Skip to main content
Escrito por

Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

La ideología vacía

Tian Anmen es un lugar extraño. Un espacio vastísimo, en el centro de una ciudad inmensa, que no se puede cruzar sin que vibre la carga de significados históricos que acompañan a su historia. Está toda ella orientada hacia el norte, donde está la Ciudad prohibida, a la que se accede por la puerta que da nombre a la plaza, con el gran retrato de Mao bajo la balconada inacabable donde la nomenclatura del régimen y sus invitados se asoma periódicamente para saludar al pueblo y presenciar los desfiles. Flanqueada por dos edificios de arquitectura soviética, el Palacio del Pueblo donde se reúne la asamblea popular y se celebran las recepciones oficiales, y el Museo Nacional de China, en su centro se hallan otras dos piezas de estética e inspiración estalinista, el Monumento a los Héroes y el Mausoleo de Mao Zedong donde se guarda y venera el sagrado cadáver.

Esta plaza se hizo como todo se hace en la China imperial. Por la acción despiadada de un designo bendecido por el cielo, que destruyó barriadas enteras en la remodelación del Pekín maoísta en 1949; como ha sucedido ahora con el Pekín de los Juegos Olímpicos. Al igual que las sucesivas generaciones son sacrificadas al dragón de la historia, también la ciudad sufre estos cambios crueles que asemejan movimientos tectónicos. En el caso de la plaza infinita, el objetivo declarado era abrir un vastísimo escenario a la acción de la historia: en ella se proclamó la República Popular China, en ella se celebraron las inmensas manifestaciones de la Revolución Cultural lanzada por Mao Zedong, allí se despliegan las descomunales paradas militares y fue allí también donde, para desgracia de los dirigentes comunistas, los jóvenes de 1989 quisieron hacer también historia pero en sentido contrario al apetecido por el régimen. Tian Anmen, el centro de la capital del imperio del centro, que es como decir el centro del mundo, donde yace el cadáver embalsamado del emperador rojo como testimonio de lo que siempre perdura, es el espejo deslumbrante en el que la nueva China capitalista no osa contemplar su propio rostro. Todo lo que viene sucediendo en China desde 1978, cuando el Pequeño Timonel Deng Xiaoping volvió a tomar la dirección de la nave, es fruto de una contradicción irresoluble. De una parte, nada se hubiera hecho sin el puño de hierro que unifica y disciplina el país bajo la dictadura del partido comunista. De la otra, el camino emprendido, el del capitalismo, la libertad económica, la globalización, aleja cada vez más el país real del culto a Mao Zedong, a los héroes revolucionarios y al comunismo, de todo lo que representa y sucede en la plaza. Tian Anmen es como la propia ideología del régimen, el vacío convertido en mito y realidad. El marxismo chino no es ni siquiera una ideología, apenas tiene ya la consistencia de un dogma. Es un conjunto de frases que hay que memorizar y repetir, un catecismo al que hay que prestar adhesión pública sin que nada de lo que en él se dice tenga que ver cómo son las cosas. Frente al multipartidismo, la dirección única del partido comunista. Frente al pluralismo ideológico, el marxismo leninismo. Frente a la división de poderes las opacas consultas a la asamblea del pueblo. La palabra comunismo en China sólo significa dictadura de partido, y ya es suficiente. Lo único que importa es la funcionalidad de la ideología, no su contenido: es la dimensión verbal que sirve para cohesionar en el vacío de sus palabras el poder concentrado en manos de una casta fuertemente organizada. Exactamente igual que la plaza. La libertad llegará a China el día en que las víctimas de Tian Anmen, ese 6/4 convertido en tabú, sean honradas por todo el país; el mausoleo sea desmontado; el retrato sea trasladado al Museo Nacional; y la plaza se abra como espacio civil sin vigilancia a las libertades de expresión, reunión y manifestación de los ciudadanos. Es perfectamente lógico que a los dirigentes chinos les entre el pánico cada vez que alguien osa nombrar los acontecimientos ocurridos allí ahora hace 20 años.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
8 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Ejemplar Berlusconi

Hoy conoceremos ya toda la magnitud del naufragio. Naufragio de Europa y naufragio de la política que en ningún otro país como en Italia, patria de ambas, Europa y la política, alcanza unas dimensiones tan devastadoras. Reconozcámoslo de una vez: el dirigente que nos representa mejor y que mejor expresa el sucio lodazal en el que estamos chapoteando es Berlusconi, en crudo y desolador contraste con el momento soberbio que pasa Estados Unidos, país dirigido por un presidente brillante, inteligente, con un profundo sentido de la política y de la moral como es Barack Obama. En el desgobierno del gobierno italiano se concentran las peores políticas de Europa, en inmigración, en seguridad interior, en desaparición de la división de poderes, en clientelismo. Y en la exhibición del descaro de Berlusconi se exhibe la reivindicación de la política como vocación de los peores, los más inmorales, los mafiosos. Ambas pulsiones, la tendencia al populismo xenófobo y reaccionario y la corrupción de la participación en la vida pública, aunque tengan su epítome en Berlusconi, se encuentran por desgracia en grado más o menos grave en toda la Unión Europea.

