Vicente Verdú
Muchos de los que somos aficionados a la radio nos preguntamos si su progreso tecnológico ha sido abandonado definitivamente. La televisión permite acceder a canales de diferentes países con un abono al paquete temático más simple pero en la radio las interferencia, los chirridos, los ruidos parasitarios se encuentran en casi todos los puntos de España una vez que se abandona, por ejemplo, Madrid.
O las emisoras no se han ocupado en incrementar su potencia, dentro y fuera del país, o los receptores han prosperado poco. Lo esperable sería poder escuchar cualquier emisora del continente o del mundo con nitidez pero debe de ser que el avance tecnológico capaz de introducir miles de melodías en un iPod y sumas gigantescas de información en un móvil ha desdeñado la radio que probablemente pertenece ya a un mundo, previo a Internet, y fosilizándose en la foto fija de hace quince o veinte años.
Si hay esperanzas que, como demuestro, no conozco, se agradecerá la información.