Skip to main content
Escrito por

Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

Blogs de autor

Gran Vía sin Ava

 

Estraperlistas, inversores sin escrúpulos, espías de rojo, escondidos de la segunda gran guerra, monarcas sin tronos, reyes de países desaparecidos, barones de imperios caídos, diplomáticos sin destino, nazis favorecidos del régimen y otras faunas de la vida golfa poblaban la Gran Vía después de la derrota republicana. Los malos habían tomado Madrid, se habían apropiado de la Gran Vía después de haberla bombardeado. Madrid, en los años de la Segunda Guerra Mundial, en los primeros años de la reconstrucción democrática de las ciudades liberadas de los fascismos, se había convertido en el refugio cosmopolita de lo peor de Europa. Una ciudad cosmopolita que estaba llena de agujeros, de miseria, de perdedores, encarcelados, humillados y vencidos. "Madrid es una ciudad de un millón de cadáveres" como decía el poema del pusilánime, buena persona, bebedor y putero, Dámaso Alonso. Y la Gran Vía era su escaparate para disimular las miserias, para inventarse que Madrid también era New York.

Cien años de la Gran Vía, y setenta años desde que la calle se volvió a iluminar para esconder o disimular la inmoralidad de los vencedores. Ayer me tocó esperar que salieran los Borbones de la librería de la Gran Vía dónde no encontraba un libro que hoy, al fin y en una vieja librería, he podido encontrar. Me pareció una imagen irreal, atrapado en una librería porque allí estaban los reyes. Felizmente se fueron pronto, dejaron sus sonrisas y sus rápidas preguntas por algunos autores, algunos libros. Me pareció escuchar que el responsable de la librería, "La Casa del Libro", les hablaba del centenario de Miguel Hernández, le honra.

Hace años escribí sobre la Gran Vía y algunas de sus más famosas habitantes. Lujosas y menos lujosas chicas de alterne de Pasapoga, Pidoux,  El Abra o Chicote. Lugares del pasado, espacios del recuerdo de una calle, de una ciudad que ya no es aquella. Todavía queda "Chicote", pero ya no están las señoritas prostitutas que seguían las normas del barman simpático y franquista, Perico Chicote. Ya no es el que fue. Ni están las chicas en la barra, ni nunca más estará Ava Gadner cogiendo una barata y divertida borrachera.

Me gustaban aquellos simpáticos de la golfemia culta, la generación del 27 de la derecha- Jardiel, Tono, Neville, Mihura, Herreros- que creían haber ganado la guerra y tuvieron que soportar el franquismo. ¡Que se jodan!  Tenían su gracia, su humor disparatado, absurdo. "Yo había decidido nacer en Madrid, porque pensé que era el sitio que me cogía más cerca de "Chicote". Hubiera podido nacer en Burgos, o en Sevilla, sin ningún esfuerzo porque ambas capitales estaban terminadas ya; pero eso me hubiera pillado muy lejos para ir a tomar el aperitivo"

Mi homenaje, mi recuerdo, mi cariño a las peripatéticas de la Gran Vía que tuvieron que ocultar a sus padres perdedores, burlar las raciones de las cartillas de racionamiento a golpes de cadera. De meneo de trasero, de falsas copas, de polvos rápidos y de miedos de supervivientes en aquella ciudad abierta, hipócrita, injusta para la mayoría, divertida para algunos. La Gran Vía fue el escenario ideal de todas esas Lolas de espejos oscuros.

Leer más
profile avatar
6 de abril de 2010
Blogs de autor

Perdonen las risas

 

¿Qué hablan y predican en mi nombre?  Es una de las interrogantes de un al Jesús.  Nacido en Nazaret, judío, más pobre que rico y sobre el que, desde hace un poco más de dos milenios, se han montado toda clase de mentiras, imperios, negocios, represiones, miserias, muertes, obras de arte, fanatismos,  sexo oculto y cintas de vídeo. El cuento de nunca acabar. Eso sí, muy bien pensado, escrito, corregido y aumentado. Todo un tinglado sobre "ese" imaginario que sacan en procesiones, entierran, desentierran, lloran, cantan y bailan muchos que viven del miedo, la limosna y el morro. Mucho morro.

