Francisco Ferrer Lerín
Dado que mi régimen ordinario de vida se reduce a dos actividades, trabajar como escritor en mi cuarto de estudio y salir al campo a dejar despojos cárnicos para alimento de aves necrófagas, se entenderá fácilmente que la orden confinatoria me afecte sólo a medias, es decir que la coerción se produzca exclusivamente al impedir que cargue en el automóvil los despojos, los traslade al monte y los eche en lugares de seguro y fácil acceso para las aves carroñeras. O sea que para mantener, en parte, esta segunda actividad decido colocar la carne en una de las terrazas de mi casa, en la de horizonte más despejado, sobre un ancho y elevado antepecho que permita a las aves posarse y comer, e incluso dar rápidas pasadas capturando al vuelo, con las garras, la pitanza.
Especies orníticas registradas, con indicación de su comportamiento trófico:
-Carbonero común (Parus major). A diario un macho picotea la grasa.
-Gorrión común (Passer domesticus). Dos hembras y un macho visitan, con poco entusiasmo, pero a menudo, el enclave. Apenas comen.
-Urraca (Pica pica). Las dos parejas de la zona se muestran muy activas; a primera hora transportan pedazos para almacenarlos y a mediodía vienen a comer compulsivamente.
-Tórtola turca (Streptopelia decaocto). Una pareja tira, con fuerza inusitada, de los extremos de los cartílagos.
-Milano real (Milvus milvus). Varios ejemplares dan rápidas pasadas llevándose los pedazos de mayor tamaño, para luego volver, posarse y acabar con las migajas.