Skip to main content
Blogs de autor

Plus ultra

Por 10 de enero de 2020 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Vicente Molina Foix

Es una desgracia que el vocablo ultra haya caído tan bajo. En otros tiempos este prefijo era prometedor y daba gusto ponerlo delante de hermosas palabras como sonido, mar, tumba, sensible, violeta, rápido. Por no hablar de sus aplicaciones artísticas. La primera vanguardia del futurismo español fue el Ultraísmo, creado, de esto hace cien años, por Huidobro y Gerardo Diego, los hermanos Borges (Norah y Jorge Luis), Juan Larrea y Guillermo de Torre, en revistas preciosamente ilustradas y libros de versos que querían ir más allá. Las revistas duraron poco, pero sus artífices llegaron lejos.
 

Cuando surgió Vox me desconcerté. ¿Conocían estos políticos ultramontanos, de apellidos entre lo lapidario y lo edificatorio (sin licencia), la existencia de la banda inglesa Ultravox, célebre a mitad de los 70 y que yo seguí un poco en su fase glam rock liderada por John Foxx? Tenía que ser una coincidencia o un traspié musical, ya que algunas letras de Ultravox habrían despertado en el VoxUltra el odio o la censura.

Pero la palabra ultra es latina, y tiene historia: el escudo de España la lleva escrita en una de las dos columnas laterales. Usada como lema imperial, plus ultra abrió cauces y ensanchó el mundo, con sus luces y sombras. Ahora se dice mucho non plus ultra, una expresión, según el diccionario panhispánico de la RAE, inspirada por lo que Hércules dejó grabado en el estrecho de Gibraltar para indicar que allí acababa antiguamente el mundo conocido, sin existir por tanto un más allá. Lo hay.

En las sesiones de la investidura se oyeron agrios noes y anatemas; voces de pánico revestido de fanfarronada, voces a las que les conviene quedarse en la leyenda de Hércules y no explorar tierra ignota. Esa tierra tendrá seguramente zonas rocosas y alguna charca traidora, pero puede traer verdad y no mentira, diversidad y justicia. De ahí tanta iracundia en las Cortes hasta el final. No eran improperios de Semana Santa: eran ultrajes.

profile avatar

Vicente Molina Foix

 Vicente Molina Foix nació en Elche y estudió Filosofía en Madrid. Residió ocho años en Inglaterra, donde se graduó en Historia del Arte por la Universidad de Londres y fue tres años profesor de literatura española en la de Oxford. Autor dramático, crítico y director de cine (su primera película Sagitario se estrenó en 2001, la segunda, El dios de madera, en el verano de 2010), su labor literaria se ha desarrollado principalmente -desde su inclusión en la histórica antología de Castellet Nueve novísimos poetas españoles- en el campo de la novela. Sus principales publicaciones narrativas son: Museo provincial de los horrores, Busto (Premio Barral 1973), La comunión de los atletas, Los padres viudos (Premio Azorín 1983), La Quincena Soviética (Premio Herralde 1988), La misa de Baroja, La mujer sin cabeza, El vampiro de la calle Méjico (Premio Alfonso García Ramos 2002) y El abrecartas (Premio Salambó y Premio Nacional de Literatura [Narrativa], 2007);. en  2009 publica una colección de relatos, Con tal de no morir (Anagrama), El hombre que vendió su propia cama (Anagrama, 2011) y en 2014, junto a Luis Cremades, El invitado amargo (Anagrama), Enemigos de los real (Galaxia Gutenberg, 2016), El joven sin alma. Novela romántica (Anagrama, 2017), Kubrick en casa (Anagrama, 2019). Su más reciente libro es Las hermanas Gourmet (Anagrama 2021) . La Fundación José Manuel Lara ha publicado en 2013 su obra poética completa, que va desde 1967 a 2012, La musa furtiva.  Cabe también destacar muy especialmente sus espléndidas traducciones de las piezas de Shakespeare Hamlet, El rey Lear y El mercader de Venecia; sus dos volúmenes memorialísticos El novio del cine y El cine de las sábanas húmedas, sus reseñas de películas reunidas en El cine estilográfico y su ensayo-antología Tintoretto y los escritores (Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg). Foto: Asís G. Ayerbe

Obras asociadas
Close Menu