Skip to main content
Escrito por

Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

Blogs de autor

Serpientes en el jardín

Esos reptiles venenosos llevan años criándose en ese jardín. Hay que remontarse muy lejos para recordar quién y cuándo se pusieron los huevos. Puede que en la misma fundación del país. En todo caso, esos ofidios son hijos y nietos de una rivalidad fundacional con India, país con el que Pakistán ha librado cuatro guerras; y de una gran operación estratégica, como fue la gran alianza anticomunista que sirvió para empantanar a la Unión Soviética en Afganistán y contribuir a su hundimiento. La dictadura militar del general Zia-ul-Haq aportó el territorio, el reclutamiento y la organización de sus servicios secretos, los famosos y temidos Inter Service Intelligence, que la serie Homeland han lanzado a la fama televisiva. Arabia Saudita aportó ayuda militar y medios financieros. Estados Unidos, la dirección. La monarquía guardiana de los lugares sagrados del islam y el Pakistán salido de la escisión del Raj británico, como una suerte de Israel islámico, sostienen una alianza que va más allá de la estrategia: juntos tienen los símbolos religiosos y el petróleo sauditas y la población y la bomba nuclear islámica y paquistaní. Si la vecina India tiene escuelas técnicas que ofrecen a sus clases medias la formación de ingenieros, Pakistán les ofrece, gracias a la financiación saudí, los millares de madrasas fundamentalistas donde los hijos de clase media se convertirán en predicadores e incluso en combatientes de la fe llamados al servicio militar en las filas de Al Qaeda o del Estado Islámico en Afganistán, en Siria o en Libia. No cuentan solo los agentes externos. Todos los partidos en una u otra medida han contribuido a la islamización que está detrás de la violencia religiosa. La mayor contribución la hizo el dictador Zia, que recuperó la sharía más ortodoxa en cuestión de penas corporales. Pero todos han hecho su aportación, apremiados por el populismo electoral. Junto a la discriminación de los no musulmanes y de las mujeres, la persecución privada de la blasfemia y la promoción de las madrasas, fue creciendo el poder de los servicios secretos y su doble juego con la violencia terrorista, dirigida sobre todo a la Cachemira disputada con India o incluso a territorio indio, como fueron los ataques terroristas a la zona turística de Bombay hace seis años, donde hubo 164 víctimas mortales. La no reconocida protección a Bin Laden prueba también esta doblez estratégica. El terror llega ahora a los escolares. Las mujeres y los niños, los más débiles e inocentes, están en el punto de mira, como hace Boko Haram en Nigeria. Pakistán se ha convertido en una semana, desde el asalto a la escuela de Peshawar, en una olla a presión. La pena de muerte se ha reinstaurado tras seis años de tregua. Las ejecuciones ya han empezado, con 8.000 reos en capilla. El ejército se ha lanzado contra los talibanes en las regiones fronterizas. Estos amenazan con nuevos ataques. Los niños de clase media paquistaníes, que son los que van a la escuela y han visto las imágenes televisivas, están aterrorizados. Hillary Clinton sintetizó el problema hace tres años en un viaje oficial a Pakistán como secretaria de Estado: ?No puedes tener serpientes en el jardín y esperar que solo muerdan a tu vecino?.

