Víctor Gómez Pin
Señalaba asimismo el peso político de la novela y como la propia lucidez del protagonista nos ayuda a comprender que el nacional -socialismo no era más que la expresión de un mal cuyas causas sociales se diluyen cuando se singulariza el caso de Alemania.
Recordaba, finalmente, que efectivamente se trata de una prodigiosa reflexión sobre la dificultad del vínculo afectivo, reflejada sobre todo en la actitud de la protagonista, Micòl Finzi- Contini, al rechazar como amante y eventualmente futuro esposo al único hombre al que realmente ama, entendiendo ciertamente por la palabra "amar" algo no concordante con el uso convencional del término. En los motivos que arguye queda reflejada una ácida lucidez en relación a los meandros tramposos mediante los cuales el reconocimiento en el otro de la inteligencia que Zubiri calificaba de sentiente y el deseo de compartirla, esta emoción que es la expresión del deseo verdaderamente humano, son recuperados por la inercia social y traicionados en las relaciones codificadas, incluidas las sexuales (sean estas bendecidas o no por su recubrimiento bajo la nomenclatura del matrimonio o institución análoga) y que Micòl Finzi- Contini identifica a un combate:
"Yo…yo estaba ‘a su lado’, ¿entendía?, no ‘frente a ella’, mientras que el amor (…) era cosa de gente decidida a superarse mutuamente. Un deporte cruel, feroz, mucho más cruel y feroz que el tenis. A practicar sin excluir golpes y sin preocuparse, para mitigarlo, de la bondad de ánimo y la honestidad de los propósitos".
"Io…io le stavo ‘di fianco’ capivo? non già ‘di fronte’ , mentre l’ amore… era roba per gente decisa a soprafarsi a vicenda, uno sport crudele, feroce, ben piu crudele e feroce del tennis !, da praticare senza exclusione di colpi e senza mai scomodare, per mitigarlo, botà d’ animo e onestà di propositi" ( Acantilado páginas 225-226; Feltrinelli, pgs.161-162).
Y la protagonista refuerza su argumento citando a Baudelaire:
« Maudit soit à jamais le rêveur inutile /Qui voulut le premier dans sa stupidité/S’ éprenant d’ un problème insoluble et stérile, /Aux choses de l’ amour mêler l’ honnêteté » (en la edición de Acantilado se da la traducción de Francisco Luis Guerrera : « Maldito eternamente sea el soñador inútil/ y estúpido quien, al apasionarse por/ un problema insoluble y estéril, quiso ser el primero/en mezclar amor y honestidad").
Años más tarde hubiera evocado quizás a Louis Aragon:
"…et quand il croit /Ouvrir ses bras son ombre est celle d’une croix/Et quand il veut serrer son bonheur il le broie (Cuando el hombre cree abrir sus brazos su sombra es la de una cruz/Y cuando quiere abrazar su felicidad la quiebra)".
Micòl cierra la puerta a la reducción convencional de su relación con la única persona cuya presencia (ya desde la infancia) había producido en ella esta mezcla de estupor y reconocimiento en la alteridad que la palabra amor debería quizás reflejar, pero que desgraciadamente el uso convencional de la misma más bien traiciona:
"…yo, igual que ella, carecía de ese gusto instintivo que caracteriza a la gente corriente. Lo intuía perfectamente, para mí, como para ella, más que el presente contaba el pasado, más que la posesión el recuerdo (…)¡Cómo me entendía! Mi ansiedad por que el presente se convirtiera ‘inmediatamente’ en recuerdo para poder amarlo y soñarlo a mi manera, era igual que la suya, idéntica a la suya. Se trataba de ‘nuestro’ vicio: ir siempre hacia adelante con la cabeza vuelta hacia atrás:
anche io como lei `( nos cuenta el narrador recordando las palabras de Micòl) non disponevono de quel gusto instintivo delle cose che caracterizza la gente(…)per me , non meno che per lei più del presente contava il passato, più del possesso il ricordarseni (…) come mi capiva! La mia ansia che il presente diventasse "subito" passato perché potessi amarlo e vagheggiarlo a mio agio era anche sua, tale e quale. Era il "nostro vizio", questo:d’andare avanti con le teste sempre voltate all’indietro" (Feltrinelli pg.163, Acantilado pg. 226).
La protagonista parece hablar premonitoriamente. Pues en efecto; ‘avanzar’ en el enriquecimiento de su lengua italiana, sumergiéndose con ella en ese ‘atrás’ que es el recuerdo (el pozo artesiano de Marcel Proust cuyo chorro alcanza altura en proporción al grado de inmersión); tal es lo que Giorgio Bassani realiza en "Il giardino dei Finzi- Contini", recreando su Ferrara, haciendo que de alguna manera sea también nuestra e invitándonos a reencontrarla.