Skip to main content
Blogs de autor

Subido al Carrusel

Por 25 de enero de 2017 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Sergio Ramírez

Leila Guerriero, la celebrada periodista argentina, me envió un largo cuestionario cuando preparaba su reportaje de portada para Babelia, el suplemento cultural de El País, que se publicó bajo el provocativo título El escritor ambulante. Me advirtió que no necesitaba responder a todas sus preguntas, porque no quería quitarme tiempo; pero el tema me pareció tan atractivo, que me aparté un rato de la novela que estoy terminando, y completé la tarea como un escolar aplicado, complaciente, y complacido.

En el reportaje Leila entresaca respuestas de los trece escritores entrevistados, acerca de cómo afectan su oficio las "idas y venidas" constantes entre ferias del libro, festivales literarios, comparecencias en universidades, lo que implica entrevistas, firmas, cenas a veces aburridas, los interminables viajes aéreos, y esos obligados hogares temporales que son los hoteles. Me ocupo aquí de ese tema, y sus consecuentes bemoles, en base a las respuestas que le di:

Si estoy en Nicaragua escribo todas las mañanas desde las 8 hasta la hora del almuerzo. No puedo hacerlo donde sea, bares, cafés, aviones y trenes, salvo que se trate de anotar, antes en una pequeña libreta, ahora en el celular. Puedo repetir mi rutina en otros domicilios temporales, cuando me tocan estaciones largas fuera, y me siento debidamente instalado, en reposo.

Debido a mi novela decidí el año recién pasado disminuir mi ritmo de viajes. Reduje mi calendario a 16 compromisos, cuidando lo prioritario. Unas quince semanas en total. ¡Qué drástica reducción!, me digo ahora, con sorna.

Lo peor es que al regresar de un viaje, después de haber abandonado por algún tiempo el libro en curso, debo comenzar desde el principio. Hay que volver a retomar la trama, meterse en la atmósfera, encararse de nuevo con los personajes, que resienten mi ausencia.

Viajar me produce cada vez más fatiga, culpa de "la obra profunda de la hora, la labor del minuto y el prodigio del año…", como describe Darío el paso del tiempo en su poema "De otoño".

Cuando se acerca diciembre me siento agotado, con ganas de tirar la toalla. Y peor el último noviembre. Me hallaba en Austin acompañando a Ernesto Cardenal en la entrega de su archivo a la biblioteca Benson, y yo debía hablar en la ceremonia. Estando allá me avisaron que mi hermano Lisandro había muerto en México, y pude conseguir un vuelo de madrugada para llegar a tiempo al funeral.

De vuelta en Managua, bajo el agobio de la pérdida, y más estresado que nunca, me sentí tentado a abandonar el resto de compromisos del año. Pero pensé que la gente que me había invitado, a la que dije que sí en su momento, no tenía ninguna culpa de mi estado de ánimo, y seguí adelante.

Los escritores somos una gran troupe que siempre está presentándose en los escenarios. De algún modo hay que estar cuando te llaman. Hay un ego siempre presente en los escritores, y estas líneas, hablando de mí mismo, son la mejor prueba. Pero hay que procurar tener un ego moderado. Y más importante que las luces del proscenio, son los nuevos lectores que se ganan gracias a esos viajes.

¿Hay alguien que se quede al margen? Vargas Llosa disfruta del público. Bob Dylan, no fue a recibir el Nobel pero delegó en la maravillosa Patti Smith para que cantara en la ceremonia una de sus baladas. Borges, ciego y todo, no despreciaba las invitaciones. Gabo, como dice su hermano Jaime, "se escondía para que lo hallaran".

Cuando uno presenta un libro en varios países, y atiende diez entrevistas de prensa en un mismo día,  tiene que aprender a dominar el arte de las "variaciones sobre un mismo tema". El periodista hará siempre preguntas parecidas, pero te está escuchando por primera vez, aunque tengas enfrente uno cada media hora. No puedes mostrarse cansado, ni aburrido. Sino, mejor quedarse en casa.

En las comparecencias me ayuda que hablar de literatura es lo que más me gusta en el mundo después de escribir, y claro, de leer. Me gusta ponerle humor a las conversaciones en público. Relatar historias. Es lo que espera la gente, no las disertaciones académicas.

Nunca se me ocurriría dejar de escribir y seguir montado en el carrusel de la feria. Me convertiría en una especie de veterano de guerra que enseña sus viejos galones, o sus viejas heridas. Lo contrario sí es posible. Porque escribir es una necesidad vital, y seguiré escribiendo hasta el último día.

profile avatar

Sergio Ramírez

Sergio Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942). Premio Cervantes 2017, forma parte de la generación de escritores latinoamericanos que surgió después del boom. Tras un largo exilio voluntario en Costa Rica y Alemania, abandonó por un tiempo su carrera literaria para incorporarse a la revolución sandinista que derrocó a la dictadura del último Somoza. Ganador del Premio Alfaguara de novela 1998 con Margarita, está linda la mar, galardonada también con el Premio Latinoamericano de novela José María Arguedas, es además autor de las novelas Un baile de máscaras (1995, Premio Laure Bataillon a la mejor novela extranjera traducida en Francia), Castigo divino (1988; Premio Dashiell Hammett), Sombras nada más (2002), Mil y una muertes (2005), La fugitiva (2011), Flores oscuras (2013), Sara (2015) y la trilogía protagonizada por el inspector Dolores Morales, formada por El cielo llora por mí (2008), Ya nadie llora por mí (2017) y Tongolele no sabía bailar (2021). Entre sus obras figuran también los volúmenes de cuentos Catalina y Catalina (2001), El reino animal (2007) y Flores oscuras (2013); el ensayo sobre la creación literaria Mentiras verdaderas (2001), y sus memorias de la revolución, Adiós muchachos (1999). Además de los citados, en 2011 recibió en Chile el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso por el conjunto de su obra literaria, y en 2014 el Premio Internacional Carlos Fuentes.

Su web oficial es: http://www.sergioramirez.com

y su página oficial en Facebook: www.facebook.com/escritorsergioramirez

Foto Copyright: Daniel Mordzinski

Obras asociadas
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.