Vicente Verdú
Aunque nos duela, dependemos tanto de los demás que sin quererlo somos como su servicio doméstico. Del buen o mal ánimo de los amos se deduce tanto el humor como el estipendio y el bienestar de los criados. Algo así, aunque con menos oportunidades para mejorarlo nos pasa con los otros que la vez se encuentran asendereados tratando de enderezar sus condiciones. La cadena no tiene fin ni se sustenta en nada. La Humanidad se halla suspendida sobre un vacío de ansiedad y de sinsentidos.