Berlusconi sabe mucho de la transgresión de las fronteras entre lo privado y lo público. Es un auténtico contrabandista de los medios, pionero en la utilización de la intimidad de los famosos como mercancía televisiva. Pero también es un pionero de la ultramodernidad política, la que conduce a la directa utilización del Estado al servicio de sus intereses privados, hasta un punto jamás visto. Hasta su llegada a la política los poderosos preferían situar a sus peones en cabeza de los gobiernos con los peligros de despegue autónomo que esta jugada llevaba consigo. Berlusconi ha preferido ocupar directamente el poder sin mediaciones, controlar medios de comunicación públicos y privados, sujetar a la judicatura y a la policía, favorecer sus intereses y sus empresas desde el Consejo de Ministros y el parlamento, mezclarlo todo en un totum revolotum que sólo tiene una referencia: él mismo. Y lo ha hecho además, movido por una cuestión muy concreta: sin el poder político y sin una mayoría parlamentaria obediente hace años que estaría pudriéndose en la cárcel. Se han equivocado de medio a medio quienes creyeron que esta última versión de Berlusconi sería la de un magnate algo más apaciguado, pensando más en su inscripción en el futuro histórico que en sus pequeñas ambiciones. Ha sido este Berlusconi senil y obsceno quien ha querido hacer una exhibición de su poderío viril como un desafío faústico frente a sus conciudadanos y su familia. Toda esta historia digna de un imperio decadente se ha conocido porque Berlusconi no ha puesto empeño alguno en mantenerla discretamente en privado, aunque luego la ha utilizado eficazmente para atacar a la izquierda, a los medios e incluso a sus competidores como Rupert Murdoch. Este anciano emperador libidinoso pretendía que todos en Italia supieran de su fuerza y de su encanto con las muchachas más hermosas del país sin que nadie se atreviera a dejar constancia pública de su ridícula exhibición en los medios, en un gesto definitivo de reverencia e hipocresía monumentales de los súbditos hacia su decrépito y decadente emperador. Han sido los suyos, primero su ex esposa y luego sus medios de comunicación, quienes han exhibido sus relaciones con menores y han hecho las principales revelaciones. El presidente del Consejo no ha tenido rebozo alguno en exhibirse en cenas y actos de Estado como mínimo con una de estas jóvenes bellezas ni hacerle regalos valiosos en público. Ha utilizado ilegalmente medios de transporte del Estado, sobre todo aéreo, para sus fiestas, hasta el punto de triplicar el número de viajes en relación al anterior presidente del Consejo; y siguiendo su técnica de utilizar las leyes y el estado en beneficio propio ha hecho legislar a su mayoría para legalizar este uso abusivo de bienes del Estado para su esparcimiento privado. Por Vila Certosa ha pasado una buena parte de la clase política conservadora europea, acompañada de conseguidores y lobbistas de todo porte y catadura, españoles incluidos. Entre ellos se ha identificado al ex primer ministro checo, exhibiendo cual vulgar Ducruet su desnudez al lado de una mujer no identificada. ¿Hace falta realmenrte alguna explicación para situar toda la información acerca de este escándalo repugnante, fotografías incluidas, entre los materiales periodísticos más relevantes e interesantes de la reciente vida política europea? No hay que olvidar que Berlusconi es el mismo presidente del Consejo que obstaculiza la desconexión de Eluana y se manifiesta en línea con las posiciones más conservadoras del catolicismo respecto a las cuestiones bioéticas y al origen de la vida. Tampoco hay que olvidar que su formación política aportará probablemente el paquete de diputados más nutrido al grupo del Partido Popular Europeo que se constituirá en esta nueva legislatura en Estrasburgo y Bruselas, como directo descendiente de la democracia cristiana. Ni que fue José María Aznar quien le franqueó la puerta a su formación política a la vez que conseguía la expulsión del Partido Nacionalista Vasco por razones de todos conocidas. Respecto a las causas de este naufragio, una única reflexión conclusiva. Una cosa son las responsabilidades, otras distintas las causas y una muy distinta las culpas. Hay que ir con cuidado a la hora de achacar los males de Italia y de Europa a la izquierda, sobre todo para no coincidir con Berlusconi en declararla culpable de todos los males que sufrimos, incluyendo en ellos al propio Berlusconi. Si admitiéramos este argumento, la derecha más corrupta habría encontrado así a un culpable perfecto de sus corrupciones, porque su mera identificación como tal le serviría para exculparse de sus más negros pecados.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
7 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Israel, bajo presión

El desencuentro entre Netanyahu y Obama sólo acaba de empezar. Es muy significativa la reacción del gobierno israelí al discurso pronunciado ayer por Obama en la Universidad del Cairo: ni una sola referencia a las únicas cuestiones serias que le conciernen. Obama ha señalado en su discurso cairota algo que suelen olvidar los dirigentes israelíes: es intolerable el sufrimiento de los palestinos. Y les ha requerido para que cumplan con las resoluciones internacionales y los planes de paz acordados cien veces y cien veces vulnerados: congelación total de los asentamientos en territorio palestino y adhesión a la fórmula de un Estado viable para los palestinos.

