Sergio Ramírez
La sharía custodia la felicidad en los países donde se aplica, en diferentes grados. Algunos consideran que la felicidad sólo con sangre entra; otros, como en Arabia Saudita, cuentan con una Policía de la Moral, que viene a ser lo mismo que una Policía de la Felicidad. Si el propósito del estado es que todos vivan contentos, alguien tiene que hacerse cargo de vigilar que así sea, y para eso nada mejor que una policía, o unos comités de ciudadanos que se auto controlan y controlan a los demás para que no se salgan del círculo mágico de la felicidad, ni se distraigan de cuidar su pureza de intenciones, ni los abata la tristeza. La tristeza queda, por supuesto, prohibida. Comité, o Comisión, viene a dar lo mismo.
Porque esta Policía de la Moral, o Policía de la Felicidad, se llama oficialmente Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, y ha prohibido oficialmente que se celebre el día de San Valentín; por tanto se ordena el cierre de las floristerías y tiendas que venden regalos para los enamorados, bajo pena de severos castigos. San Valentín coincide con las fiestas del fin del período de abstinencia del Ramadán, de manera que la prohibición nada tiene que ver con la explotación comercial del amor.