Rafael Argullol

Rafael Argullol: Hoy, en mi galería de espectros, me ha parecido ver el de Ofelia.
Delfín Agudelo: ¿Te refieres al espectacular cuadro de Millais?
R.A.: Me refiero a este cuadro que parece hecho directamente como una escena de un sueño, pero de un sueño muy elaborado y refinado. Hubo un tiempo en que yo no admiraba demasiado a los prerrafaelitas, pues me parecían al margen de lo que era la genealogía de la corriente moderna en pintura. Pero debo reconocer que desde hace ya unos años he reconocido una importancia e interés en los prerrafaelitas, en su alegato a favor de volver a una pintura como la que se daba en la transición entre la edad media y el renacimiento. Esencialmente pienso que el ideal prerrafaelita en reconvertir al artista en un artesano, con una capacidad para el oficio, para el aprendizaje de ese oficio, una cierta modestia ontológica, etc., es importantísima en un momento, en una época como la nuestra, en que se ha llegado a una especie de hiper-artista, a una especie de metástasis de la propia denominación de artista. Recuperar la esencia original del artista como artesano es un reto de futuro y no es un ideal de pasado.
En ese sentido Millais logra captar muy bien en su cuadro sobre Ofelia el destino de ella misma, que siempre me ha llamado la atención. Como ya comenté al hablar del espectro de Hamlet, él no es uno de mis personajes favoritos. Lo encuentro un personaje caprichoso, una especie de deificación de la adolescencia perpetua, como un ser incapaz de tomar decisiones. En su indecisión y en su carácter dubitativo, su incapacidad para reafirmar una posición frente a la vida, crea todo un engranaje de desgracias a su alrededor que todo lo arrastra: amigos y parientes. Y en ese engranaje lo más injusto es el propio destino de la novia, el destino de Ofelia. En cierto modo es empujada de una manera completamente cruel por parte del personaje Hamlet hacia una locura y hacia una desesperación para la cual ella no está preparada; ni siquiera le encuentra sentido ni raíz a esa desesperación. Es un personaje muy entrañable porque es la desesperada que no sabe muy bien el por qué ha sido arrojada a ese territorio de desesperación, más allá de la caprichosa actitud de Hamlet. Entonces en el cuadro de Millais esa especie de muerte exquisita, elegante, de Ofelia que flota sobre el estanque, rodeada de un lecho casi diríamos paradisíaco, es una especie de justa compensación estética por esa desesperación sin sentido a la que ha sido arrojada, a partir de la propia extravagancia caprichosa de Hamlet. Ofelia no es tanto un personaje de gran entidad en vida sino que la adquiere en el momento inmediatamente anterior a su muerte. También tiene una gran entidad -aunque pueda parecer macabro- como cadáver. Una gran entidad como organismo que mantiene una extrema dignidad en el tránsito entre la vida y la muerte.