Obama ha insinuado más cosas, que todavía nadie ha querido interpretar, como que el proceso de desarme nuclear que quiere abrir va a afectar a todos, a quienes han firmado el Tratado de No Proliferación y luego no lo cumplen y a quienes no lo han firmado y proliferan sin reconocerlo. Pero lo único que les interesa a los gobernantes de Israel y de lo único que hablan en los comunicados y declaraciones de ayer es de su seguridad, algo que sitúan por encima de cualquier otra cosa. Y llevan razón, tal como el propio Obama se ha ocupado también de repetir una y otra vez en varios discursos y ruedas de prensa, donde la ha calificado de ?paramount? (suprema, de suma importancia). Nadie la ha defendido de forma más contundente y clara ante una audiencia árabe y musulmana como lo ha hecho Obama en El Cairo. Como nadie había denunciado antes ante una audiencia como ésta los estragos del antisemitismo y el respeto que exige el Holocausto. Sin seguridad para Israel no puede haber paz. Pero reducir el camino de la paz a la exclusiva seguridad de Israel, sin atender a los derechos de los palestinos, no conduce ni a la paz ni a la seguridad. Y todavía peor, elevar las exigencias israelíes evocando la seguridad tampoco conduce a la paz ni a la seguridad. Ahora mismo, el problema de Netanyahu es que no tiene ni una sola propuesta práctica que avale la existencia de un camino propio para la paz. Esa paz económica con los palestinos que quiso sacarse de la manga no llegó a creérsela ni él mismo. Lo único que quería obtener de su viaje a Washington era márgenes para atacar a Irán, seguir expandiendo los asentamientos y eludir la fórmula de los dos estados. El gobierno sabe que está en un callejón sin salida y que el discurso de Obama le señala la pared donde termina el recorrido. Pero a la vez no puede ni quiere quedarse al otro lado de la valla, con el frente de rechazo a Obama en el que se han juntado todos los extremistas, desde los ayatolás iraníes hasta los okupas isaelíes, pasando por la derecha americana que ha calificado a Obama de relativista. Pero está claro que a Netanyahu no le gusta nada de esta apertura al mundo árabe y musulmán que le aísla internacionalmente y sitúa a su país en el punto más bajo de su capacidad de interlocución. Es significativo que el belicoso Aviador Lieberman haya declarado que Israel no atacará a Irán por su cuenta justo a su vuelta de Moscú, una de las pocas capitales donde se le recibe bien y habla su idioma materno, el ruso. El duro entre los duros suelta así en público la primera pieza que le habían exigido, a falta de voluntad alguna de ceder en los otros dos temas: asentamientos y Estado palestino. Sabe este gobierno que este discurso en El Cairo es un movimiento más, quizás el más espectacular, de un amplio plan que tiene objetivos, fechas y exigencias. Su opinión pública no está acostumbrada a que Washington le cante las cuarenta al primer ministro de Israel, le reciba después del rey de Jordania en la Casa Blanca o que el presidente americano haya viajado ya en dos ocasiones a la zona y todavía no se le haya visto en Israel. Ahora les queda poco tiempo para responder. Y Obama necesita respuestas útiles y pronto. Se lo ha dicho a Netanyahu. A finales de junio sin ir más lejos, cuando ya se conocerá perfectamente el nuevo rumbo iraní después de las elecciones y todo sabremos a qué atenernos. Se hace difícil pensar que ceda, pero también que consiga doblar el brazo del presidente del país más poderoso del planeta. Obama ha asegurado que se lo va a tomar con resolución y paciencia. Aunque se hayan señalado fechas (finales de junio para Israel, finales de año para Teherán) y el pulso sea largo, el presidente está obligado a obtener resultados en los primeros meses a riesgo de perder impulso y llegar al final de su primer mandato de vacío. Sería una gran decepción, pero también una auténtica tragedia. (Por cierto, a todo esto la Unión Europea o alguien europeo en su nombre podría jugar algún papel, pero a lo que se ve nos hallamos camino de la más absoluta irrelevancia o de algo peor, como demuestra la campaña electoral. Anoto, además, otros dos temas sobre los que no he podido escribir esta semana, como compromiso para próximas reflexiones: sobre esa Italia que Berlusconi ha convertido en una mezcla de discoteca, plató televisivo y burdel y sobre esa China que todavía prohíbe, censura y esconde la cabeza debajo del ala cuando regresan las cuentas de su pasado infame).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
4 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Obama frente a Osama

Los caudillos terroristas no andan equivocados. Al Zawahiri y Bin Laden han identificado perfectamente a su enemigo. Con Bush vivían mejor. El anterior presidente fue el involuntario hacedor de su caudillismo. Les identificó como enemigos y les hizo mariscales del islam radical, el nacionalismo árabe y cualquier cosa que se moviera en el mundo contra Estados Unidos. La guerra que declaró Bush, después del 11-S, fue contra el terror, pero otros se encargaron de hacer el trabajo sucio de identificar al islam como el enemigo e incluso a los árabes como si fueran alemanes y japoneses durante la II Guerra Mundial. Desaparecido el comunismo, el Occidente liderado por Bush y el islam liderado por Bin Laden, se enfrentaron en una guerra mundial asimétrica, con frentes clásicos en Afganistán, Irak, Líbano, Palestina o Somalia y otras zonas de fricción en la retaguardia, Nueva York, Washington, Londres, Madrid, Bali o Bombay: ésta es la narración implícita en los años de Bush que ahora Obama tiene la obligación de desmentir y desmontar.