Leer más
profile avatar
25 de diciembre de 2014
Blogs de autor

Ritmo lento

Los tiempos de la justicia no son los tiempos de la política. Lo sabíamos ya, pero Eduardo Torres-Dulce quiso recordarlo en los días previos a su dimisión, justo tras el 9-N, en mitad del tumulto y de los empujones que le condujeron a tirar la toalla. La política exige actuaciones drásticas y definitivas. Alicia Sánchez-Camacho las reclamaba al día siguiente del polémico proceso participativo. Pero los fiscales y los jueces se toman su tiempo. Para consultar y debatir, para matizar lo que el común de los mortales quisiera resolver de un plumazo y en ocasiones de forma partidista e incluso sectaria. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha admitido las querellas y denuncias contra Artur Mas, pero, primer matiz, lo ha hecho por mayoría y tras cuatro largas horas de deliberación, a pesar de que la auténtica noticia hubiera sido la inadmisión de todas las denuncias y querellas presentadas por particulares, entidades y la propia Fiscalía del Estado. El auto de admisión, para desesperación de los apresurados, no estará redactado hasta después de Reyes, cuando habrán pasado dos meses desde los hechos supuestamente delictivos. El Tribunal, paso a paso, no cita a declarar al presidente, al menos todavía. Recordemos, además, que los fiscales catalanes ya no se mostraron partidarios ni siquiera de formular la querella contra Mas. Todo sucede en un día que quedará señalado en la historia de este país porque por primera vez una hermana de rey e hija de rey, una infanta de España, es citada por un tribunal para que se siente en el banquillo de los acusados para responder como cooperadora necesaria por dos delitos de fraude fiscal. Artur Mas y su vicepresidenta, Joana Ortega, esta del partido coaligado Unió Democràtica, de tibia militancia soberanista, en cambio, serán investigados por orden del tribunal por si hubieran cometido un delito de desobediencia a la resolución del Constitucional que anulaba el polémico proceso participativo después de haber anulado la consulta misma. Nada en común entre ambos casos, salvo la fecha y la personalidad de uno de los querellantes, un habitual de todas las querellas como es el pseudosindicato ultra Manos Limpias. Respecto al momento, no tiene nada de extraña la coincidencia en una vida política tan judicializada como es la española, sobre todo bajo el mando del PP; y sometida a la fuerte trepidación desmoralizadora provocada por la metástasis de una corrupción que alcanza a todas la instituciones, incluida la familia real. La admisión de la querella contra Artur Mas también coincide con la comparecencia en la comisión del Parlamento catalán sobre el caso Pujol de quien fue fiscal del escándalo Banca Catalana, José María Mena, alguien que precisamente vio inadmitida en 1986 su petición de procesamiento del entonces presidente de la Generalitat por un pleno de la Audiencia Provincial de Barcelona formado por 33 magistrados. Esta coincidencia nos viene a recordar que Mas es el segundo presidente catalán de la actual democracia investigado, y en su caso no por un presunto delito económico, sino por otro directamente político, todo un regalo de Navidad en el momento en que el proceso soberanista parecía perder fuelle.

