Sergio Ramírez
Pero en Años con Laura Díaz, de 1999, esta mujer que ha vivido también los acontecimientos de la revolución puede mirar el futuro a través de los ojos de su nieto, que se apagarán ante los fogonazos de la masacre de Tlatelolco en 1968, el acontecimiento que pone fin a cualquier pretensión de que el pasado es redimible. Es la historia que sigue traicionándose a sí misma. Pero en Fuentes, el futuro, no sólo de México, sino de toda la América Latina, será siempre una ambición desmedida, como lo es su ambición de contarla. Aunque todo haya sido contado, todo está por contar. Terra Nostra, de 1985, Cristóbal Nonato, de 1987, son novelas para mirar al futuro desde las incertidumbres de la historia, lo mismo que lo es La silla del águila, de 2003. El futuro que pronto será realidad, porque el novelista sabe predecirlo.
Fuentes inscribió la imaginación en el mapa múltiple de América Latina, y una novela como La Campaña, de 1990, cumple esa ambición tan suya del recorrido total por el continente. En tiempos del fragor de las luchas por al independencia, Baltasar Bustos, el intelectual ilustrado del río de la Plata, salta de un país a otro, encandilado por las ideas redentoras, y podemos verlo como la reencarnación del propio Fuentes en el pasado, y el mismo Fuentes encarna a Bustos para el futuro, el intelectual que presta ideas y palabras a la acción.