Vicente Molina Foix
La realidad se guía por el mismo vedetismo que el espectáculo. Una estrella que nos deslumbra apaga a otra. La terrible matanza de las fuerzas de asalto israelíes a la flotilla de origen turco hizo de golpe olvidar la espantosa ley SB1070, la identificación forzada de aquellos ciudadanos con aspecto chicano que circulen por las calles de cualquier ciudad sin hacer daño a nadie; una ley que, si nada lo remedia, será aprobada en julio por el estado de Arizona.
Ahora bien, en Madrid, la ciudad donde vivo, casi todos los días veo a la policía, especialmente a la salida y entrada de algunas grandes estaciones de ‘metro’, parando a las personas de raza negra o aspecto indio, latino, magrebí, y pidiéndoles los papeles. Lo hacen por lo general de un modo educado, aunque no sé cómo acaban estas interpelaciones en la calle; todos vamos siempre con prisa por la vida, y tampoco es cosa de ponerse a vigilar a la fuerza pública, por lo que pueda pasar. Así que en mi ignorancia me pregunto: ¿disponemos nosotros también en España de una ley vigente para dar el alto indiscriminadamente a los que tengan pinta no vamos a decir que mala pero distinta?