Leer más
profile avatar
23 de diciembre de 2014
Blogs de autor

Aquí no habrá plebiscitarias

Acaban de producirse unas preciosas elecciones plebiscitarias en un país crucial para la marcha de la economía y nosotros sin enterarnos. Ensimismados en las apuestas sobre la fecha y forma de las elecciones catalanas nos hemos olvidado de lo que son unas auténticas elecciones parlamentarias con resultado plebiscitario. El primer ministro japonés, Shinzo Abe llegó al Gobierno en diciembre de 2012 con un programa económico de estímulo al crecimiento y algunas ideas tan innovadoras como polémicas respecto a la política exterior y a la defensa del Japón. Dos años después, ha querido revalidarlas y asegurarse de que tendría cuatro años más y las manos libres para aplicar sus aspectos más conflictivos, sobre todo reformas liberalizadoras desde la agricultura hasta la contratación laboral. A pesar de hallarse en plena recesión, ha revalidado una amplia mayoría para aplicarlas. Ha sido todo un plebiscito. Lo que Abe ha conseguido es exactamente lo que Mas no quiere obtener con el suyo, en caso de que lo haga. En Cataluña no hay nada que plebiscitar, sobre todo no hay una propuesta que necesite la renovación de su apoyo en las urnas para seguir aplicándose, como es el caso de la Abenomics. No la hay en la forma de programa de Gobierno, porque Mas no ha gobernado sino que ha concentrado todos sus esfuerzos y no pocos recursos, a la organización e impulso del proceso. No la hay tampoco en la revalidación del camino para obtener la independencia, porque pasado el 9N cada uno de los partidos tiene uno distinto. Y tampoco la hay sobre el modelo de Estado o de país nuevo que cada uno propugna, si Venezuela o Singapur. Si no hay programa de Gobierno, no lo hay de actuación soberanista y menos hay todavía modelo de país a plebiscitar, entonces queda solo la posibilidad de someter la continuidad de un partido o de un dirigente al voto de los ciudadanos. Respecto a la primera, es lo contrario de lo que quiere Convergència i Unió, y de ahí la lista única: sobre todo que los electores no se vean votando la opción CiU, porque es la garantía del fracaso. Hay que esconder las siglas, disolver los personajes, ocultar el programa, ideario e historia, hacer un paréntesis de las discrepancias, y silbar mirando hacia otro lado cuando se hable del caso Pujol y de la comisión de investigación parlamentaria. Queda una opción. El plebiscito es para Artur Mas. No ha gobernado ni tiene balance que revalidar. Se ha quedado sin programa y sin ideario alguno que no sea el incierto camino emprendido hacia lo desconocido. Ya no cuenta con mayoría para sostener a su gobierno ni para aprobar sus presupuestos. Todo lo que ha hecho culmina con el 9N, cuando ha conseguido hacerse de nuevo con las riendas del proceso a costa de Oriol Junqueras, gracias sobre todo a la intransigencia de Mariano Rajoy y al martirologio que le promete el proceso judicial abierto. Celebrar unas elecciones anticipadas con una lista única que Artur Mas encabece es una astuta fórmula para intentar obtener sin partido, sin balance y sin los sondeos de su parte la mayoría indestructible que pidió en noviembre de 2012 y le negó el electorado. Tienen toda la explicación los pucheros de Junqueras y su dolida afirmación de que el presidente no le quiere, porque la fórmula sacrifica a Esquerra y a su líder. Al final, la política siempre es una cuestión de poder. Y el poder lo ejercen las personas concretas, por más voluntades colectivas que se exhiban. Para disimularlo Mas se propone como último de la lista única y Junqueras le devuelva la pelota asegurándole la presidencia incluso en el caso de que pierda en su lista separada. Imaginemos quién reivindicaría la presidencia en caso de victoria de la lista cerrada por Mas y quién mandaría de verdad si este fuera un dirigente derrotado. A la vuelta de vacaciones llevaremos ya dos meses desde el hito histórico que iba a asombrar al mundo. Tiempo suficiente para digerir tres novedades que alteran la marcha del proceso. Mas ha ganado su envite personal a Rajoy, al que ha desobedecido el 9N, y a Junqueras, al que ha disputado y robado la dirección colegiada del proceso, ahora de nuevo exclusivamente en sus manos, con   su auténtico poder presidencial, que es disolver y fijar la fecha de las elecciones. Segunda novedad: la mayoría independentista clara que algunos esperaban no existe e incluso se sospecha que puede ser inalcanzable, dados los recursos desplegados durante tanto tiempo para obtener esos 1'8 millones de votos a favor de la separación. Tercera y quizás más sustancial novedad, que complementa la anterior: en el camino ha surgido Podemos y ha llegado ya a Cataluña con expectativas electorales y, sobre todo, con el efecto de introducir de nuevo la división entre derechas e izquierdas, hasta ahora difuminada por el proceso. Sí, hay que ir a elecciones cuanto antes, porque no hay mayoría de Gobierno. Pero no para hacer plebiscito alguno, sino meramente para obtener una nueva mayoría y un nuevo Gobierno que se ponga a trabajar después de dos años de perder el tiempo.

