
Sergio Ramírez
¿Hay de verdad parecidos entre Anastasio Somoza, que huyó del país el 17 de julio de 1979, cuando las fuerzas guerrilleras cercaban ya Managua, y Daniel Ortega, que gobierna ahora al lado de su esposa Rosario Murillo, generalmente en secreto, pues nadie sabe nunca de su paradero dentro o fuera de Nicaragua, y otras veces desde tarimas profusamente enfloradas frente a una audiencia cautiva que debe escuchar por horas los discursos de ambos? Los hechos hablan.
La huelga de hambre de Dora María Téllez ha tenido como primera motivación el hecho de que a su partido, el Movimiento Renovador Sandinista, fundado en 1996 por disidentes del viejo Frente Sandinista, ha sido despojado de su existencia legal por una resolución del Consejo Supremo Electoral, fiel a Ortega, que también ha aplicado la misma sanción al Partido Conservador.
De esta manera, las elecciones municipales de noviembre de este año tendrán solamente dos contendientes visibles: el Frente Sandinista, del propio Ortega, y el Partido Liberal de su íntimo aliado y rehén Arnoldo Alemán, condenado por los tribunales a veinte años de prisión por diversos delitos cometidos cuando fue presidente, entre ellos el lavado de dinero, y el único reo del continente americano que tiene todo un país por cárcel, y que dirige además un partido político.