Los planes para esta guerra no fueron obra exclusiva de Bush y sus <i>neocons.</i> La acción deconstructiva de Obama afecta a épocas y a conceptos anteriores a Bush: la idea de que el mundo evoluciona hacia un choque de civilizaciones, formulada por Samuel Huntington en 1993, por ejemplo; o la de que el terrorismo se debe al retraso de la civilización islámica, formulada por Bernard Lewis. Inicialmente también Bush utilizó la palabra <i>cruzada</i> para designar la nueva guerra, aunque luego quiso rectificar. Y por doquier surgieron propagandistas que consideraban al terrorismo como el brazo armado de una islamización de Europa por la inmigración. Un caso curioso de supremacismo cristiano se ha dado en Italia con los llamados <i>teocons</i>, entre los que destacó la periodista ya fallecida Oriana Fallaci. Se da la paradoja de que ciertos defensores de la superioridad del cristianismo respecto al islam han utilizado como argumentos idénticas interpretaciones literalistas de los versículos coránicos esgrimidas por los terroristas para amparar sus acciones. Donde más y mejor han circulado estas ideas es entre los cristianos sionistas norteamericanos, que no por casualidad también hacen una interpretación literalista de la Biblia de la que deducen que las ocupaciones ilegales de tierras palestinas en Cisjordania por parte de colonos israelíes se basan en títulos de propiedad expedidos por Jehová. Ahora le toca enmendar la plana a este nuevo presidente de orígenes africanos, hijo de musulmán y con abundante familia musulmana, educado en Indonesia (el país musulmán más grande del mundo), y con nombres y apellidos propios de un musulmán. Su relación con el islam, que ahora le puede ser útil, jugó en su contra en la campaña presidencial. Su rival republicano, John McCain, cuando quiso reprender en un mitin a una ciudadana que le identificó como árabe le dijo que "pertenecía a una familia decente". Obama debe hacer pedagogía en todas direcciones, incluyendo a su propio país y a su derecha islamófoba. Pero el público al que se dirige de forma más directa es el del arco de conflictos que se extiende desde el corazón de África hasta Cachemira, donde EE UU no podrá mover una sola pieza del tablero internacional sin producir antes un vuelco en las opiniones públicas. La rectificación de imagen ante los árabes y los musulmanes empezó con la elección de Obama, tal como demuestran las encuestas. Los niveles de aprobación que obtiene el presidente entre ellos están todavía en niveles muy bajos, pero han superado largamente las cifras minúsculas de su predecesor. No es extraño, porque es inacabable la lista de agravios que Irán y Al Qaeda rivalizan por capitalizar. Muy pocos son los que no creen que EE UU sigue siendo una superpotencia arrogante y despreciativa, que apoya a los déspotas y dictadores árabes, utiliza un doble rasero a la hora de enfrentarse a los problemas de la región y desprecia la vida y los derechos de los musulmanes. Los hechos, incluso con Obama en la Casa Blanca, siguen reforzando estos argumentos: Guantánamo sigue abierto, seguirán las comisiones militares para juzgar a los terroristas y quizás las detenciones indefinidas; no cejan e incluso se complican las guerras en Irak y Afganistán, al igual que los bombardeos y <i>daños colaterales</i> sobre poblaciones civiles en estos países; y, como siempre, nada se mueve a favor de los palestinos en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania. El discurso de hoy en El Cairo es una jugada arriesgada que forma parte de un plan a su vez lleno también de riesgos. Aunque las palabras de Obama realcen un poco más la imagen de EE UU entre árabes y musulmanes, no la cambiarán de la noche a la mañana. Para que suceda, se necesita algo más que palabras y sin mucha dilación, a riesgo de que su prodigiosa ascensión no empiece a convertirse en caída. Sin buenas y urgentes noticias de Oriente Próximo, Obama no ganará a Osama.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
4 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Dinastía comunista

La tercera generación es la prueba definitiva. La sucesión de padre a hijo es imprescindible, pero todavía no basta. La hemos visto en Siria. Quizás vamos a verla en Libia y Egipto. Pero donde mejor se lleva la restauración de la monarquía de siempre es en la Corea del Norte comunista, que surgió de los hielos ensangrentados de la Guerra Fría y se mantiene congelada e impertérrita en su dogma totalitario cuando ya han pasado veinte años desde su conclusión. Allí acaba de anunciarse que el Querido Líder Kim Jong-il, que sucedió en 1994 al Gran Líder Kim Il-sung, tiene ya sucesor, en la persona de su hijo menor, de 26 años, el Futuro Líder Kim Jong-un. Si llega a producirse esta segunda sucesión, la dinastía de los Kim, fundada en 1948, se consolidará como la primera monarquía de uno de los penúltimos paises comunista.s Los Castro, que llegaron al poder diez años más tarde, están por el momento en una mera sucesión lateral, de hermano mayor a hermano pequeño, y no han manifestado aspiraciones sucesorias mayores.

