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Pies de plomo

Por 8 de abril de 2013 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Vicente Verdú

He sido históricamente tan confiado o cándido -o lila-  que raramente he pedido un recibo cuando entregaba una cantidad por adelantado. Me bastaba con que el otro de la relación lo dejara apuntado. Sin embargo, en poco tiempo, he sido reprendido por varios amigos que me advierten sobre la multiplicación de estafas, incluso a cargo de determinadas personas tenidas antes por gentes de confianza. Su argumento ha sido siempre en estaos meses que hoy ya no te puedes fiar de nadie y en consecuencia se debe actuar con pies de plomo.

Con pies de plomo, en efecto, se anda más despacio, más torpemente y, en general, se atasca el mundo por todas partes, Justamente lo que se encuentra  sucediendo a nivel nacional e internacional, cuya circunstancia hace pensar en hallarnos sumidos un tremedal o espeso suelo de alquitrán del que será muy difícil librarse algún día. Ni las mismas arenas movedizas serían tan determinantes, porque al fin y al cabo ellas habrían engullido ya el presente y estaríamos  situándonos en un periodo de nueva y fiable cimentación.

Sufrir sin embargo la penalidad de los pies de plomo prolonga sus perjuicios a la manera de los que se derivan de la polio. El sistema se halla paralítico y sus articulaciones no avanzan, el sistema no se mueve y su pasividad hace envejecer las estructuras dinámicas, la economía y la sociedad apenas dan un paso y precisamente cada año que pasa se mide en anualidades de retroceso.

He aquí la concatenación que sigue a la desconfianza. El tradicional juego de la palabra de honor y el estrechamiento de manos que comprometía contractualmente a fondo y mediante un gesto muy simple es sustituida por las aterradoras máquinas de los Gobiernos y su lentitud  criminal. Vivimos así como enviscados, ciudadanos tristes o embadurnados por un sucio engrudo que se transforma en la depresión. Y ¿qué cosa al fin  es sentirse deprimido que la falta de autoestima?  Faltos de confianza en nosotros mismos, ¿cómo podría fluir la confianza en los demás? 

 

vverdu@elpais.es

Obra pictórica: www.vicenteverdu.net

 

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Vicente Verdú

Vicente Verdú, nació en Elche en 1942 y murió en Madrid en 2018. Escritor y periodista, se doctoró en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y fue miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard. Escribía regularmente en el El País, diario en el que ocupó los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura. Entre sus libros se encuentran: Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso, Nuevos amores, nuevas familias, China superstar, Emociones y Señoras y señores (Premio Espasa de Ensayo). En Anagrama, donde se editó en 1971 su primer libro, Si Usted no hace regalos le asesinarán, se han publicado también los volúmenes de cuentos Héroes y vecinos y Cuentos de matrimonios y los ensayos Días sin fumar (finalista del premio Anagrama de Ensayo 1988) y El planeta americano, con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 1996. Además ha publicado El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción (Anagrama, 2003), Yo y tú, objetos de lujo (Debate, 2005), No Ficción (Anagrama, 2008), Passé Composé (Alfaguara, 2008), El capitalismo funeral (Anagrama, 2009) y Apocalipsis Now (Península, 2009). Sus libros más reciente son Enseres domésticos (Anagrama, 2014) y Apocalipsis Now (Península, 2012).En sus últimos años se dedicó a la poesía y a la pintura.

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