Sergio Ramírez
El oficio prohibido de llevar cadáveres por centenares de leguas, para que los fallecidos sean enterrados en su lugar natal, el muerto que vestido con una túnica negra y en su rostro una máscara espectral, parece andar solo por los caminos nocturnos, mientras el transportador que lo carga va oculto bajo la túnica.
Adivinas, espiritistas, limpiadores de excusados públicos, músicos de entierros y bodas, ladrones condenados a muerte, tratantes de mujeres, cortesanas, saqueadores de tumbas, embalsamadores, niños vagabundos. Todo lo que subyace bajo en enjambre de rascacielos, las autopistas y las redes de trenes de alta velocidad.
"Existe una gran diferencia entre los reporteros, los periodistas y mi trabajo", dice Yiwu. "Los reporteros se interesan mucho por las noticias, por los acontecimientos nuevos, y yo en realidad me intereso más por el pasado, por las cosas y las personas que se encuentran en el pasado. En especial, por los abandonados de la sociedad, por la China que yo llamo profunda"
La China que nunca conocerán ni los inversionistas, ni los ejecutivos de las multinacionales, ni los turistas transportados en autocares. La China sombría y deslumbrante que traza la mano de LiaoYiwu.