas de especuladores de distinto pelaje? ¿Por qué se ha rodeado de silencio, casi hasta el final, la destrucción sistemática del litoral mediterráneo y de muchos otros territorios por parte de depredadores que han exhibido abiertamente su rapiña?

El político ha callado ante la hybris y el ciudadano, por lo general, cómplice de ella, también. En consecuencia, no tendríamos que caer en el fácil consuelo latino de creer en oscuras fuerzas conspirativas o refugiarnos en la inutilidad de los dirigentes políticos. El silencio impotente de la democracia frente a la hybris es responsabilidad, en primer lugar, de los ciudadanos.

Un amigo italiano me lo resumió muy bien en relación al triunfo del nefasto Berlusconi. Para él lo decisivo no era que Berlusconi fuera el hombre más rico de Italia, o que poseyera la casi totalidad de las televisiones, sino que lo que al cabo resultaba determinante era que, como si se tratara de una extraña epidemia, un pequeño Berlusconi habitaba en el cerebro de la mayoría de los italianos.

Si queremos regenerar nuestra democracia debemos atrevernos a condenar la hybris: no podemos aspirar verdaderamente a la libertad mientras la especulación y el engaño sean libres.

En lugar de aceptar la abstracción casi metafísica de la Crisis, ¿no sería aconsejable diseccionar sus causas y obrar en consecuencia?

Quizá tampoco sería una mala idea enunciar los pecados capitales que atentan contra la democracia y meter en la cárcel a los pecadores en lugar de presentarlos como héroes de nuestro tiempo. Está bien que de acuerdo con la parábola evangélica evocada por el obispo de Rochester a los codiciosos les cueste entrar en el cielo. Pero a nosotros nos toca ocuparnos de la tierra.

El País, 26/04/2008

Leer más
profile avatar
10 de junio de 2008
Blogs de autor

Galería de espectros: el ángel de la melancolía

Alberto Durero, "La melancolía", 1514Rafael Argullol: Hoy, en mi galería de espectros, he visto sentado en un rincón al ángel de la melancolía.

Delfín Agudelo: Te refieres al ángel de Durero.

R.A.: Al ángel de Durero que es uno de los personajes más enigmáticos de la historia del arte, tal como se plantea en su grabado. Está presente toda la contradicción entre el poder y la soledad; el conocimiento y el propio aislamiento que produce el saber. Me gusta mucho toda la composición del grabado, todo el espacio repleto de elementos que nos remiten a la revolución científica del renacimiento, pero también a una fuerte presencia astrológica. Durero recoge muy bien un momento histórico de nuestra cultura en el cual la astrología y la astronomía se superponían, por tanto todos los símbolos esotéricos tenían una gran importancia. El grabado está lleno de elementos que nos llaman la atención incluso por su carácter totalmente excepcional, como la figura geométrica que aparece en el grabado, pero evidentemente el protagonista principal es el ángel, un ángel que recoge de un lado la riquísima tradición iconográfica de la melancolía, que parece ser que se remonta al arte egipcio y a los artes mesopotámicos, que normalmente es esta disposición de la cabeza o cara apoyada en el puño.

Lo que ocurre es que en esa encarnación magistral que hace Durero se da un paso más allá y el ángel viene a significar la paradoja esencial en la que se encuentra el hombre moderno: por un lado se ha librado, por así decirlo, de la dictadura teológica del dios medieval; por otro lado ha asegurado su propio poder de conocimiento sobre la naturaleza; pero entre ambos estadios hay una especie de vacío existencial o abismo absolutamente insuperable, que es el que nos lleva al concepto de melancolía, que para mí no es ni tristeza ni nostalgia. La tristeza es emoción directamente vinculada con el dolor, y la nostalgia es un sentimiento evocador del pasado, mientras que la melancolía es una suerte de salto al vacío en el que nos encontramos cuando dicho metafóricamente no podemos estar ni con Dios ni sin Dios, y ese no poder estar con o sin Dios; es decir, no poder estar con la compañía del espíritu trascendente pero tampoco poder prescindir de él. Este punto mágico, intenso, creativo y fecundo es el terreno abonado de la melancolía.

Leer más
profile avatar
9 de junio de 2008
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.