Leer más
profile avatar
22 de diciembre de 2014
Blogs de autor

Todos americanos

La historia no cesa en sus jugadas astutas. Pretendemos saber la historia que hacemos, pero siempre estamos haciendo otra historia. El centro de gravedad de la política exterior de Obama iba a desplazarse hacia Asia según los cálculos oficiales, donde China desafía su hegemonía de forma cada vez más explícita. Quedó inesperadamente retenido en Oriente Medio, por la guerra siria y el desafío del Estado Islámico, y en la torturada relación con Rusia, por la anexión de Crimea. Y cuando nadie ya lo esperaba, y por obra exclusiva de la diplomacia, surge de nuevo ese centro de gravedad, pivote móvil de su política exterior, a las puertas de su casa, en las Américas todavía lastradas por el vestigio de la guerra fría que es el régimen castrista. Lo dijo Obama en su discurso y en español: "Todos somos americanos". Stephen Harper, el primer ministro canadiense que acogió los encuentros; Jorge Bergoglio, el papa argentino que les dio el impulso y la cobertura de su credibilidad; Raúl Castro, dictador y hermano de dictador, que se atreve a abrir esas puertas tan convenientemente selladas sobre la ruina de su socialismo tropical; y Barack Obama, el primer afroamericano que accede a la Casa Blanca y el presidente de sensibilidad más global y menos europea de todos los presidentes. Todos estos americanos han hecho una negociación perfecta. Sin filtraciones ni presiones a través de los medios. También sin europeos, agentes obligados en tantas negociaciones. Lo más europeo es el Vaticano, regido ahora por un argentino. Sus únicos y relevantes comentarios han sido para ensalzar el papel de la diplomacia, con sus pequeños pasos y su discreción, de los que se pueden desprender al menos una lección política: promover el cambio de régimen con sanciones y amenazas no suele producir buenos resultados. El acuerdo ha pillado por sorpresa a las opiniones públicas. Pero no a observadores muy atentos, como Richard Feinberg, de la Brookings Institution, que escribió en septiembre un revelador artículo titulado Cuba y la Cumbre de las Américas. En su arranque lo dice todo: "En los próximos meses, Estados Unidos va a enfrentarse a un difícil dilema: o cambiar su política hacia Cuba o enfrentarse al colapso virtual de su diplomacia hacia América Latina". La VII Cumbre de las Américas, que se celebrará en Panamá en abril, iba a naufragar sin la asistencia de Cuba, exigida por todos los países frente al veto de Washington. Ahora en cambio fijará la fotografía de la unidad americana, una imagen de enorme potencial para el futuro del continente. Obama ha convertido el obstáculo en una oportunidad que va a marcar su presidencia. Nada hay más difícil que rectificar una política equivocada durante muchos años y que ha sido fruto de largos y pesados consensos. Cuando se hace, suele producir resultados inmediatos y espectaculares.

Leer más
profile avatar
20 de diciembre de 2014
Blogs de autor

El hilo negro del miedo

El miedo enhebra con un hilo negro varios acontecimientos de punta a punta del globo. Miedo a los efectos de la verdad sobre las torturas de la CIA en los países donde Estados Unidos tiene tropas, personal civil o intereses. Miedo a la inmigración de ciudadanos musulmanes en las manifestaciones organizadas por los 'pegides' (patriotas europeos contra la islamización de Occidente) en las ciudades alemanas. Miedo al califato islámico, que convoca con sus decapitaciones a los jóvenes sedientos de aventuras criminales. Miedo en Pakistán ante la guerra contra los niños desencadenada por los talibanes 'malos' de las llamadas provincias tribales, distintos de la talibanes 'amigos' de Afganistán, aliados de los servicios secretos de Karachi. Miedo, finalmente, en Sidney, ante la irrupción del hombre lobo que mata y secuestra en nombre del islam. El miedo radicaliza, pero también es paralizante e incluso impide pensar. Las banderas negras que exhibe suelen mentir siempre. Dresde, donde han empezado las manifestaciones contra la inmigración, es la capital de un land con un 2'1% de extranjeros y un 0'1 de musulmanes. Las torturas de la CIA producen miedo por sí mismas y sus efectos en la sociedad que las permite. También lo produce la inconsciencia con que los gobernantes paquistaníes juegan a dos barajas con los talibanes o con Al Qaeda, nada que no hayan hecho antes también los saudíes o los qataríes. El foco negro del miedo se cierne ahora sobre el individuo, el hombre lobo que actúa aislado en el corazón de Occidente, probablemente de regreso de la yihad. Ahí los porcentajes no ayudan. Cualquier desequilibrado o incluso un solo delincuente común desesperado puede justificar el miedo de una entera sociedad. Y con razón, porque el reclutamiento del Estado islámico y las acciones solitarias como las que han proliferado en Sidney, Nueva York, Ottawa o Bruselas, responden a un nuevo paradigma. Hasta ahora las causas políticas y religiosas buscaban en la violencia un instrumento para obtener sus objetivos y ahora son los violentos, sean criminales o marginados, quienes buscan causas políticas y religiosas que proporcionen sentido a su pulsión de muerte. El miedo al yihadista solitario, el hombre lobo que actúa oculto en la ciudad, es el peor de todos, porque induce a la sospecha, a la delación y al final a la persecución indiscriminada. No se combate con más miedo sino con lo contrario. La política del miedo alentada por los populismos xenófobos fabrica miedo. Y todavía produce más el doble juego en el que se hallan instalados muchos gobiernos islámicos, que apoyan el terrorismo cuando les conviene y solo se echan las manos a la cabeza cuando sufren los ataques en casa. Si hay lobos solitarios que se acogen a la bandera yihadista del islam es porque no han sido suficientes los esfuerzos entre los musulmanes para dejar su religión y sus textos sagrados fuera del alcance de los asesinos.

