Vicente Verdú
Este es un ejemplo de cuadro que va haciéndose a sí mismo desde el color. El título ("Viento") llega al final inducido por el cuadro. No fue esa idea de "viento" la que impulsó la imagen sino la danza de los colores y sus formas que una vez avanzado el baile permiten intervenir con una guía de razón para aderezar (o enderezar) el guiso. Doy esta explicación porque siempre cuesta aceptar lo inexplicable pero, en este caso, porque lo supuestamente inexplicado podría parecer una vanidad. Un libro de Stefan Zweig ("El misterio de la creación artística") hace entender, al tratar de entender el proceso que conduce a la creación, algunos inseguros elementos. En casi todo su texto (una conferencia en Buenos Aires de 1940 ) estoy de acuerdo pero, sobre todo, en que el cuadro sólo se hace objeto artístico cuando el artista, al contemplarlo, duda de haber sido su autor.