
Sergio Ramírez
Pero no es una lucha fácil para los periódicos impresos a los que hemos estados acostumbrados. Los enemigos son muchos. El teléfono digital como sustituto del viejo periódico de papel, en el que leeremos las noticias a cada instante mientras van produciéndose.
La pantalla tamaño bolsillo del kindler, el artilugio en el que también leeremos libros. O el periódico hecho de una hoja de plástico flexible, como lo vimos ya en Sentencia previa, la película futurista de Spielberg, en manos de lectores que viajan en el autobús: la hoja estará conectada aun chip transmisor, que generará las noticias, y en lugar de fotos fijas, tendremos videos. Un periódico virtual que usará "tinta electrónica", millones de partículas capaces de moverse y acomodarse para formarse en letras, y en imágenes.
Los diarios, nuestros diarios de tinta y papel de todos los días, deberán cuidarse de no volverse prescindibles. Les está en juego la existencia misma. Tendrán que reinventarse ellos mismos para poder vivir en la nueva era digital, habiendo nacido en una era anterior, la era industrial. Es lo que pasa con todas las especies vivas, según las viejas leyes de la biología. O se adaptan a la nueva atmósfera, o perecen.