Leer más
profile avatar
18 de diciembre de 2014
Blogs de autor

Un gesto revolucionario

Se acabó la revuelta ciudadana de Hong Kong. Ha durado 75 días. Aparentemente sin ningún resultado para los millares de manifestantes que han ocupado algunas calles de la ciudad en protesta por las restricciones a la democracia impuestas por el régimen comunista de Pekín. Los dirigentes chinos pueden respirar aliviados respecto a sus planes para la excolonia británica. El Gobierno chino seguirá con su propósito de filtrar a los candidatos en las próximas elecciones de las que saldrá el presidente del gobierno de Hong Kong. Aunque estarán abiertas al sufragio universal, quien salga elegido deberá contar con el beneplácito del Partido Comunista. El régimen no se anda con bromas y no va a permitir que en una parte del territorio bajo su soberanía prolifere el mal ejemplo de unos gobernantes que no se sometan a su autoridad. Esto es lo que querían los manifestantes y lo que les obligará a replantear su estrategia a largo plazo: saben que si no defienden sus derechos ciudadanos los burócratas de Pekín terminarán controlándoles como hacen con el resto de China bajo su directa administración. En Hong Kong ha resurgido el mismo impulso que llevó a los estudiantes chinos a ocupar Tiananmen en 1989, que es el año de las revoluciones anticomunistas en Europa y el fantasma que todavía atormenta a los dirigentes comunistas. En el cuarto de siglo transcurrido han pasado muchas cosas, pero una de las más relevantes es precisamente la proliferación de revueltas de este tipo en todo el mundo, bien en demanda de democracia cuando no la había o en protesta por sus disfunciones. En algunos casos las revueltas se han convertido en oleadas revolucionarias, como sucedió en 2011 en el mundo árabe, revertidas después en una feroz reacción militar o en el caos de la guerra civil. En otros han producido resultados desiguales, pero han obligado a cambiar gobiernos y políticas, o han terminado cuajando en partidos nuevos, como Syriza o Podemos. Dicen los expertos que la volatilidad de las revueltas obedece al papel de la tecnología digital y, sobre todo, de los cacharros móviles. Es una evidencia que los ciudadanos contamos con unos nuevos instrumentos de comunicación, que también son de movilización y que nos hacen individualmente más poderosos. El gesto más repetido en nuestras vidas digitales es el de sacar el teléfono móvil del bolsillo para consultar los mensajes nuevos. Según los expertos, quienes usamos smartphones, lo repetimos obsesivamente una vez cada cinco minutos mientras estamos despiertos, algo que se convierte en un gesto revolucionario cuando nos dedicados también obsesivamente, junto a otros millares de ciudadanos, a una causa política que nos motiva. De existir los móviles hace 50 años, Franco hubiera tenido el destino de Mubarak, Ben Ali o Gadafi.

