Vicente Verdú
Un consejo terrible pero supremo es el que dice: "no esperes nada de los demás". Su parte de misantropismo se compensa con la dosis de humildad, la cantidad de menosprecio de los otros se iguala al propio. Pero con un resultado capital: la independencia respecto al juicio positivo o negativo de los otros aumenta la energía para hacerse mejor. Y no sólo para sí sino para la posible mejora ambiental de la gente que nos rodea. Y que nos juzga. Que nos da o nos quita. O que pretende hacer tanto una cosa como otra, ignorante del terrible y piadoso consejo inicial.