Como no quiero condenarme, no quiero seguir soltando por mi boca más fáciles, repetidas y previsibles opiniones- ellos las llamarían "blasfemias"-  y dejaré que sea un ilustrado, culto, experto e irónico erudito llamado José María Prieto. Catedrático en Psicología, científico de las religiones, autor de "haikus" y erudito en imaginaciones y sensibilidades diversas, sea el que diga cosas. Algunas de las muchas que cuenta, en verso libre y en su libro: "Jesús nunca fue cristiano". Un texto no sagrado y muy venerado por mí  en días y noches de mi paganismo. Que perdone mis pecados y que no me ponga penosa penitencia por extractar el penúltimo poema de su libro dedicado a mis admirados Casiodoro de  Reyna y Cipriano de Varela.

 

"Jesús, de Nazaret

...Nací y me crié en Nazaret, en la pobreza,

un chicarrón del norte galileo,

una ocurrencia literaria      mi nacimiento

                                           en Belén,

                                            al sur

                                           de Jerusalén.

Poco o ningún caso les hice a mis padres,

en mi entorno, los familiares, cuanto menos

mejor...

Ni afirmé ni negué ante Caifás que fuera el Mesías:

dar una larga cambiada no es blasfemia.

No inicié revuelta alguna contra los romanos,

ví a Pilatos lavarse las manos y pensé...

se acabó este lío.

Por eso en la cruz, en arameo,

pedí a Yahvé una explicación.

Resucitado me vieron las mujeres, los apóstoles, los discípulos,

y mucho más tarde Pablo,

y todos los que han querido verme y comerme,

al partir el pan y beber vino como lo hice yo en la Última Cena.

Quiero saber algún día

quién es ese Cristo al que rezan los cristianos,

del que hablan y predican en mi nombre,

tampoco sé nada de ese que llaman Jesucristo:

el culto que le rinden se parece al que profesan

los romanos al divino emperador.

Yahvé sólo hay uno, entre Yahvé y uno mismo,

nadie ...ningún intermediario,

basta y sobra con recitar cada día el padrenuestro,

la oración que aprendí y enseñé a todos.

Ni en sueños fundé una nueva religión"

Leer más
profile avatar
2 de abril de 2010
Blogs de autor

Pasiones y miserias

 

Lo sublime es vecino del kitsch. Lo más emocionante, profundo y luminoso se puede encontrar al lado de lo ordinario, soez y oscuro. He estado dos días en Cuenca. Dos días del principio de eso que llaman los católicos Semana Santa. Siempre que puedo me escapo por dos o tres razones. La música, la ciudad y su misterioso paisaje y las gentes. También está la barra de "La Ponderosa" y algunas otras paradas paganas y festivas.

El viernes comenzó la Semana de Música Religiosa- una de las excusas para acercarse a la ciudad mejor colgada desde hace más de cuarenta años- con una de las obras mayores de la música. La "gran misa católica" de Juan Sebastián Bach, un compositor luterano, gran comilón y muy aficionado al sexo en familia. Una misa de la que gozamos los que no somos ni católicos, ni luteranos. Una misa abierta para los que quieran entrar. El gran barroco, musicólogo, poeta y Cubano que no tuvo que soportar el castrismo, el escritor Alejo Carpentier en "La consagración de la primavera", escribió :"...y sobre todo, la Misa en si de Juan Sebastián Bach, cuyo segundo kirie es acaso, para mí, una de las pocas cosas en el mundo que puedan merecer totalmente el peligroso calificativo de sublime". Yo soy más concesivo, también me parecen sublime otras partes, "credo" incluido.

Así con el coro "The sixteen", maravillosos interpretes polifónicos ingleses, dirigidos por su fundador Harry Cristophers, comenzó la semana de música. Estuvo bastante bien, mejor en los coros que en el canto individual. Después de la misa nos fuimos a los pecados. A la mañana siguiente, Domingo de Ramos, ¡y yo sin estrenar ni unos calcetines!, volvimos a la iglesia. A la maravillosa iglesia de la Merced. En una plaza que es la perfecta contradicción, el enfrenamiento ancestral, la misma plaza por dónde vivieron judíos, moros y cristianos no domesticados de la ciudad. La plaza dónde conviven los recuerdos del antiguo seminario- cerrado por crisis de vocaciones- y el renovado museo de la ciencia. Las sombras y las luces. Una inquietante pareja. Salimos de nuestra segunda misa cantada, de las letanías, de las salves y las rosas místicas que también se compusieron para la Virgen en la Nueva España. Era el conjunto Ars Longa, cubanos, jóvenes y llenos de gracia y pasión musical. Otro placer para los sentidos, para los oídos. Lo malo, como con la misa de Bach, es traducir o entender lo que están cantando. Todo, casi todo, sometimiento y mentira. Valle de lágrimas, virgos potentísimos, vírgenes prudentísimas, corderos que quitan los pecados, resurrecciones de muertos, dioses solos, hombres temerosos, culpables, afligidos, sometidos, humillados, engañados. ¡Qué hermosas músicas para poner paganas letras!

