Víctor Gómez Pin
Los rituales y costumbres de un grupo humano evolucionan o son sustituidos por otros nuevos, pero no pueden ser pura y simplemente eliminados, al menos de considerar que es posible una sociedad humana carente de entramado simbólico.
Y en todas las culturas hay formas de relación con el animal que suponen la instrumentalización del mismo, no ya por exigencias de la propia subsistencia de los humanos, sino por motivaciones que cabe considerar de tipo espiritual, al igual que lo es (aunque de signo contrario) la de los partidarios de la homologación en derechos de humanos y ciertas especies animales. Tal es desde tiempos inmemoriales el caso de sacrificios animales vinculados a creencias religiosas, o el caso de la fiesta de los toros (en zonas de España, México o el Mediodía francés) que tanta polémica (a veces con elevadas dosis de acritud) despierta, aunque cabe decir que hoy el debate la trasciende.
Sin ir más lejos todos los ingredientes de un ritual están presentes en la matanza del cerdo, sin que obviamente quepa tachar a los campesinos de una disposición agresiva contra los animales sacrificados. Lo cual no es óbice para que hoy se cuestione el ritual como tal y no ya ciertos aspectos que chocan con nuevas pautas sociales de conducta.
Y la cosa no se detiene ahí. Baste evocar el movimiento que se expande en Europa en contra de la caza. Sus militantes tienen la convicción de hallarse atravesados por un imperativo de elevadísima moralidad. Y desde luego, más o menos conscientemente, entre sus motivos cuenta el estar "del lado de los justos", dimensión constitutiva sino de toda religiosidad, sí al menos de la que ha marcado primordialmente nuestro entorno cultural. Es forzoso no obviar este aspecto, que explica muchos de los anatemas que hoy se lanzan contra todo aquello que pone en cuestión el imperativo de no instrumentalización de los animales. No se salvará el discurso científico o filosófico que relativice sus fundamentos. Pero no se salvará tampoco la literatura o la creación. Abordo este espinoso asunto en la próxima columna.