Está claro que la pieza central del poder en Pyongyang es la amenaza del arma nuclear. Sin ella, el régimen deja de tener sentido y probablemente de existir. Es una de las mejores lecciones tomadas de la experiencia de Sadam Hussein frente a Estados Unidos. Si quieres evitar que te busquen las cosquillas por tus pretensiones belicistas lo mejor es dotarse de un buen sistema de amenaza nuclear y exhibirlo con tino cada vez que sea necesario: no habrá entonces ataque preventivo sino negociación y concesiones. Esos éxitos norcoreanos pertenecen a lo más lucido del balance de George W. Bush. La industria de la proliferación es también un negocio, en el que se han esmerado los norcoreanos en los últimos años. El lenguaje con que interviene en la escena internacional versa siempre sobre rearme y desarme nuclear y mucho más todavía ante las pretensiones de Obama de combatir la proliferación. Con las amenazas y las posteriores negociaciones y contactos, el régimen ha buscado en otras ocasiones cosas muy distintas, como obtener alimentos o hacerse notar en un momento de especial agitación internacional. Las noticias sobre la sucesión, que se rumoreaba desde principios de años, han llegado después de que Corea del Norte realizara una prueba nuclear subterránea y lanzara varios misiles, en un abierto desafío a Obama del que forma parte probablemente la propia proclamación del sucesor, con todo lo que implica de apuesta por la continuidad y estabilidad del régimen en un momento en que hay muchas especulaciones sobre la pésima salud de Kim Jong-il. Todo es misterioso e indescifrable en la aislada Corea del Norte, ese baluarte locoide del socialismo. Hay buenas crónicas en la prensa occidental, pero con mucho de análisis general y poca atención al detalle. Lo mejor lo he leído en el semanario suizo en francés ?L?Hebdo?y no es extraño. En Suiza se han educado los tres hijos de Kim Jong-il y en Suiza se supone que tienen todos los déspotas, dictadores y reyezuelos sus ahorros a buen recaudo, debidamente blindados en cuentas secretas y con los suficientes testaferros y coberturas parta que ningún tribunal se les eche encima. Nos enteramos por estas crónicas que el Futuro Líder habla el dialecto alemán de Berna, es un gran aficionado al baloncesto y le gustan las películas de Jean-Claude Vandamme. El comunismo coreano se halla, pues, en transición y, además, ésta va producirse saltándose a dos hermanos, el mayor Kim Jong-nam, y el segundo Kim Jong-chol, para dejar caer sobre las espaldas de un muchacho de 26 años todo el peso de la púrpura dictatorial. Jong-nam fue descartado, al parecer, porque intento viajar a la Dinesylandia japonesa en un viaje clandestino con pasaporte e identidad falsa y fue detenido al llegar a Japón. Jong-chol tiene un problema hormonal y es considerado como poco masculino por su padre. Jong-un no es que sea un prodigio, pues a su edad es diabético, tiene al tensión alta y sufre de obesidad, a pesar de que su extraña y enfermiza familia le considera un atleta. Los periodistas suizos que escribieron el reportaje utilizado como fuente para estas líneas ya lo tenían claro a principios de este año: Jong-un sería el sucesor si salía elegido parlamentario en unas elecciones que se celebraron el 8 de marzo que le convertirían en miembro de la comisión militar del partido. Acertaron en todo. No hace falta escribir desde Nueva York o Washington para hacer buen periodismo y ser leído en todo el mundo. (Enlaces: con el semanario ?LHebdo?, con la crónica de Blaine Harden, corresponsal asiático de The Washington post; y con la de José Reinoso, de El País).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
2 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Una novela negra berlinesa

Las ironías de la historia se convierten con frecuencia en bromas pesadas. Karl-Heinz Kurras, el policía de Berlín occidental que mató al estudiante izquierdista Benno Ohnesorg, el 2 de junio de 1967, hoy se cumplen exactamente 42 años, resulta que era un agente de la Seguridad del Estado, la temida Stasi, del régimen comunista de la República Democrática de Alemania. La identidad del autor del disparo no es un detalle menor, por cuanto la muerte del estudiante, que se manifestaba contra la presencia del Sha de Persia, Mohamed Reza Palehvi, en Berlín, desencadenó una amplia movilización juvenil y desembocó en la aparición de un sangriento grupo terrorista, la RAF (Rote Armée Fraktion), protagonista de una oleada de terrorismo que produjo más de medio centenar de víctimas y enervó hasta un punto preocupante los reflejos autoritarios que pretendía combatir.

Hasta tal punto se convirtió la fecha del 2 de junio en un hito que llegó a dar nombre al movimiento estudiantil que protagonizó el 68 alemán. Es curioso el contraste con Francia, donde fueron las protestas en la Universidad de Nanterre, en las afueras de París, contra los dormitorios estudiantiles separados por sexos, las que hicieron saltar la chispa del 68, dándole también el nombre de una fecha, 22 de Marzo. Destacados dirigentes del movimiento que surgió en Berlín hace 42 años pasaron a engrosar las filas terroristas, algo que no ocurrió en Francia. La doble identidad del homicida de Ohnesorg, de 81 años, todavía en vida y habitante de Spandau (Berlín), se ha conocido gracias a los trabajos de dos investigadores dedicados a hurgar en los archivos de la Stasi, que acaban de publicar un artículo en la revista Deustchland Archiv de este pasado mes de mayo, en el que incluyen la reproducción del carnet de Kurras como militante comunista. El artículo da muchos datos sobre su biografía e incluso su carácter y nada permite deducir que el régimen comunista estuviera detrás del crimen o ni tan sólo que lo aprobara; al contrario: el agente doble fue apartado inmediatamente del servicio y su acción condenada. La historia de este agente doble es un tema típicamente berlinés, propio para una película o una novela sobre los años de la Guerra Fría. Basta reseñar que Kurras tenía como enlace a Charlotte Müller, una vieja dama comunista y estalinista, de origen austríaco y ex deportada a Ravensbrück, que viajaba con frecuencia a Spandau para visitar a una hermana. Con el sobrenombre de Lotti, la jefa del espía no tan sólo recogía la información que recibía del agente doble sino que le instruía ideológicamente. No hay que echar mucha imaginación para convertir los encuentros de Lotti y Otto Bohl, el sobrenombre de Kurras como agente, en una secuencia digna de ?La vida de los otros?. La revelación de estos hechos ilumina nuestra idea sobre el conocimiento de la realidad histórica con una luz inquietante. Permite pensar que conocemos sólo una fracción muy limitada de los datos necesarios para interpretar cómo han ocurrido las cosas y alimenta así las teorías paranoides sobre conspiraciones y secretos. Ha sido una auténtica casualidad que los investigadores hayan dado con estos datos y hayan podido ofrecerlos públicamente. De ahí que quepa preguntarse sobre cuántos datos de este calibre se escurren por los desagües de la documentación y de los archivos mal cuidados o destruidos. Pero plantea además otra cuestión todavía más turbadora: ¿qué habría sucedido de haberse conocido la identidad del homicida muchos antes, no digamos ya inmediatamente después, de aquellos hechos sangrientos? Esta pregunta se acerca ya al problema de la nariz de Cleopatra, de la que el ?caso Kurras? es quizás un buen ejemplo. Der Spiegel ha llegado a esquematizar la disyuntiva histórica de forma un tanto tosca, pero en cualquier caso significativa: ?Ahora hay dos versiones sobre lo que podía haber sucedido en Alemania. La izquierda está convencida de que de sin el movimiento de 1968, el país estaría todavía fosilizado, rígido, sólo democrático a medias, misógino y reprimido sexualmente. Los conservadores, por su parte, creen que sin el 68 la Alemania moderna habría tenido más niños, mejores escuelas y mejores comportamientos?. Algunas conclusiones provisionales que cabe deducir. Primera: Kurras fue un agente importante, que ejemplifica muy bien hasta qué punto los servicios secretos del famoso Markus Wolf tenían horadada a la policía y al Estado del Oeste. Segunda: muchos policías y agentes secretos de un lado y del otro podían ser intercambiables, sobre todo en sus relaciones con las armas y el restablecimiento del orden. Kurras disparó a Ohnesorg en la nuca probablemente cuando se hallaba ya en el suelo, después de ser apaleado por la policía, pero después alegó sin prueba alguna y contra todos los testigos del grave incidente, que había sido atacado por un grupo de manifestantes con cuchillos y palos. Hay una declaración, al día siguiente de los hechos sangrientos, que ilumina de forma inconfundible lo ocurrido. Pertenece precisamente a Mohamed Reza Palehvi y es un consejo de despedida al alcalde de la ciudad: ?Tiene que disparar mucho más todavía. Las cosas volverán a la normalidad en seguida?. Doce años después el Sha fue derrocado y tuvo que escapar al exilio. (Enlaces: con la primera noticia aparecida en la Frankfurter Algemeine Zeitung, versión digital; con el artículo de los historiadores que han realizado el descubrimiento; con la presentación de la historia en inglés, tal como la ha visto Der Spiegel).