A la salida, el feísmo. La plaza Mayor tomada por fanáticos con palmas, con gritos de "¡Jesús, Jesús, Jesús!", como el que grita Maradona, Franco o Miguel Bosé. Entre el esperpento y el disparate. Después del paso de las imágenes en burro, de las vírgenes llenas de oro y brillantes, llega el momento de la expansión. Y todos se ponen a la cerveza, a los vinos, a los panes y a los corderos, asados. Por supuesto.

Mañana tengo que hablar de Jesús, los cristianos y los otros. Me voy a Segovia que también hay sacrificios, procesiones, sombras y luces. ¡Que país, Miquelarena!

Leer más
profile avatar
30 de marzo de 2010
Blogs de autor

El argumento de la obra

 

Dentro de unos días estaré paseando por esos lugares que tanto gustaron a Jaime Gil de Biedma. Paisajes de horizontes, de soledad en la llanura, amables algunas veces cuando aparece esa ribera de los alisos o cuando, desde un altillo, se divisa el mar de pinares. Tierras pobres de Castilla. Lugar en que tantas veces vivió el poeta. Unas veces para cuidar su juvenil convalecencia tuberculosa y, tantas veces, por el placer de pasear sus parajes abiertos. O para gozar de su "palacete" rural.

Por allí volveré con sus poemas, el verdadero argumento de la obra, y con ese otro tan sincero e íntimo argumento, su correspondencia. En sus cartas asistimos, como en los heterónimos de Pessoa, a esa "escena viva por la que pasan varios actores representando varias piezas". El, con sus muchas voces, distintas y la misma, es el verdadero argumento de la obra. Culto, cercano, irónico, feliz a veces, inseguro tantas veces. Acompañado y solitario como tantas veces. Cartas a maestros-Jorge Guillén, María Zambrano - , cartas a los amigos Carlos Barral, Gabriel Ferrater, Ángel González, Caballero Bonald, cartas a los jóvenes Benítez Reyes, García Montero. Y cartas, muchas cartas, al fascinante "coronel", al maestro, amigo, cómplice y complejo Gustavo Durán. Cartas a Gustavo, el soldado de porcelana, dónde la sinceridad vital, dónde la confesión erótica y la vida personal se hacen más evidentes, mas desnudas que con ningún otro. Tendremos que hablar más de Gustavo Durán, se acaba de publicar un libro sobre su compleja y apasionada vida, pero hoy el "argumento" es Jaime Gil de Biedma y sus cartas privadas. Gracias a la editorial Lumen.

Así se cuenta, así escribe a Gustavo Durán en 1967:

"...Hay algo en estos primeros años de la edad madura que los emparenta con los años de la adolescencia: uno vive bajo el signo de la soledad erótica, ame a quién ame y esté con quién esté; sólo que ahora esa soledad ha quedado casi por completo desnuda de ilusiones sentimentales, o quizá lo que ocurre es que éstas se han corrompido y se han convertido en fetiches de ellas mismas, en imágenes. Estoy tan lleno de obsesiones eróticas que temo acabar volviéndome un puritano, porque hay momentos en que mi sexualidad me inspira verdadero terror, es como si de repente sospechase que estoy poseído por una fuerza impersonal que no tiene nada que ver conmigo ni con mi vida

  • - Afrodita Despótica, Eros Anarquista, la Subversión de la Carne"

 

En fin, comienza la semana de pasión.

