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Asuntos metafísicos 72: Alejarse de Aristóteles…

Por 11 de noviembre de 2014 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Aristóteles que asistió al derrumbe de sus tesis sobre la a-temporalidad de las especies, Aristóteles que vió un día como la matemática (en el pensamiento de Cantor y de Abraham Robinson ) abría camino al infinito numérico por él repudiado, Aristóteles que asistió con estupor al alcance por los físicos de "niveles cada vez más profundos de vacío"…Aristóteles que, en suma, vió como el pensamiento ulterior procedía a relativizar el suyo propio a la manera como él había relativizado el pensamiento presocrático…no hubiera quizás podido conjeturar que se pondría en tela de juicio el horizonte mismo de principios y conceptos que él había consignado y erigido precisamente en condición de posibilidad de la razón y el juicio.  Pues la Physis se muestra hoy reacia a las propias redes conceptuales con las que se intenta aprehenderla, lo cual supone un viraje  mucho más radical que todas las transformaciones de la misma a la que han dado lugar  los grandes saltos históricos de la ciencia, los cuales eran respetuosos de un trasfondo conceptual que servía de común denominador. Avanzo algún ejemplo de estos virajes

La Physis ha podido ser considerada como marcada por vínculos de contigüidad excluyentes del vacío, pero  también  como un ámbito puro, continente  de la materia y  en el que se desplegaría (cuando tal concepto fue introducido) el campo. "No hay espacio [al menos] sin campo…" llego a decir Einstein, quien sin embargo no fue constante en su concepción del lazo entre materia y espacio-tiempo.

 Por su parte, el éter,   para el cual  toda la materia era porosa,  parecía morir y resucitar como elemento  de la physis, hasta que ciertos experimentos precursores de la teoría de la relatividad recibió el golpe definitivo.

El continuo que caracterizaba a las manifestaciones de la Physis, que eran la energía y el campo electromagnético, mudan en montos de elementos discretos en las conjeturas respectivas de Max Planck y de Einstein….Podría seguir dando ejemplos

Pero tras  estos virajes (en ocasiones muy bruscos),  a la hora de hacer  conjeturas sobre el trasfondo oculto a la percepción inmediata (el cual explicaría los fenómenos de la naturaleza)   un reducto permanece,  como decía, inalterado.

Pues tanto si la materia y el campo  agotan la Physis (lo que haría del espacio y el tiempo meros epifenómenos) como si son  una mera perturbación del espacio-tiempo; tanto si la aparente diversidad de las substancias individuales se destaca  sobre  un soporte de continuidad o si elementos últimos -auténticos átomos- vendrían a dar razón a las tentativas de explicación discretista…  en un polo u otro de las diferentes conjeturas no parece  pensable ( es un ejemplo) que  lo intrínsicamente continuo  se comporte como si fuera discreto  o que una partícula elemental  (paradigma de individualidad y de localizada discreción) tenga efectos en dos sitios a la vez.

No parece pensable lo anterior, como no parece pensable que lo que acontece en una situación determinada deje de acontecer si esa situación se repite en todos y cada uno de sus extremos, no parece pensable -en los términos de Aristóteles- que el aparente azar no sea subjetiva ignorancia del conjunto de las causas que intervienen, de tal modo que el conocimiento exhaustivo de las mismas determinaría el acontecer.

No parece, en consecuencia del punto anterior, pensable que lo que acontece no marque lo que acontecerá (salvo, reitero, para nuestra ser tallado por la ignorancia) y que lo que aconteció no sea la clave de lo que acontece. Y al no parecer pensable en general  que el devenir no sea concretización de la ley, sería impensable en particular que esa misma ley no marque el devenir destructor, lo que denominamos tiempo, el proceso por el cual – en ausencia de intervención exterior- la simiente se corrompe; pues si la actualización de la  potencia el paso de simiente a planta  exige intervención  exterior, la potencia de corrupción pasa al acto por si misma.

No parece pensable que el todo formado por varios individuos no sea despliegue de los  mismos en un marco de consecución o contigüidad, despliegue que garantiza la indivisión de cada uno de ellos con respecto a sí mismo y  su separación respecto de los demás; no parece pensable en concreto, que dados  dos individuos A,  B, una parte A1 del primero  se halle  intrínsicamente vinculada a una parte B1 del segundo, mientras que las partes A2, B2, se vinculan por su cuenta, formando así una entidad intrínsecamente holística.

No parecen pensables estas y otra serie de cosas quizás  porque el pensar quedó determinado por la exclusión de todo ello, en razón de ser contrario a los corolarios de ciertos principios: principios erigidos en rectores tanto del entorno natural como del espíritu que lo refleja; principios en cuyo establecimiento el Estagirita desempeñó un papel fundamental.

Mas, como aquí hemos ido viendo,  la obviedad de tales principios es puesta en tela de juicio por una disciplina científica  de nuestro tiempo a la vez determinante del mismo e introductora e de profundo desconcierto:

Determinante, la Mecánica Cuántica,  no sólo por efectuar descripciones cuyo grado de matización carece de precedentes y establecer previsiones  que se verifican con sorprendente  regularidad, sino por tener una gigantesca capacidad de operar sobre el mundo, multiplicando exponencialmente las potencialidades de la tecnología y en consecuencia pesando sobremanera en la economía mundial .

Desconcertante,   la Mecánica Cuántica, porque  a la vez que se ve abocada en mayor grado que las disciplinas científicas anteriores a plantear interrogaciones sobre los rasgos últimos o universales de esa naturaleza que con tanta acuidad describe, y sobre la que efectúa tan formidables conjeturas, socava los principios mismos que le permitirían  efectuar esta operación tendiente a la inteligibilidad.

Pues para intentar superar  al estupor provocado por la verificación de las conjeturas avanzadas por los Bohr, De Broglie, Bohm, Schrödinger, Heisenberg, o Bell… para insertarlas en un modelo inteligible, el pensamiento no disponía de  otras armas que los principios antes evocados  de contigüidad, de realismo, de individuación, de causalidad…Y no había  concepto más  general que el aristotélico concepto de  sustancia y los rasgos a la sustancia asociados de ser susceptible de movimiento o de reposo, de tener energía correspondiente a una u otra situación, de hallarse ubicado, y un no muy largo etcétera. Principios y conceptos que con mayor o menor sofisticación o acuidad en su presentación remontan  al pensador de Estagira…comprometido  inevitablemente  en la relativización o derrumbe de los mismos.

De ahí lo inevitable  de tomar distancia,  separarse de Aristóteles, separarse de aquel que permitió pensar incluso lo que era contrario a sus tesis… razón por la cual las diatribas en el seno del pensamiento seguían siendo diatribas aristotélicas. Separarse en suma de quien con toda justicia era El Filósofo,  a la vez que era El científico, lo cual no es óbice

 para que  el XXIV centenario de su nacimiento en 2016, constituya la más obligada ocasión de agradecida evocación  filosófica.

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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