Rafael Argullol

Rafael Argullol: Mira, Delfín, qué extraño banquete de los miserables refleja esta imagen.
Delfín Agudelo: Extrañísimo. Se trata de los inmigrantes sin papeles que se tomaron el famoso restaurante parisino La Tour d’Argent, el miércoles 17 de septiembre.
R.A.: La fotografía verdaderamente parece una composición clásica en la que hay un centro ocupado por el camarero, y el cuadro -en este caso la fotografía- dividida en dos mitades: parece sacado del ojo renacentista porque incluso se busca la profundidad que tanto gustaba a los renacentistas a través de dos cuadros. El de la izquierda me parece que es una vista de Venecia y el de la derecha, una panorámica de una fortaleza. En los dos casos se da la profundidad que se buscaba en la pintura clásica. También encontramos un protagonismo central del camarero que divide las dos mitades, y se da esa extraña dialéctica entre los sin papeles, los miserables que han ocupado esa especie de recinto sagrado que es la Tour d’Argent, y la actitud de este chico que a mí me resulta una actitud verdaderamente compleja. Es decir, creo que hay en su mirada un desdén pero también hay algo así como una sorpresa, una incomodidad, un aforamiento; quizá está pensando que él podía estar en el lugar de los otros; o que pudo estar, o que sus antepasados pudieron estar. En cualquier caso hay una verdadera tensión e incomodidad espiritual en el personaje, aunque en apariencia su semblante sea de desprecio. Evidentemente también llama la atención el entorno, que también en cierto modo me recuerda La balsa de la Medusa de Gericault: unos náufragos que se agarran desesperadamente a una balsa de bujo, que es la Tour d’Argent de Paris.