Leer más
profile avatar
26 de marzo de 2010
Blogs de autor

La forma de una ciudad

 

 

Fui a Nantes con una misión. Y pude cumplirla. Es una buena manera de visitar, o de regresar, a  ciudades que ya conoces. Una excusa para volver a formas de ciudades que estimas. Los que hayan seguido los paseos, y paradas, de estos años ya saben de cariños,  y algunos lugares comunes a los que me gusta volver. Hay ciudades para disfrutar, y de vez en cuando compartir. Un lugar común en mi vida es Nantes. Hace más de treinta años la conocí y me sigue sorprendiendo. Primero fui por placer, segundo por trabajo y nunca por rencor. Esa forma de villa, como dice mi admirado Julien Gracg, me gusta y me despista. Todavía es un placer perderse por una ciudad que creías conocer. Hay días, y noches, que se dan la vuelta los mapas de mis ciudades y me encuentro otra vez en ellas despistado y volviendo a ser el viajero que necesita ayuda.

La ciudad es humana, no deslumbrante monumental, con su pasado lleno de esclavos, de explotación y negocios sucios- como algunas de las mejores ciudades de occidente- y sus comercios de decorado de película francesa. Jardines, mercados, plazas y barrios reconstruidos después de los bombardeos nazis, chocolaterías, lugares de jazz y discotecas infernales, pasajes comerciales, teatro de la ópera, nueva cocina y restaurantes centenarios, bolsa, vieja prisión,  librerías, anticuarios, palacio de Justicia, palacios sin justicia, un rascacielos, varias iglesias, catedral, tranvía, río, jardines, parques, el castillo de los duques bretones y un elefante en el que los niños y mayores parecen lectores de Verne. En fin, una ciudad francesa  con la memoria de su vieja aristocracia, con su orgullo de revolución burguesa y con la vitalidad de haber dado más importancia a la inversión cultural que a otras inversiones. Un ejemplo. Una rareza.

Para mí, desde hace casi veinte años es la ciudad del Festival de Cine Español, por la gracia de su directora, su creadora, Pilar Martínez, sigo visitándolo cada poco tiempo, Con película, con rodaje- mi segunda película partió del conocimiento de unos brigadistas de Nantes- con la excusa de ser jurado. Este año he sido jurado. He cumplido mi misión. Hemos premiado a la mejor. De vez en cuando esa "justicia poética". Tengo que guardar el secreto hasta el próximo sábado. Lo intentaré. Pero estoy deseando contar esa película. Ha merecido la pena.

Siempre merece la pena pasear por la ciudad de Julio Verne, no hace falta conocer su museo. Pero para mí, además de una de las ciudades de Gracg, es la ciudad dónde creció Jules Vallés. Todavía me sigue emocionando el espíritu insurgente de aquél escritor ácrata y libre. De infancia dura y juventud rebelde. Los que quieran que vuelvan a sus libros. Volveré a Nantes. No seré insurgente pero lo intento entre ostras y buen vino.

Leer más
profile avatar
23 de marzo de 2010
Blogs de autor

Con Parra de parranda

 

Me gustan sus antipoemas. Y sus poemas. Me gusta su capacidad para provocar a los académicos y su manera de burlarse de muchos, de casi todos y de sí mismo. Me alegra leer los versos más alegres esta noche, antes de dormirme. Escribir, por ejemplo: "Veo que están bostezando: / No importa/ Bienaventurados los que tienen sueño. Porque no tardarán en quedarse dormidos". Nada de noches estrelladas, ni de bellos poemas de amor, ni canciones desesperadas. Nicanor Parra, de él estoy hablando, que sigue durmiendo poco, es de los grandes poetas vivos en nuestra lengua. En la más suelta de las lenguas, en la lengua absuelta de su manera desmitificadora de acercarse a la poesía.

Hoy me han dado la alegría lectora con la llegada de esa antología de Parra que se llama "Parranda larga". Libro para sacar por las noches, también por el día, y caprichosamente abrirlo por dónde el destino quiera.

Dicen que ya no ganará el Premio Cervantes, apenas tiene 96 años pero parece que no está dispuesto para el viaje. Cuando recibió el Premio Juan Rulfo, en Guadalajara, México, en 1991, ya empezó a bromear con su salud. Aunque dejó escrito el llamado "Discurso de Guadalajara: afonía total/ Huelo + a cipreses que a laureles"

En los años ochenta fui a Santiago de Chile con sus "Hojas de parra" y con deseos de hablar con él, estaba fuera. Me tuve que conformar con escuchar canciones de su hermana Violeta cantadas por sus sobrinos. Nada que ver. Me engañaron en el cambio.

