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El paradigma Bulkington

Por 19 de enero de 2009 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Melville sabe que tras cada contingencia hay una necesidad, que tras el fenómeno hay una ley, que nadie si es humano tiene un destino gratuito, aunque la mala suerte puede hacer que muera sin conocimiento de esa no-gratuidad de su destino. Lo contingente mismo es el espejo de lo necesario.

Nadie repararía en un ser como Starbuck, y ni siquiera repararía en un ser como Ahab. Bulkington sería uno de ésos marginados entre dos trabajos provisionales, de los que la gente suele apartarse. Tanto más cuanto que Bulkington, en lugar de buscar amparo reitera una y otra vez su pulsión de marginalidad. Recordará quizás el lector el párrafo ya aquí transcrito:

"Las cosas maravillosas son siempre inenarrables; los recuerdos profundos no producen epitafios; este corto capítulo es el memorial sin lápida de Bulkington. Básteme decir que le ocurría a Bulkington lo que al buque míseramente sacudido por la tormenta a lo largo de la costa a sotavento. El puerto  le ofrece socorro; el puerto es acogedor; en el puerto hay seguridad, confort, calor de hogar, cena apetitosa, amigos, todo cuanto es caro a nuestra existencia mortal. Pero en la tormenta, el puerto, la tierra, es para el barco el más directo enemigo. El barco debe huir de su hospitalidad, puesto que si su proa  tan sólo llegara a rozar la costa, se destrozaría por entero. Así, hará lo imposible por tender sus velas hacia mar abierto, y huirá de los vientos que le conducirían a la costa acogedora; busca de nuevo la agitación de un mar desamparado, pues, en la tormenta, tras el refugio se cierne el peligro, su único amigo es su más acerbo enemigo." 

 

Bulkington nos interpela y hasta nos fascina porque Melville  ilumina lo que de universal hay en el temor de un hombre a que un lugar que cobija sea un lugar que encarcela. Prodigioso expediente mediante el cual, asimismo, Ahab deja de ser un irresponsable y hasta un inmoral (puesto que  traiciona a los armadores y sacrifica a sus obsesiones la vida de sus hombres), para convertirse en emblema de la confrontación del ser humano a lo que para él es representación del mal.

Melville se inscribe en la larguísima lista de demiurgos que hacen  del mediocre o del villano  un imprescindible protagonista. Y así, al igual que  Yago es  polo sin el cual Otelo no tiene razón de ser, el Starbuck que se opone a Ahab es en realidad su hombre más fiel, el hombre decisivo para que los tripulantes del Pequod asuman su destino de ser sombras de Ahab. Sin Melville no habría literalmente historia, los marineros serian esclavos de unos armadores, confrontados a una naturaleza ciega en si misma, y atroz para los que la contemplan. Melville redime a todos, naturaleza incluida, puesto que gracias a Melville  Nantucket  es ese "puerto repleto de llamas y mástiles" de la imagen de Beaudelaire.

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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