Vicente Verdú
Sobre breves distancias
de roedores
quisimos fundar el porvenir.
Un porvenir fulgente
que abría los brazos
al amanecer
y se hacinaba
en boscosas respuestas
que no oíamos.
No oíamos enamorados
del tiempo,
de su superficie
y su peces azules
Sábanas de bajo precio
limpias, sin embargo,
siempre oliendo
a vida infinita.
A vida que pasaba
mientras dábamos
de comer
a bandadas de gaviotas.
Tristes y avaras gaviotas
que acabaron
royendo el corazón.