Nicanor sabe de buenos cambios: "Cambio lola de 30/ por dos viejas de 15...Cambio gato enfermo de meningitis/ por aguafuerte del siglo XVIII..."

Un buen maestro de poetas, buen consejero de vida y de milagros. En poesía se permite todo: "...Alimentar abejas con hiel / Inocular el semen por la boca / Arrodillarse en un charco de sangre / Estornudar en la capilla ardiente /Ordeñar una vaca / Y lanzarle su propia leche por la cabeza"

 

Me gustan los chilenos. Me gustan los poetas chilenos. Nicanor y sus contrarios. Hoy toca Parra. Y hoy nos reconocemos en nuestros queridos chilenos, tan acostumbrados a vivir convulsamente, tan distintos de los argentinos, de los españoles y tan parecidos.

Me voy pero les dejo con otro poema. Ese dedicado a su patria llamado "Chile:

Llegan a los 40 con barriga / Andan a salivazos con el cielo / No reconocen méritos a nadie / Dicen estar enfermos y están sanos/ Y lo peor de todo/ Dejan papeles sucios en el prado"

Me gusta este poeta incapacitado para vivir en paraísos con tontos solemnes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Leer más
profile avatar
18 de marzo de 2010
Blogs de autor

Seguir leyendo

 

En compañías reales, tangibles, queridas, desconocidas, amables, apreciables e inapreciables pasé unas horas en Huesca. Ciudad humana, demasiado humana, con paisajes, paisanajes, aires, soles, vientos y fríos que me son muy queridos. Con alguna estatua en algún parque que siempre me pone melancólico y defensivo. Lo que ayer ignoramos, perseguimos, acosamos y destruimos, hoy lo sacamos en procesión. Lo convertimos en emblema de una ciudad a la que sientan bien la convivencia, la libertad y el espíritu del saber gozar. La ciudad de Ramón Acín, mártir del pensamiento libre, libertario de bien y asesinado en compañía de su mujer. La ciudad de Pepin Bello, el más elegante de los maestros hispanos del no hacer nada. Nada con sudor y madrugando, que en su larga vida más que centenaria hizo muchas cosas. Otro día contaremos.

En Huesca y entre periodistas digitales. Si me reclama el novelista, poeta y periodista Antón Castro, está claro que hay que emprender el viaje. Fue el encargado de coordinar una mesa de diálogo sobre el "final de Gütenberg" que me tocaba compartir con el experto en futuros digitales, Albert Cuesta. Desde luego fue breve. No estoy seguro de mucho más. En poco más de media hora me tocó defender la normalidad con la que hemos llegado a otras formas de leer sin haber abandonado- ni tener intención de hacerlo- las que desde Gütemberg han llegado hasta nuestros días. En el público había trescientos jóvenes, unos más que otros, que nos apuntaban con sus portátiles, sus teléfonos y con sus armas cargadas de futuro. El continente está cambiando, el contenido lo estamos cambiando. Eso es lo que me importa. No el soporte. No el negocio editorial. No los que más venden, ni los que más publican, lo que de verdad me importa es lo que me digan los que me son cercanos y esenciales. Desde los caminos de Itaca a los de Seattle. De lo que apenas pude expresar en público leo que "soy un pirata olvidadizo". Que leo libros en mi portátil electrónico que no he podido pagar. Ergo soy pirata. Espero que no se entere Miguel Bosé y me mande con los manteros.

El periodismo muchas veces es acelerado, inconcreto, difuso, desinformado, parcial y muy acelerado. En el futuro digital todo está siendo igual pero más rápido.

Algunos no tenemos tanta prisa. Yo no quiero bajarme en esas estaciones en las que todo es instantáneo como un mal café. No me resisto a ninguna tecnología, a ningún desarrollo que nos abre y amplía las posibilidades de decir algo pero sé que hay cosas que solo se pueden decir despacio, sin prisas, con pausas. El futuro ya está aquí. Algunos lo viven tan velozmente que no se han enterado de que eso ya es pasado.

Me gustó pasear en compañía de Antón, y otras buenas compañías, por lo estable, presente y futuro del arte extraído de las basuras. Y de la memoria pintada y contada por dos hermanas, Sol y Katia Acín. Y degusta pararme para leer poemas que se han escrito en la era del periodismo digital: ¿Y qué?