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
1 de junio de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

La vida de cada día

Todos los planes de paz, desde la Hoja de Ruta hasta los acuerdos de Annapolis, incluyen la congelación de los asentamientos israelíes en territorio palestino. Pero ningún presidente norteamericano, hasta Barack Obama, había exigido hasta ahora su estricto cumplimiento por parte de los sucesivos gobiernos israelíes. En realidad habían hecho lo contrario, es decir, la vista gorda ante la constante expansión de los asentamientos hasta llegar, incluso, al reconocimiento oficioso de una política que recorta cada vez más el territorio palestino y conduce a la inviabilidad del futuro Estado palestino. El presidente Bush propugnó la creación del Estado palestino conviviendo en paz y seguridad con Israel pero autorizó la continuación de la política de ampliación de los actuales asentamientos, admitiendo las razones de expansión demográfica alegadas por Ariel Sharon y Ehud Barak, los sucesivos primeros ministros con los que tuvo que tratar. Esta política tuvo su reconocimiento en una carta de abril de 2004, dirigida a Sharon, en la que admitía que la negociación sobre los límites del futuro Estado palestino debía partir de la realidad sobre el terreno, una forma de reconocer, por primera vez, la legitimidad de la ocupación isarelí en Cisjordania y sus consecuencias en forma de colonizaciones realizadas sin atender a la única legalidad válida en estos casos, que es la internacional.

No hay duda de que una victoria republicana en las elecciones norteamericanas hubiera significado la consolidación de la política seguida por Bush, exactamente igual como la victoria de Obama significa ahora una negativa tajante a la construcción de nuevas viviendas en las colonias actualmente existentes. Netanyahu no se opone tan sólo a la congelación, sino que rechaza igualmente los dos estados que Bush propugnaba en su visión sobre Oriente Próximo. La única concesión a la que parece acceder el actual Gobierno afecta a los asentamientos nuevos, denominados también 'puestos avanzados', cuya legalidad es objeto de controversia entre los mismos isarelíes. Pero hay que señalar que muchos de estos 'ouposts' son auténticos señuelos, destinados a realizar concesiones insustanciales a los palestinos, en una complicidad cada vez menos secreta entre el Gobierno y los colonos. La resistencia de Netanyahu a la nueva política norteamericana, a la vista de la escasa fuerza del argumento demográfico, se centra ahora en reivindicar 'la vida de cada día' en los asentamientos, una forma eufemística de referirse a lo mismo.

