Vicente Verdú
Dice entonces Carolina Herrera que si los pintores, o muchos de ellos, visten tan mal a pesar de sus experiencias con el color y sus combinaciones se debe a que su obra es estática. La moda, los modelos de la moda en el vestir, serían creaciones que incluyen el movimiento mientras los pintores o los escultores operan sobre productos anclados o estáticos. ¿Verdad? ¿Camelo? Más camelo que verdad puesto que los cuadros no se ven casi nunca como sucesos quietos, la pintura vibra y vuela en el sistema visual. Pero, además, los vestidos con glamour no lo son tan sólo cuando bailan o pasean por la sala sino cuando se aquietan. Todo enamoramiento a distancia se fija en una imagen fija. La fijeza de la belleza llega a ser una condición esencial de su poder.. El Dios sedente, el Buda sedente nos dominan con su majestuosa parálisis. La parálisis de su belleza que, establecida, no tiene ya parangón. Por el contrario todo lo que se mueve carece de suficiente autoridad y su seducción es más volátil o ligera.