Víctor Gómez Pin
Decía en el escrito anterior que el Catedrático de Psiquatría Enrique Baca se había añadido al epistolario que sobre la exigencia filosófica y la conexión de disciplinas manteníamos José Lazaro, Javier Echeverría y yo mismo. He aquí lo esencial de su escrito:
"Es señal inequívoca de la madurez la añoranza. Añorar es echar de menos pero también es reivindicar la necesidad de ir a más. Lástima que no se añore cuando se tienen, aún, posibilidades ciertas de que la mera reivindicación pueda convertirse en entusiasta empresa modificadora
La apuesta por un saber universal despierta un regusto de impaciencia por ponerse a la tarea sin dilación. Vivimos en un mundo en el que la superficialización de los saberes es producto, quizá, de la insoportable acumulación de los mismos. Y esto ha conducido a lamentables vulgarizaciones que han desprestigiado a los que las intentaron, obscureciendo, en muchos casos, los avances positivos que se contenían en sus trabajos. No hace falta mencionar a Sokal para entender que, en el contexto de intuiciones interesantes y de pensamientos provocativos, se deslizaban basuras de una imprecisión conceptual insoportable, lecturas apresuradas ayunas de la necesaria digestión y ocurrencias de "mesa de camilla". Los pensadores franceses de la segunda mitad de la segunda mitad el siglo XX saben bastante de esto.
El mundo actual es más complicado que el pasado de la misma manera que, probablemente, el mundo futuro incrementará dicha complejidad aunque solo sea por el aumento cuantitativo de conocimientos. Yo soy un devoto lector semanal de una revista que puede ser considerada como un representativo epítome del progreso del conocimiento empírico de la naturaleza y de los hombres: la norteamericana Science. Como suscriptor veterano recibo en mi ordenador, todas las noches tres e-mail que me informan de lo que va a salir, de lo que ha salido y de cómo andan determinados datos y debates. Y siento un vértigo de impotencia ante lo que debería saber y no puedo alcanzar.
Por eso cuando alguien pone el acento en la necesidad de que existan personas que piensen y que pensando intenten encontrar, "la intersección de los problemas", abogando inmediatamente por la necesidad de una Filosofía Natural hecha desde la ciencia natural de nuestra época" no se puede menos que estar de acuerdo y ver en esta postura una empresa a la que están convocados los que poseen la experiencia empírica de la realidad y los que disfrutan de los instrumentos racionales que les proporciona su conocimiento de la historia y del desarrollo del puro pensamiento de los hombres.
Solo falta pues decir (entre la impaciencia y la esperanza) ¿A que aguardamos?"
Agradezco al profesor Baca este aliento en la apuesta por una filosofía natural, que es quizás ya hora de ir cimentando.