La respuesta de Washington hasta ahora es bien clara: congelar es congelar. No caben matices ni excepciones. Nunca se había llegado tan lejos en el desacuerdo. Hay que tener en cuenta que desde los acuerdos de Oslo, en 1993, que precisamente preveían terminar con la ocupación, Israel no ha cesado en la expansión colonial en territorio ocupado de Cisjordania y Jerusalén. Medio millón de colonos se han asentado desde entonces en tierras mayorritariamente expropiadas a los palestinos. La construcción del muro de seguridad, la instalación de numerosos controles de tráfico fijos y la construcción de carreteras de circunvalación para comunicar los asentamientos, además de las zonas militares reservadas a israel, han convertido el territorio palestino en una piel de leopardo sin continuidad territorial ni facilidad de comunicaciones. Es imposible en estas condiciones construir ya no un estado sino una sociedad normal, con comercio, servicios y una economía que funcionen. El gobierno isarelí quiere que los colonos puedan hacer una vida normal, tener hijos y expandir sus colonias para alojarlos, pero se niega a pensar en la vida normal de los palestinos, cada vez más pobres, más desesperados, más humillados y desasistidos. Esta semana Obama viaja a El Cairo, donde pronunciará un discurso dirigido especialmente al mundo árabe. No hay ya más márgenes para ambigüedad y los eufemismos. No valen ya las dilaciones y las malas excusas. El gobierno que tiene ahora Israel corre el peligro de quedarse sin aliados, enrocado en sus posiciones ultras y secuestrado por la xenofobia racista de Nuestra Casa Israel. A Netanyahu le puede pasar como le sucedió a Arafat: que no ya sea un interlocutor para la paz. Cada excusa nueva que se saca de la manga para incumplir sus compromisos y desatender las exigencias de Obama erosionan su credibilidad y, lo que es peor, la credibilidad de Israel. Veremos pues cuánto tiempo dura el pulso entre la extrema derecha israelí ahora en el Gobierno y el nuevo presidente de los Estados Unidos, y veremos también cuántos pelos dejan en la gatera tanto Israel como Estsdos Unidos en esta curiosa pugna entre dos aliados estratégicos. 



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
31 de mayo de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

La historia, al fin

La historia ha encontrado al fin unos nuevos acontecimientos en los que encarnarse. Culminada su marcha ascendente, coronadas todas las cumbres del progreso y del bienestar, ahora la vieja musa se manifiesta en las noches iluminadas de los estadios y canchas deportivas, donde produce acontecimientos grabados en mármol con la misma facilidad con que las gallinas ponen huevos. Los partidos y los campeonatos del siglo se suceden un mes detrás de otro y la apelación a la historia o alternativamente a la obra de arte acude por un quítame allá esos goles ante el entusiasmo y el rugido de los espectadores.

No es extraño que esto ocurra en Europa, donde la profecía de Fukuyama sobre su fin inminente más se ha pegado a la realidad. La historia parece remansarse. Los combates políticos e ideológicos quedan neutralizados. También sucede con el arte, sujeto a una erosión autodestructiva que da licencia a su traslación a cualquier otro territorio, la cocina o el fútbol por ejemplo. Si Ferran Adrià fue invitado a la última Documenta de Kassel, nada debería impedir que también lo fueran Pep Guardiola y su equipo en la próxima. La ecuación de la época sitúa en una función inversa la participación electoral y el entusiasmo deportivo. Europa con sus valores se deconstruyen en los parlamentos, los gobiernos y las instituciones mientras en los estadios se construye otra más próxima y fraterna, cosmopolita y multicultural. Pero como si fuera un residuo de la vieja historia, violenta y rebelde, estas noches de triunfo terminan también con barricadas, policías heridos y cientos de detenidos. Estos jóvenes enmascarados con camisetas y bufandas de colores no tienen ideas ni objetivos que vayan más allá de aullar de placer por el triunfo de su equipo y de convertirlo en algarada y destrozo. Aunque no lo saben, llevan pegados a sus glándulas los reflejos que lanzaban a las calles a sus pares de generaciones anteriores, cuando la historia todavía atrapaba a puñados a sus víctimas en la telaraña. Las banderas, los himnos, la masa danzando sus ritmos en los estadios y en las calles, los escritores y periodistas acunando la ilusión, debieran recordarnos aunque sólo sea por un instante de lucidez o de calma que con todos estos mimbres tejimos en el pasado los cestos de un viejo acontecer trágico y sangriento. Cuidado. (Enlaces: para Fukuyama, para Documenta y para Pep Guardiola)



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
28 de mayo de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

¿Cuánto Bush hay en Obama?

La nominación de Sonia Sotomayor, una portorriqueña del Bronx, para ocupar una vacante del Tribunal Supremo despeja rápidamente la pregunta: jamás se le habría ocurrido a George W. Bush la idea de elegir a un jurista del perfil de esta juez de apelaciones de Nueva York. Las próximas audiencias ante el Senado para la confirmación de la magistrada, en las que serán analizadas con lupa su biografía y sus opiniones jurídicas, proyectarán todavía con mayor fuerza una novela de ascenso social y de éxito meritocrático que sólo se da con tanta fuerza y ejemplaridad en la sociedad norteamericana. Nada hay, pues, de Bush en Obama por este lado.

