Sergio Ramírez
En China, donde existen 165 millones de navegantes, un número sólo superado por Estados Unidos, el control y la censura de la Internet están a cargo del Buró de Seguridad Pública que tiene, como dijimos antes, un Centro de Vigilancia Cibernética.
Los iconos de dos policías, un hombre y una mujer, montados en motocicletas, aparecen cada 30 minutos al pie de la pantalla en los portales autorizados mediante el certificado de sanidad. Al pinchar sobre cualquiera de los dos íconos, se establece una conexión con la página Web de la policía, toda una invitación a denunciar a cualquier trasgresor, es decir, una invitación a la soplonería.
La disidencia política contra el partido único, las propuestas de secesión territorial, las ofensas a los jerarcas del partido, junto con las estafas electrónicas, las loterías clandestinas, así como la superstición, son varios de los temas enlistados en el Index policial. Si uno se encuentra con ellos mientras navega, debe acudir a los motorizados. Pero estos mismos policías motorizados rastrean por su cuenta las páginas inconvenientes a la seguridad del estado y al orden social para clausurarlas. Patrullan día y noche.
Como se ve, las luchas por la libertad van a darse desde ahora, más que en ningún otro, en el espacio virtual. Todos contra el Big Brother.