Dice Antón Castro, en ese libro que llama "Vivir del aire": "Vivir, a veces, es abandonarse, prescindir de la impostura, despojarse de la ambición y del vértigo: dejarse ir, hacia la inalcanzable montaña de nieve, con las manos en los bolsillos..."

Leer más
profile avatar
15 de marzo de 2010
Blogs de autor

No hacer nada

 

 

Estoy muy ocupado reflexionando sobre el placer de no hacer nada. Lo vengo practicando, trabajando, hace muchos ocios. Lo complicado convertirlo en negocio. Al menos sacar unas rentas que nos permitan vivir como "un Pepín Bello" de nuestro tiempo. No es fácil, es todo un arte. Y para destacar en algún arte hay que ser un artista. No paso de artesano del encuentro. Ahora he tropezado con la reedición  de una de las pequeñas delicias mordaces del imprescindible Oscar Wilde. Gracias a la editorial "Rey Lear", y con nueva traducción, hemos vuelto en un momento oportuno a esta perla llamada "La importancia de no hacer nada". Después vendría "La importancia de discutirlo todo" y un poco antes había publicado "El retrato de Dorian Gray". Año importante para llamarse Oscar.

El breve ensayo sobre el placer de no hacer está forjado con la mejor ironía del autor, con ese arte para colar con humor serios pensamientos, con esa habilidad para hacer brillantes frases que caen en el texto como deliciosos engreimientos literarios,  invitaciones a un placer que se desvanece con la delicia del mejor cigarrillo. Como el humo elegante de uno de esos pitillos que te proporcionaban el encanto de dejarte insatisfecho. Todavía me acuerdo. Y en la superficie, y en el fondo, una muy ingeniosa reflexión sobre la razón y el sentido de la crítica. Sobre críticos tan auténticos, éticos e imparciales que nunca se dejarían influenciar por presiones, compras o invitaciones. Y sobre los otros, sobre los normales, sobre esos a los que una invitación adecuada puede hacer cambiar la opinión, "hay cenas que ejercen sutiles influencias".

 Se defiende al crítico frente al creador. "Cualquiera puede escribir una novela en tres volúmenes. Sólo se necesita una ignorancia absoluta de lo que son la vida y la literatura...Es mucho más difícil hablar de una cosa que hacerla". Y sabe bien de qué está hablando, aunque podría estar hablando de aquí y de ahora. No han cambiado tanto ni los autores, ni los críticos. "Se ha dicho a veces que no leen hasta el final las obras que les piden criticar. Y no lo hacen. Al menos no deberían hacerlo...Y tampoco es que sea necesario. Para conocer la cosecha y  calidad de un vino no hace falta beberse un barril entero. Media hora de lectura debería bastar para saber si un libro vale algo o nada. En realidad basta con diez minutos..."

¿Cómo no querer a Oscar Wilde?   Capaz de no disimular algunas de sus pasiones. Caer en ellas, y seguir, insistir, volver...hasta la prisión, hasta la muerte, pero ni un paso más. Tuvo erotismos distintos a los nuestros, pero le entendemos muy bien. Siempre a favor del dulce pecar. "Lo que llaman pecado es un elemento esencial del progreso. Sin el pecado, el mundo se estancaría, envejecería, se volvería gris...Nos salva de la monotonía de la especie al reafirmar el individualismo"

En fin lo dejo, con mis gracias al editor, al mismo del que me tendré que ocupar dentro de unos días porque ha traducido la novela preferida por Hitler, y eso no me lo pierdo. Me voy a mi media hora de lectura. No más, que tengo que hacer un poco de periodismo. Dos oficios muy diferentes. "El periodismo es ilegible y la literatura no se lee". Creo que me haré crítico, me gustan las artes mayores. Y bien remuneradas.

 

Leer más
profile avatar
10 de marzo de 2010
Blogs de autor

Perdiendo en los Oscar

 

Otra vez he perdido en los Oscar. Como pierdo en los demás juegos de azar. Pero en los Oscar ha sido una dulce derrota, podía haber sido peor. Podrían haber compartido premios "Avatar" y su supuesta competidora, "En tierra hostil". Y así todos los negocios hubieran quedado contentos. Por un lado el negocio de la pela, el de la industria, para ganar más, y más y más. Y por otro lado, por el negocio de las inversiones patrióticas, las hábiles intenciones de esa falsa película "indie" que  resultó ser la muy correcta ganadora de la noche. Conste que me gustó la tensión de la película de Kathryn Bigelow, pero no me creí su ética, ni su limpia guerra sucia, ni el estilo de diseño de pañuelo palestino de boutique, ni el retrato del riesgo, ni el uso de los iraquíes, ni la drogadicción guerrera de los especilistas desactivadotes. En fin, que siendo una película brillante en su narración, no me la creo en todo lo demás.

