
Sergio Ramírez
Silvio Rodríguez volvió a Managua por última vez, porque ha declarado que su vida de conciertos por el mundo llega a su fin. Pero no fue una actuación más. Se despidió de otra manera frente a los miles de espectadores que llenaban el predio de espectáculos del casino Pharaos, muchos de ellos sandinistas fieles a Daniel Ortega, y otros muchos sandinistas disidentes, nostálgicos en todo caso de los tiempos pasados. Los tiempos cuando Silvio vino a cantar su Canción urgente para Nicaragua en el concierto Abril en Nicaragua por la Paz en Centroamérica, en la Plaza de la Revolución, año de 1983, en plena guerra. Estaban en el escenario todas las luminarias de la canción latinoamericana: Amparo Ochoa, Daniel Viglieti, Mercedes Sosa, Chico Buarque, Carlos Mejía Godoy…tiempos que no volverán.
Al final del concierto, todos los nostálgicos reclamaron a Silvio que cantara Canción urgente para Nicaragua. Pero se negó. Crecía el coro. Volvió al escenario, y se acercó al micrófono. "No la recuerdo", dijo, lo que era ya bastante, un olvido de aquel tamaño. Pero antes la insistencia, agregó: "tengo un pequeño problema con esa canción…como ahora la realidad es otra…ruego que me disculpen…"
Muchos no entendieron, o hicieron que no entendieron. Unos que sí entendieron, lo abuchearon, en nombre de Daniel Ortega. ¿Cómo puede ser que la realidad sea otra a aquella de la revolución, con Daniel Ortega en el poder? Y otros, que también entendieron, lo aplaudieron: era cierto, ya no hay revolución a la que cantar.
La realidad es otra. Qué triste que sea otra. Y porque es otra, calle en muda protesta el cantor.