Leer más
profile avatar
13 de diciembre de 2014
Blogs de autor

Transferencia de culpas

La CIA acaba de sufrir un revés histórico, el tercero y el de mayor envergadura, a cuenta de la presidencia de George W. Bush, comandante en jefe de la guerra global contra el terror. El primero lo sufrió el 11-S, por el mero hecho de que se produjeran los atentados sin que la central de espionaje se hubiera enterado de los preparativos. El segundo, con las inexistentes armas de destrucción masiva que se inventó para invadir Irak. El tercero lo acaba de sufrir con la investigación del Senado, que acredita la brutalidad e inutilidad de su programa de interrogatorio y tortura a los sospechosos de terrorismo. La transferencia de culpa desde los centros de decisión política hasta la poderosa central es parte de los hábitos de la administración americana. La Casa Blanca de Bush puso todos los ingredientes para que sus agentes tuvieran las manos libres para interrogar a los terroristas. Un ejército de expertos legales fabricaron increíbles teorías para convertir las torturas en interrogatorios reforzados perfectamente legales. Se crearon unos centros de detención e interrogatorio fuera de cualquier jurisdicción y control legal. Las convenciones de Ginebra sobre prisioneros de guerra fueron anuladas. Los poderes presidenciales se ampliaron de modo que desde la Casa Blanca era posible hacer cualquier cosa sin control judicial ni parlamentario. La nueva construcción argumental situaba a los responsables políticos ante una situación límite, en la que iba a estallar una bomba de relojería cuya clave estaba en manos de un terrorista detenido. No era un diálogo entre la Casa Blanca y la CIA. Todos participaron, intelectuales y periodistas incluidos. El Congreso y el Senado, y sus líderes demócratas, estaban al corriente. E incluso los países aliados, en distintos grados, conocieron e incluso colaboraron con la nueva política antiterrorista. La investigación del Senado tiene dos antecedentes meritorios, aunque muy pálidos, en los informes elaborados por el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo sobre la utilización de centros de reclusión, aeropuertos y el espacio aéreo europeos dentro del programa de detención y tortura. Catorce son los países, España entre ellos, que participaron o permitieron el millar largo de vuelos de la CIA. Rumanía y Polonia, además, son sospechosos de haber albergado cárceles secretas donde incluso se puede haber torturado. Las investigaciones encontraron muy escasa colaboración de los gobiernos y del Consejo Europeo y son escasas las actuaciones judiciales que han seguido a los 21 casos estudiados con nombres y circunstancias concretas. El Senado ha tachado de su informe los nombres de los países participantes. Entre ellos hay dictaduras árabes, como la Libia de Gaddafi y la Siria de El Assad, pero también países de la UE y de la OTAN. De ahí que lo menos que pueden hacer los parlamentos de los países implicados y el propio Parlamento Europeo, ahora que el Senado de los EE UU ha puesto el listón algo más alto, es reabrir sus investigaciones y evitar de nuevo una transferencia de culpas como la que practican los políticos estadounidenses con su central de espionaje.