Con "Avatar" es distinto, es un buen viaje visual, que me cansa después de unos minutos de sorpresas estilísticas. Todas las demás candidatas a mejor película- excepto "The blind side" y "Distric 9" que no he visto, ni pienso correr- me parecen más interesantes, desde la historia y desde el cine. Pero los "Oscar" y los negocios son así.

Perdió la sutil e inteligente "Up in the air". Una de las mejores del año. Perdieron las judiadas de los Cohen, "Un tipo serio", que eran la única comedia en medio de tanto drama y melodrama. Deliciosa película de los adolescentes de los años sesenta en un pueblo de la profunda América/judía de clase media. ¿Y pensar que no se me hizo nada ajena? Me ganó desde el principio y por una de las canciones de mi juventud, "Somebody to love" de Jefferson Airplaine y de la muy hermosa Grace.

Perdió "Up", una grande que trasciende ser de animación. Perdió la mordaz y un poco disparatada "Malditos bastardos" del más gamberro de los "freaks" americanos, Quentin Tarantino . Y perdió, "An Education" ¡ay!, esa delicia inglesa con guión de Nick Horbny y presencia de una de las más encantadoras jóvenes de los últimos años, Carey Mulligan, esa jovencita a los que a muchos no nos importaría poder educar, o algo.

Los de "Precious" y sus premios, o sus derrotas, me importan menos.

Me alegra el premio de Jeff Bridges, me cae muy bien desde "Last picture show". El resto de los premios americanos me es igual. No entiendo que no estuviera el impecable Javier Aguirresarobe con su fotografía de "The Road". Y, desde luego lo que no conseguiré entender es que "Shutter Island", de Scorsese, una obra maestra, no estuviera presente. Y, nada me hubiera molestado que la muy estética e interesante, "Un hombre soltero", hubiera tenido algún premio, alguna.

De las películas  no anglosajonas me molesta que no hubiera la posibilidad de premiar, por una vez, dos películas. La inteligente, brillante y eficaz - y felizmente premiada- "El secreto de sus ojos". Y a su lado, para mí por encima desde muchos puntos de vista, la obra maestra del cine del pasado año: "La cinta blanca", esa joya sin concesiones de belleza y dolor, de dureza y ternura, de derrotas y pérdidas que dirigió Michael Haneke.

Otro año que me quedo sin Oscar. No importa, el cine también está entre los derrotados, a veces mucho más que entre los triunfadores. En eso se parece a la literatura. Incluso se parece a muchos de los mejores seres humanos. Seguiré, como desde adolescente, pegado a esta fiesta del cine que tantas veces hace que me parezca que Hollywood tampoco es la mejor residencia para pedir que la realidad se parezca a nuestros deseos.

Además, siempre aciertan con algunos. Por ejemplo, dos que me causaron una alegría que no tenía misterio. Dos de los Oscar honoríficos. El del genio, tan barato, independiente, imaginativo y arriesgado que fue, que es, Roger Corman. Y el premio para aquella mujer que entró en el cine, y en nuestras vidas, pidiendo fuego. Como si hubiera pedido guerra, siempre nos hubiéramos quemado por una chica como Lauren Bacall.

Leer más
profile avatar
8 de marzo de 2010
Blogs de autor

España, aparta de mi ese toro

 

Somos una camada en extinción?  Primero tomarán Cataluña, seguirán por el norte ibérico, avanzarán hacia la meseta y abortarán con las últimas resistencias de los bárbaros del sur. Ya habían liberado las islas sin godos que se enfrentaran. Los buenos, los sensatos nos pacificarán a golpe de decretos. Somos pocos, somos los últimos bárbaros de Europa. Quedan, eso sí, unos insólitos focos de resistencia en tierras del sur francés, unos raros, extravagantes españolizados, tan pocos y tan desarmados cómo lo fueron aquellos olvidados afrancesados españoles de nuestro remoto siglo XIX. Desde Cataluña nos impondrán un país mejor. Un país más culto, con más progreso moral, sin salvajadas. Con más desarrollo intelectual, con menos asesinos y menos incultos. Un país de las maravillas dónde los lectores tendrán muchas obras de Espido Freire para elevar su nivel literario. Y la lógica, incluso la filosofía, conocerán florecimientos abanderados por maestros de la talla de Jesús Monteserín. En fin, un país libre de vergüenzas, de muerte en público, de violencia y de maltrato a los animales.

