
Sergio Ramírez
Un equipo científico de la Universidad de Berkeley, encabezado por el doctor Xiang Zhang, bajo financiamiento del Ejército de Estados y la Fundación Nacional de Ciencias, ha dado con la clave para ocultar a las personas de la luz visible, y por supuesto también a los objetos. Están pensando, por supuesto, en soldados, comandos, o batallones enteros, con sus armas, impedimentas, carros de combate y todo, pero como los inventos militares nunca tardan en pasar a los usos civiles, seguro que un amante podrá llegar pronto sin que nadie lo vea hasta el lecho de la amada, por muchas paredes y cerrojos que la resguarden, que es lo mismo que asaltar una fortaleza. El reporte dice que los científicos empezaron por lograr la invisibilidad de objetos de dos dimensiones, pero ya han pasado a los de tres.
El hallazgo que desarrollan consiste en recubrir a la persona, o al objeto, con un llamado metamaterial -mezcla de metal y placas con circuitos impresos- capaz de desviar la luz que cae sobre la materia, igual que ocurre con el agua que gira alrededor de una piedra en medio de una corriente. Así, el poder del ojo de percibir el reflejo de la luz, quedaría anulado. Volverse invisible significa que alrededor de uno no se creen ni reflexiones ni sombras, y es lo que los científicos de Berkeley están logrando.
¿Dónde había ya algo parecido, en cuanto al procedimiento científico? Por supuesto, en una novela, que son las que crean primero la realidad.