Leer más
profile avatar
11 de diciembre de 2014
Blogs de autor

Matar por la patria

Al menos en dos ocasiones asistí a las vistas orales en el Palacio de Justicia de París en que se juzgaba a Santi Potros. Los corresponsales españoles esperábamos a que el ujier abriera la sala junto a los familiares del etarra, mujeres y niños fundamentalmente. Todos conocíamos los crímenes horribles que se le imputaban y teníamos la noticia reciente del atentado en Hipercor, que costó la vida a 21 personas, hirió a 41 más y abrió una desgarradura con una parte del mundo nacionalista catalán que había osado votar a Herri Batasuna, la marca política de ETA, en las elecciones europeas celebradas pocos días antes. Treinta años después, no tengo más remedio que recordar mis sentimientos respecto a aquellos años en que asistí a muchos juicios y vistas de terroristas, no tan solo españoles. Tiempos duros, muy duros, sobre todo porque empezaban a saberse algunas cosas sobre los asesinatos del Gal. Tuve ocasión de ver al entonces secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, un par de veces en la embajada español, en las que recibió a los periodistas y respondió a sus preguntas con palabras vagas y cara de póquer. Recuerdo un par de indagaciones que tuve que hacer en una armería, cerca del Hotel Lutetia, de donde había salido una pistola utilizada por los asesinos de etarras. Y la clara sensación de que entre París y Madrid había una perfecta sintonía respecto al trato que merecían los etarras refugiados en Francia. Mis sentimientos respecto a los etarras eran ambivalentes. Me parecían unos repugnantes asesinos, pero me quedaba hipnotizado por sus miradas duras y frías y sus rostros tensos y pálidos de tanta reclusión. Me producían una profunda pena, un dolor sin redención posible por el efecto de los asesinatos perpetrados en las propias vidas de aquellos jóvenes soldados perdidos en el combate bajo banderas impresentables. Tan terrible como los asesinatos ordenados por ETA son las muertes morales provocadas por la organización al convertir a esos jóvenes incultos y fanáticos en muertos vivientes, gente que solo sirve para matar a otros y para morir ellos mismos como seres humanos en nombre de esa patria tan malentendida que quieren salvar, preservar o enaltecer. Mis sentimientos no eran compartidos por todos mis colegas. Los había que les tenían por héroes del Movimiento Vasco de Liberación, la denominación que utilizaría Aznar años después, y los había que consideraban indispensable la guerra sucia para terminar con el santuario que allí habían establecido y conseguir una actitud menos complaciente de lo que había sido hasta entonces, a rebufo del antifranquismo, por parte de la policía y los jueces franceses. Participaban de esta actitud algunos de los que algunos años después se convirtieron en debeladores de las ilegalidades y crímenes del Gobierno socialista. Todo esto ha regresado a borbotones a mi mente cuando he visto las imágenes de Santi Potros en libertad, tantos años después, cuando casi ya le había olvidado y había olvidado mi vida parisina de corresponsal, y tanto el etarra como yo mismo nos acercamos a la vejez irremediablemente. Han pasado 30 años, la guerra fría terminó hace tiempo, bajaron la persiana los regímenes que sufragaban las actividades de ETA, el terrorismo europeo ha pasado felizmente a la historia, la propia organización violenta vasca ha dejado de matar y un nuevo terrorismo inaudito mata y muere desde hace una década con una generosidad siniestra e inexplicable. Y mientras tanto, Santi Potros ha seguido todo este tiempo en la cárcel. Este asesino convicto ha pasado en reclusión los que debían ser los años mejores de la vida. El rastro de muerte que ha dejado en su itinerario miserable no tiene perdón, es verdad, y entiendo que los familiares de quienes vieron tronchadas sus vidas por su causa sigan viendo con repugnancia esas imágenes de sus parientes y amigos que le reciben al quedar en libertad. No hay patria que merezca eso. Sobre todo tanta muerte y tanto sufrimiento de las víctimas. Pero tampoco hay patria que merezca la inmolación de las vidas de los asesinos, tipos que han desperdiciado su vida por nada, o en todo caso por una causa que merecía ser servida de una forma bien distinta, pacífica y civilizada; auténticos muertos vivientes. Los catalanes pudimos cerrar esos caminos en cuanto se abrieron. Solemos recordarlo solemnemente cada vez que se habla de ETA, pero sería mejor que no nos regaláramos en la complacencia. Estos caminos también existieron entre nosotros. Y algunos todavía osan reivindicar la memoria de quienes los practicaron. En la violencia de la transición, que la hubo, pesan gravemente algunos asesinatos, como los del empresario José María Bultó y del ex alcalde de Barcelona Joaquim Viola y su esposa, que realizaron los militantes independentistas del Exèrcit Popular Català con bombas lapa pegadas al pecho de sus víctimas. Fueron los primeros pasos que condujeron a Terra Lliure, el intento más serio de organizar una ETA catalana, donde militaron centenares de jóvenes que luego se pasarían a partidos independentistas legales, pacíficos y ahora triunfantes. Hay una memoria selectiva que prefiere no mirar a los ojos del horror de aquellos tiempos y del mal moral que lo acompañaba. Según decía Jorge Semprún, esta tragedia del terrorismo, que todavía suscita el desgarro y el dolor de quienes conservan vivo el recuerdo de sus acciones, es el rastro más persistente del franquismo en la vida española.

Leer más
profile avatar
8 de diciembre de 2014
Blogs de autor

El Estado del Kremlin

El estado de la Unión es una de las más genuinas ceremonias de la vida política estadounidense. El presidente pronuncia cada año ante las dos cámaras del Congreso un discurso en el que ofrece a sus conciudadanos la agenda legislativa, junto con un balance y unas orientaciones generales sobre la marcha del país. El objetivo central es la fundamentación de una idea obligada: el estado de la Unión es excelente. Estados Unidos tiene el privilegio de ser imitado tanto por los amigos como por los adversarios. No hay país donde no se haya instalado una forma u otra de ceremonia similar. La Rusia poscomunista ha seguido el mimetismo, en su caso adaptado a la relevancia que tiene la jefatura del Estado en el país de los zares y los dictadores bolcheviques, tal como hemos visto este pasado jueves. Como en Washington, en Moscú también asisten los parlamentarios, junto a las altas jerarquías del Estado, pero la ceremonia no se celebra en la Duma, sino en el Kremlin, acompañado de todo el boato tradicional. Y como en casi todos los países, el acto contiene un mensaje de afirmación y de orgullo nacional, que este año viene a justificar nada menos que la primera modificación unilateral y violenta de fronteras que se ha producido en Europa desde el final de las guerras balcánicas y a coincidir con el peor momento de la economía rusa desde la crisis de los noventa, posterior a la disolución de la Unión Soviética. A los europeos nos interesa ahora mismo tanto o más el estado de la nación de la Rusia de Putin que el estado de la Unión de Obama. Con Washington las relaciones son estrechas y claras, mientras que con Moscú son distantes y confusas. Rusia se ha zampado Crimea y amenaza con llevarse otro bocado de Ucrania, pero a la vez es la principal compañía del gas europea, un socio inversionista considerable, un mercado para nuestros productos, y también un agente internacional imprescindible para estabilizar Oriente Próximo o frenar el arma nuclear iraní. Es socio ineludible y a la vez un vecino amenazante que quiere derecho de veto sobre todo su antiguo imperio. No sabemos si estamos al borde de una nueva guerra fría o de inventar un nuevo tipo de relaciones a la vez de cooperación y enfrentamiento. Después de escuchar a Putin, no cabe decir que Rusia se halle en buen estado. Su economía está entrando en recesión, el rublo cae por la pendiente y su industria petrolífera, 40% de los ingresos, sufre los devastadores efectos de unos precios declinantes. Todo ello debilita a Putin dentro de Rusia y enerva sus reflejos revanchistas y añorantes del pasado perdido de puertas afuera. El mal estado de Rusia es también malo para Europa, que no ha sabido encontrar la distancia y la forma exacta con que debe seguir tratando a este vecino a la vez peligroso e imprescindible. 

