Víctor Gómez Pin
Mas si la lectura es sólo un punto de arranque, aquello que sustenta tanto a la lectura como a la escritura no puede de manera alguna reducirse a tal. El lenguaje es pilar de la convención literaria y finalidad última de la misma. Y en esto la literatura tiene, en relación a las demás artes, un estatuto radicalmente singular. Pues mientras el material de la arquitectura y de la música está -como todo lo que el hombre toca- impregnado de lenguaje, el material de la literatura no es sino el lenguaje mismo. Por esta indisociabilidad, no cabe en literatura el ingenuo subterfugio de pretender explicarse con imágenes y no con palabras, tan a menudo oído en boca de creadores. Si el lenguaje se apaga no hay creación posible. Esta verdad alcanza en literatura particular evidencia, pero quizás sea pertinente preguntarse si es también válida la proposición conversa, si la astenia de la literatura es compatible con la salud y el fulgor del lenguaje. De la respuesta depende el peso objetivo que debamos otorgar a obras como la Recherche y el juicio que nos merezca la decisión de su autor de hacer de esta obra la causa final de su existencia.