
Sergio Ramírez
El viejo Código Penal usado por el juez para condenar al poeta Ernesto Cardenal, fue reformado en tiempos de la dinastía Somoza gracias al poder de un personaje llamado Cornelio Hüeck, allegado íntimo del dictador, que inició un pleito por injurias y calumnias contra Pedro Joaquín Chamorro, quien desde las páginas del diario La Prensa fustigaba los negocios sucios y los abusos de poder del propio Somoza, y de su cómplice Hüeck.
Fue una reforma pasada a todo vapor el Congreso Nacional dominado por Somoza, y hecha a la medida de los deseos de venganza de Somoza y de Hüeck contra Chamorro: se creó así un procedimiento sumario para los juicios por injurias y calumnias, sin derecho a recurrir el acusado ante la Corte Suprema de Justicia en caso de ser condenado. La "ley Hüeck" dice también que en caso de que el condenado se niegue a pagar la multa, que en este caso es de 20.000.00 córdobas, deberá sufrir un día de cárcel por cada córdoba de la cantidad total, es decir, el poeta Ernesto Cardenal debería ahora cumplir una condena de 20.000 días, para lo que un hombre como él, de 83 años de edad, necesitaría otra vida entera.
Las leyes de Somoza sirven entonces para juzgar y condenar a mansalva a un poeta de talla universal, y que fue uno de los símbolos de la revolución, sólo porque, igual que en tiempos de Somoza, decir lo que uno piensa del régimen se vuelve un delito de lesa majestad.