Qué suerte. Qué bonito futuro. Qué limpia y neta quedará ese modelo de ciudad, esa hermosura internacional y cosmopolita de Barcelona. Con el tiempo todos seremos Barcelona, con su Vicky, su Cristina y su Tibidabo. Y todo el país será catalán, con  bellos y verdes valles, ecológicos y hermosos  pueblos liberados de crueldades. Limpios y sanos como sus altas, grandiosas, religiosas y tan humanas montañas. Con acogedoras playas para esperar la hora de divertidas fiestas, con sus orfeones, sus músicas y sus hermanados bailes. Todo mejor, más limpio y más neto sin esa lacra foránea, extranjera, tan española como brutal, de la fiesta taurina. Con sus moscas, su sol y sombra, sus palmas y sus gritos. Un mundo sin matarifes ni trajes de luces. Sin  esa tauromaquia como una de las brutas artes. Sin pasodobles y sin músicas calladas. Sin "Casa Leopoldo". Incluso sin barrios chino/españoles/moros, sin paralelos, sin cañís y sin anís de Chinchón. Y, por supuesto sin banderillas ni en la barra de una tasca, y sin tascas ni rabos de toro. Un país dónde Néstor Luján sea tan inexistente como Eugenio Noel. Un lugar dónde Manuel Vicent no tenga que escribir su artículo de todas las primaveras. Una patria dónde no quepa un tal José Tomás. Un lugar dónde habrá que purgar el pasado de un tal Serrat, aunque el verdadero culpable sea el huido de Sabina. Un país, cómo quería Luys Santamarina- que llevaba pistola falangista en la Barcelona entregada al enemigo, al Ruedo Ibérico del franquismo- dónde seamos sensibles al sufrimiento de un repollo al ser cortado- pero no dudemos en exterminar al otro. Un país sin fotos de Picasso en una barrera. Un país que niegue ese pasado cruel que equivocó al pacifista y afrancesado de Goya. Un país sin los poemas de Lorca. Un país dónde la belleza nunca estuvo en aquellas tardes de nuestra memoria con Rafael de Paula, Curro Romero, Antoñete y algunas tardes entre Barcelona y Madrid de un tal, repito, José Tomás.

Cautivos y desarmados por el ejército de la razón antitaurina, los bárbaros del sur, nos arrepentimos de aquellos sentimientos tan confundidos. Me gustaría saber, en esta hora de mi sincero arrepentimiento si ¿también tengo que arrepentirme de haber comido en compañía de mi admirado Jorge Wagensberg- que fue capaz de repetir en la cena-  aquellos tiernos infantes de cochinillos en Segovia? ¿Y aquél foie? Seguramente esos  animalitos de Dios habían tenido una muerte dulce y mucho cariño en esa hora temprana de asesinar a uno y en la tardía de cargarse al otro después de haberle jodido el hígado. Todo vale para el placer, todo está permitido para ser degustados, lentamente engullidos por humanos con una vida ilustrada y de moral tan alta, me refiero al sabio antitaurino. Sin duda es un hermoso destino ese ser sacrificados para mayor placer de tan ilustre ciudadano y  físico. No cómo ese otro físico y muy taurino de Miguel Ángel Aguilar Yo, desde mi admiración y respeto, te tengo que decir, querido Jorge, que no tiene que arrepentirte de nada. Ni de aquél día que en tu menú de ilustre gourmet caíste en la tentación de saborear un generoso rabo de toro de lidia.

 Hemos sido muy malos. Purgaremos cómo chinos en la revolución cultural. Intentaremos no caer en la tentación de comer esas cosas tan bárbaras y exquisitas Lo que sea por recuperar nuestro eslabón perdido en el desarrollo intelectual, pero, por favor, ¡que nuestra penitencia no incluya las obras completas de algunas "espidos freires"!  

Leer más
profile avatar
5 de marzo de 2010
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.