No puede decirse lo mismo respecto al giro que ha iniciado Obama en su política antiterrorista, con el discurso que pronunció hace una semana en los Archivos Nacionales de Washington, y que cabe centrar en una idea basilar: la Guerra Global contra el Terror, declarada por Bush en 2001 después de los atentados del 11-S, no ha terminado. El único y destacable matiz que le diferencia de Bush es que no se constituye en su caso en la clave de bóveda de su política exterior. Pero sí le sirve para justificar el mantenimiento de las leyes de guerra para combatir el terrorismo, en vez del régimen garantista del Estado de derecho utilizado por los socios europeos frente a una plaga violenta que consideran una cuestión de seguridad interior.Mientras dure esta contienda sin fin, Obama se considera autorizado para mantener unas comisiones militares que juzguen a los terroristas y, en los casos en que no sea posible, un sistema de detención indefinida, ambas cuestiones seriamente impugnadas por las asociaciones de defensa de los derechos humanos, a pesar de que el presidente quiere introducir garantías, someter este sistema a un control judicial ordinario y fundamentarlo en una legislación pasada por el Congreso.Todo esto es Bush, pero corregido. Y encaja con la negativa de Obama a pasar cuentas con el pasado: su predecesor pudo equivocarse, pero el objetivo era el mismo. Aunque de nuevo ahí hay una diferencia: Bush y los suyos querían cubrirse personalmente legalizando las fechorías que estaban realizando en nombre de la razón de Estado; Obama quiere cubrir la Constitución y la ejemplaridad de Estados Unidos mediante un sistema legal que mantenga el equilibrio quizá imposible entre seguridad y libertad.El ex vicepresidente Cheney se lo ha reprochado en el discurso que pronunció el mismo día desde un think tank ultraconservador: no hay medias tintas ante el enemigo. Pero otros neocons le han aplaudido, aunque con no poca sorna. Véase lo que ha escrito Charles Krauthammer, quizá el más brillante y cáustico de los columnistas conservadores: "Las políticas de Bush en la guerra contra el terror no esperarán la reivindicación de los historiadores. Obama lo está haciendo un día detrás de otro. Sus rechazos no significan nada. Basta mirar a los hechos" (The Washington Post, 22 de mayo). Es muy inquietante la convergencia entre los extremos, los defensores de Bush por un lado y la izquierda por el otro. Unos por paloma asustada y los otros por halcón camuflado; los primeros por no reivindicar los méritos antiterroristas del predecesor y los segundos por no reconocerlos, pero como delitos ante una comisión de la verdad o incluso ante los tribunales.Obama prometió cerrar Guantánamo en un año, prohibió la tortura, clausuró las cárceles secretas y anuló los dictámenes jurídicos que interpretaban torcidamente las convenciones de Ginebra. Pero cuando ha querido concretar su política antiterrorista ha sufrido un muy serio revés en el Congreso, donde ninguna de las dos cámaras ha querido aprobar los fondos para desmantelar Guantánamo y trasladar los presos peligrosos a instalaciones en territorio norteamericano. Los congresistas, en una actitud de populismo nimby (not in my backyard, es decir, no en mi patio trasero), rechazan el traslado de presos peligrosos a sus respectivos estados por los prejuicios electorales que pudiera causarles, ante el regocijo de los neocons. Unos y otros, en cambio, no tienen empacho en pedir a los europeos que aceptemos a más presos del limbo jurídico antillano.En la biografía, que es como decir, en la clase social, nada hay de Bush en Obama. Lo que en uno es herencia, en el otro es experiencia: lo que en uno es privilegio en el otro es mérito. Pero en sus políticas hay un fondo común que tiene que ver con la tradición política y los valores compartidos, que el primero forzó hasta la tergiversación y el segundo quiere recuperar en toda su excepcionalidad y ejemplaridad. La respuesta a la pregunta inicial se formula en otros términos cuando se dirige hacia nosotros los europeos como aliados que somos de Estados Unidos: ¿hasta dónde la cantidad de Bush que hay en Obama impedirá recuperar de nuevo el pulso en la relación transatlántica?



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
28 de mayo de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Candidato ibérico

El domingo descubrí al fin las razones por qué José Luis Rodríguez Zapatero apoya a Durao Barroso como candidato a su propia sucesión en tanto que presidente de la Comisión Europea: es el candidato ibérico. Se trata de una categoría inusual en nuestra vida política y en nuestros debates ideológicos, más viva en la chacinería que en la experiencia común de los pueblos de la península ibérica. Pero el presidente del gobierno español ha encontrado en ella la explicación para esa extraña alianza entre el socialismo y el Partido Popular, que devalúa las elecciones al Parlamento Europeo y siembra la confusión. Tres dirigentes de la izquierda socialdemócrata europea como Gordon Brown, José Sócrates y Zapatero propugnan la continuidad de quien llegó a la presidencia de la Comisión de la mano de Aznar, Blair e incluso Bush, y lo hacen en perfecta consonancia y previsión con el mapa parlamentario que se espera para después del 7 de junio, con el Partido Popular Europeo como mayor grupo parlamentario.

La entrevista en la que Zapatero nos da esta razón de tanto peso para apoyar a Barroso cuenta al menos con otra perla. Su interlocutor, el periodista y director del diario Público Félix Monteira, observa que Zapatero ?se ha situado en el punto de mira como responsable directo del éxito o del fracaso para salir de la crisis, ya no hay red?. Y Zapatero le responde: ?Claro, lo mismo que cuando la prioridad era la lucha antiterrorista era el presidente del Gobierno quien estaba al frente. Siempre me pongo al frente, es mi estilo?. La opción por el candidato ibérico es también fruto de una decisión personal del líder, que hizo el paso al frente sin consultar a nadie. Me consta que el descontento entre los candidatos socialistas es tan evidente como lo es la satisfacción entre los candidatos populares. Son los misterios del liderazgo. Gracias a ellos podemos encontrarnos con que dos de los héroes de las foto de las Azores, Blair y Barroso, consiguen seguir en la cúspide de la UE en la época de Obama. Blair es el candidato de Sarkozy a ocupar la presidencia del Consejo Europeo, el cargo de mayor relevancia representativa de la UE creado por el Tratado de Lisboa. El peculiar estilo de Zapatero le permite apoyar a Barroso en vez de dedicarse a convencer a Felipe González para que deje de escurrir el bulto y acepte ser él quien se convierta en el primer Presidente de Europa en vez del desprestigiado Tony Blair.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
26 de mayo de 2009
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.