Vicente Verdú
Cuando la nada se hace realidad la realidad se convierte en nada. Esta sentencia responde con exactitud al proceso que ha conducido desde la especulación al enriquecimiento instantáneo y desde el enriquecimiento inmediato al grado cero del dinero. Desde una creencia sostenida se ha devenido a una ficción disparatada y de la extrema ficción a las cenizas de su orgía. El encadenamiento se representa mediante un enlace de anillos de ilusión y de desilusión que en su circularidad interna, en su nacimiento y extinción culmina la perversa coherencia entre principios y resultados. La perfección del sueño se cumple no desde la vigilia natural hacia una inconsciencia orgánica ni desde lo tangible a lo inmaterial. La perfección del delito se consuma en la violencia de la irrealidad. ¿Realización de máximos beneficios? ¿Realización de formidables pérdidas? Una y otra circunstancia se funden en la cruel fantasía de lo uno y de lo otro. La inversión del dinero especulativo coincide con el falso espejo de la producción y ese espejo de la producción refleja la producción en falso.
En el capitalismo actual, el capitalismo de ficción, el sistema finge incluso su propia muerte, su presente acción funeral. ¿Una refundación del capitalismo para salvar al capitalismo? Se trataría, en todo caso, de una refundación de la falacia puesto que el capitalismo metamorfoseado en naturaleza global no admite otra cosa que su íntima pervivencia o el caos total. El paso del sistema capitalista al capitalismo de la ficción comporta la ausencia de una estructura física a reformar. Todo el edificio capitalista se sostiene en la eficiencia de su falsa función y no tanto en la firmeza de su fundación. De haberse sostenido atado a sus ejes fundacionales el capitalismo habría derivado en un legado mostrenco. Por el contrario, el capitalismo ha desbordado sus cimientos y traspasado la totalidad del planeta gracias a su capacidad de volverse un elixir volátil, un veneno atmosférico inseparable de la política, la ambición, la sexualidad o el arte. Todo es, humanamente, inhumanamente, capitalismo. Una totalidad transparente donde habitan los sueños, los delirios, la música y las muertes.