Leer más
profile avatar
6 de diciembre de 2014
Blogs de autor

Determinación absoluta

Costará terminar con ellos y sobre todo con la semilla que han sembrado en el mundo islámico, desde Indonesia hasta Mauritania, pero también en los suburbios occidentales. Pero ayer alcanzaron su momento de gloria, puesto que ningún grupo terrorista había conseguido suscitar la convocatoria de una reunión de tan alto nivel, ministros de Exteriores de 60 países presididos por el secretario de Estado de la primera superpotencia, John Kerry. No es para menos. Bajo la denominación de Estado Islámico de Irak y de Siria, Daesh en siglas árabes, controla un territorio como Bélgica; se ha apoderado de ciudades como Mosul en Irak y Raqqa en Siria, 1.800.000 y 400.000 habitantes respectivamente antes de la guerra; comercia con petróleo, recoge impuestos, realiza exacciones, explota la industria del secuestro, roba y trafica con antigüedades; pero también paga sueldos a los jóvenes que recluta y mantiene una apariencia de orden público, bajo la más estricta sharía o ley islámica; y tiene, incluso, una apariencia de gobierno, en el que hay responsables de explosivos, de prisioneros, de ataques suicidas e incluso de comunicaciones. Sin su frenética actividad comunicativa, el Daesh no sería nada. Su mensaje central es el que atribuye a su jefe, Abu Bakr Al Bagdadí, la más alta dignidad a la vez política y religiosa que existe en la tradición islámica, la de califa sucesor del profeta Mahoma. El siguiente, que llega una y otra vez con sádica insistencia, es que pasarán a cuchillo a quienes no se conviertan al islam. Las comunidades chiitas, yazidís, cristianos orientales de toda la zona bajo su control han sido exterminadas o han tenido que huir a toda prisa, dejando detrás sus bienes y propiedades. Su estremecedora producción audiovisual, con las imágenes de decapitaciones, actúan como doble propaganda para aterrorizar y convocar a los asesinos vocacionales. El tamaño del grupo es de unos 30.000 combatientes, originarios de 90 países, un 10 por ciento de ellos europeos, capaces de actuar en acciones individuales, como insurgentes e incluso como infantería ligera, según Charles Lister, especialista del Brookings Center de Doha. Lister considera que gracias a sus ingresos de unos dos millones de euros diarios es "el grupo terrorista más rico de la historia". Una heteróclita coalición de 60 países se ha conjurado para terminar con el califato y ha realizado ya un millar de ataques aéreos. Y otros países no coaligados también lo están bombardeando, como es el caso de Irán o del régimen sirio de Bachar el Asad, que le combate desde el primer día. El objetivo es cortar sus fuentes de financiación, especialmente la producción de petróleo, pero sin soldados en tierra será difícil acabar con su control territorial. Estados Unidos va a incrementar hasta 3.000 el número de los instructores y asesores militares en Irak, pero la sombra de la guerra de Bush lo dificulta. Washington denomina la operación Determinación Absoluta. Obama y sus aliados la necesitarán, porque está claro que es fácil contener su avance pero será mucho más difícil obtener la victoria definitiva.

Leer más
profile avatar
4 de diciembre de 2014
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.