Vicente Verdú
¿A qué otra cosa no alude el "armario" sino al "almario", y la consolación a, la consola ¿O cómo no constatar la asociación, de un lado, entre muebles pesados y periodos de economías estables y, de otro, muebles desmontables. muebles para armar en económicas especulativas o volátiles? El mueble que se adquiere sólo se ve en la exposición pero en el trayecto hasta el hogar es sólo un paquete cualquiera, un paralelepípedo al que será preciso asistir para que recobre su personalidad. De un punto a otro, del almacén al salón, el mueble se encuentra desarticulado y con una identidad perdida. Este intervalo en el que el mueble pierde su característica o característicamente " no está", anticipa, aún toscamente, el vaticinio del escultor y diseñador Isamu Naguchi que dijo a comienzos de 2010 (El País 9-2-2010), que "con el tiempo, terminaremos librándonos de los muebles".
¿Librándonos de los muebles? ¿Cuál es su incomodo? ¿Cuál es su tiranía actual? Sencillamente que ocupan el espacio, reducen la visión del vacío de a habitación, se interfieren junto a nosotros en los deseos de quedar relajado, la mente en blanco, sin referencia a nada. La moda complementaria que representan hoy los objetos extraplanos, en móviles o en televisores, en cocinas o en cuartos de baño, tiende junto al omnipresente recurso al color blanco, completan el viaje común hacia la nada. Lo extraplano impide la oratoria del diseño, allana la liturgia de la estética, cambia el grado de belleza por el grado cero de la estética, hace pensar en no pensar.
De este modo, con la nada como patrón de todo, los muebles y objetos tienden a ausentarse para dejarnos lugar pero ese lugar deshabitado por ellos se convierte al cabo en un lugar propio para no estar, apropiado para lo que no se ve o apenas se toca, lo que no habla, no conversa, no sirve sino como un monumento a la ausencia del mundo, presagio en piezas de la anhelada desaparición. Y desaparición no ya a la manera de una muerte negra y dolorosa sino de una progresiva ausencia cada vez más blanca e indolora. Muerte incolora, invisible e insípida.