Vicente Molina Foix
A modo de progenérico, dos imágenes robadas por el director a sus actores protagonistas, en los dos primeros días del rodaje, y con la (mala) calidad esperable de quien mantiene una relación de esclavo/señor con la técnica.
En un decorado industrial de Sollana, pueblo cercano a Valencia, El senegalés Madi Diocou (Yao en el filme) reposa en un sofá después de comer y después de haber pasado casi dos horas empotrado en los bajos de un camión, en compañía de otro de los protagonistas, el actor marroquí Soufiane Ouarab. Y en la calle Tapinería del barrio del Carmen de Valencia, Marisa Paredes posa de noche ante la boutique Mavi, su espacio de ficción en la película. Ambos fuera de foco, error que nunca comete en su trabajo el director de fotografía de la película, Andreu Rebés.
En las excelentes fotos de estudio hechas por Daniel Caparrós, el director posa en una con su actriz principal, y en la otra con ella, con Madi, con Soufiane y con Nao Albet, joven actor catalán, el otro protagonista de "El dios de madera". Marisa lleva un vestido que juega un papel en la historia.
La foto tipo pasaporte del personaje de Yao y la de la muchacha rapada, Adama, también tienen su peso dramático en la trama, pero eso de momento no lo desvelamos.